Miopía

Puede afectar al 25% de la población de los países desarrollados
Por César Martín 18 de octubre de 2005

Leer o escribir con la cabeza pegada a los libros y cuadernos; ver la televisión a escasa distancia de la pantalla; no entender bien las explicaciones del profesor en la pizarra; o, simplemente, ver borrosas las imágenes situadas a más de cinco metros de nosotros. Tales circunstancias definen algunos de los síntomas de la miopía, una anomalía visual que afecta a alrededor de 10 millones de españoles y que se manifiesta con una mala visión de lejos en detrimento de una correcta vista de cerca.

Afecta a una de cada cuatro personas

Hay comportamientos que por sí mismos pueden delatar la presencia de unos ojos miopes. En este sentido, son reveladoras algunas costumbres como el acercamiento excesivo al televisor a la hora de ver su programación o la lectura de un libro casi con la nariz pegada a él. Si se detectan tales situaciones es probable que sólo sean un reflejo de la existencia de una anomalía visual como la miopía, que afecta en el mundo occidental a una de cada cuatro personas, según las últimas estimaciones elaboradas sobre este trastorno visual.

Afecta a una de cada cuatro personas

En España dichos datos se traducirían en la presencia de alrededor de 10 millones de personas afectadas por esta patología. La miopía, catalogada como un error en el enfoque que padecen los ojos humanos, provoca que quienes la sufren vean bien en distancias cortas -a menos de 5 metros aproximadamente- y que se hallan en un aprieto para ver de lejos en condiciones, con dificultades, por ejemplo, para reconocer rostros y objetos a cierta distancia -se ven borrosos- o para entender de forma nítida las explicaciones que un profesor escribe en la pizarra en una sesión escolar. Así lo explica el óptico Juan Cuesta Monteagudo.

Además, a mayor grado de miopía, más cerca deberán estar los objetos para poder ser enfocados correctamente. Otros síntomas que advierten la presencia de este defecto visual se materializan en bizqueos, dolor de cabeza o cansancio visual. Aparte, los miopes acostumbran a entornar los ojos con mayor fruición, ya que al entrecerrarlos la visión a distancia mejora, situación que se denomina efecto estenopeico.

Respecto al origen de la miopía, ésta se genera y desarrolla generalmente durante la niñez,

La miopía se genera y desarrolla generalmente durante la niñez

coincidiendo con la edad escolar de los afectados y remite cuando el individuo alcanza la veintena, precisamente, con el final de la etapa de crecimiento que experimenta el organismo humano, sistema visual incluido. Esta anomalía tiende a desarrollarse a lo largo de la adolescencia hasta el punto de provocar frecuentes cambios en la graduación de las gafas o lentes llamadas a corregirla. Una vez pasados los 20 años, el grado de miopía no cambia en exceso hasta después de los 40, cuando otra serie de problemas visuales relacionados con la edad empiezan a presentarse. Sin embargo, cada organismo es diferente, por lo que tampoco sería de extrañar que hubiera casos en los que la miopía se desarrollara por encima de las edades reseñadas.

La explicación a este defecto visual hay que buscarla en el hecho físico que provoca la miopía. El mismo, según Cuesta Monteagudo, se basa en un ligero error de enfoque que afecta al ojo y que se traduce en que la imagen de un miope se enfoque delante de la retina y no directamente sobre ella, que sería lo habitual. Esta circunstancia puede deberse a varias razones. Entre ellas, que el globo ocular sea excesivamente alargado o que el cristalino, que es la lente que se encuentra en el mismo ojo, tenga una distancia focal demasiado corta.

Componente hereditario

En cualquier caso, esta disfunción visual tiene un componente hereditario que marca a los individuos a estar predispuestos a sufrirla. Sobre el particular, el citado autor explica que hay infinidad de teorías, pero la más extendida es la de la miopía escolar. Ésta indica que si un ojo está predispuesto a ser miope lo será en el momento en el que se le exija un mayor esfuerzo visual en espacios próximos. Y esa situación se da, precisamente, en la época infantil, cuando los alumnos se enfrentan por primera vez en su vida a actividades como la lectura o la escritura, actividades que requieren de un esfuerzo visual destacable. En este sentido, las recomendaciones alertan sobre la necesidad de fomentar en el escolar desde la infancia costumbres saludables para afrontar sus obligaciones.

Los consejos al respecto derivan de la lógica. Es fundamental enseñar al niño a leer o a escribir sentado

Es fundamental enseñar al niño a leer o a escribir sentado, con el texto ligeramente inclinado y a una distancia de entre 35 y 50 centímetros de la cabeza

-nunca tumbado o recostado-, con las piernas en el suelo y con el texto ligeramente inclinado y a una distancia de entre 35 y 50 centímetros de la cabeza. Todo ello, bajo una iluminación correcta y suficiente. Las recomendaciones inciden además en facilitar pausas de descanso si el escolar tiene que permanecer mucho tiempo estudiando para permitirle estirar las piernas y tomarse un respiro. Tampoco sería desaconsejable practicar juegos y deportes al aire libre.

Evolución visual: la adaptación al entorno

Incidiendo en estas explicaciones, la teoría reseñada sugiere que el ojo se hace miope para aminorar el esfuerzo visual cercano al que se somete al organismo -leer, escribir, etc-. Desde el punto de vista evolutivo, el organismo prefiere sacrificar visión de lejos para obtener mejores resultados en la de cerca. En otras palabras, se podría decir que la miopía es la adaptación del sistema visual a la visión de cerca, ya que la visión humana está preparada para actividades que requieren una buena visión a distancia.

Los remedios: gafas, lentes o cirugía

Lo más importante es que la miopía tiene fácil solución. De hecho, con la imposición de unas simples gafas o de unas lentillas se arreglan gran parte de los casos, dependiendo, eso sí, de las características de cada individuo. Tanto con los anteojos como con las lentes lo que se logra es desviar el trayecto de los rayos de luz para que la imagen se enfoque adecuadamente sobre la retina. En el caso del uso de gafas, éstas parecen una buena solución para los casos de miopías leves y facilitan una buena visión mientras son utilizadas. Su principal inconveniente reside en que a medida que la miopía es más severa, los cristales han de ser en proporción más gruesos y tienden a desvirtuar la imagen. Además, cuentan con el problema añadido de que no cubren todo el campo visual, ya que más allá del marco la visión seguirá siendo borrosa. Incluso, para cierto tipo de pacientes, el uso de gafas puede ser inaceptable desde el punto de vista estético o por su incomodidad a la hora de realizar ciertas actividades deportivas o profesionales.

De ahí que otra solución a la miopía devenga de la utilización de lentes de contacto, muy útiles para mitigar los efectos de miopías moderadas y para remediar los inconvenientes de las gafas. Las lentillas permiten la corrección de la visión en todo el campo visual, a diferencia de lo que ocurre con las gafas

Las lentillas permiten la corrección de la visión en todo el campo visual, a diferencia de lo que ocurre con las gafas

. Su utilización está condicionada a la capacidad del propietario para mantener las lentillas en un estado óptimo de higiene y seguridad. Tales condiciones son necesarias, más si se tiene en cuenta que el uso de éstas puede ocasionar en los pacientes que las portan heridas o infecciones en las córneas, irritaciones e, incluso, intolerancia a las mismas.

Por último, la miopía también se puede corregir a través de la denominada cirugía refractiva, con métodos basados en el láser, conocidos científicamente con nombres como Lasek o Lasik, y de los que se han obtenido “resultados que confirman su seguridad y eficacia”, según explica Miguel Maldonado, director de Cirugía Refractiva de la Clínica Universitaria de Pamplona. La ejecución de estas técnicas facilita la corrección de la miopía de forma definitiva. Según indican al respecto desde Centro Oftalmológico Doctor Fontaneda, ubicado en Vitoria, este tipo de operaciones está indicado para pacientes mayores de edad que sufran una miopía “relativamente estable”.

Esta intervención no requiere de ingreso previo y se practica con anestesia suministrada a través de gotas, sin necesidad de inyecciones. Según las indicaciones de este centro médico, la operación por láser suele durar alrededor de 10 minutos y la aplicación de láser, apenas unos segundos

La operación por láser suele durar alrededor de 10 minutos y la aplicación de láser, apenas unos segundos

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Este tipo de cirugías, generalizadas en varios centros médicos españoles, también es viable para personas que sufren astigmatismo o hipermetropía, o para los casos de aquellos pacientes que sufran una regresión de su defecto visual tras haber sido operados de una queratotomía radial. Este método consiste en realizar incisiones radiales en la córnea con el fin de lograr variar la curvatura de ésta para lograr que las imágenes se conformasen en la retina.

Los especialistas que trabajan en este centro explican que este es uno de los campos donde más se ha evolucionado. Históricamente se aplicaban ‘curas’ para remediar la miopía que se basaban, según los datos de Cuesta Monteagudo, en la extracción del cristalino en casos de miopías altas, de hasta 15 dioptrías. Otra forma era la extracción de la córnea, que se congelaba y se le daba la forma adecuada para variar su curvatura y solucionar así el problema.

En 15 años un tercio de los actuales jóvenes serán miopes

Aparte de lo dicho, existe otro remedio que se puede utilizar frente a la miopía. Se basa en la realización por parte del paciente de una serie de ejercicios y tablas, una especie de entrenamiento visual. Esta técnica se denomina ortoqueratología. La misma consiste en variar la curvatura de la córnea con lentes de contacto rígidas, más planas de lo necesario. El problema de esta práctica es la memoria de la córnea, que tiende a recuperar su forma original, haciéndose preciso volver a utilizar este método.

Con todo lo dicho, no es de extrañar que existan especialistas que alerten sobre las incidencias que tendrán las actuales costumbres de la sociedad occidentalsobre la predisposición a desarrollar miopía. En este sentido, doctores como Alfonso Sabater, oftalmólogo del Hospital Casa de Salud de Valencia, anuncian que un tercio de los jóvenes de hoy día serán miopes en 15 años por su afán en el uso de los ordenadores. Para argumentar tal afirmación, Sabater recurre a la teoría antes reseñada al indicar que el “ojo es un órgano que se adapta al entorno”. El usuario de una computadora tiende a forzar la vista para enfocar la pantalla, que está a una distancia habitualmente próxima. Según Sabater, esa circunstancia convierte los ojos de los citados jóvenes “poco a poco” en miopes.

Este facultativo también alerta sobre la incidencia de los ordenadores en otro tipo de dolencias e incidencias visuales. Entre ellas, Sabater incide especialmente en la fatiga visual, que podría afectar al 85% de los usuarios de ordenadores

la fatiga visual podría afectar al 85% de los usuarios de ordenadores

. Esta dolencia se manifiesta con los siguientes síntomas: picor y sequedad en los ojos y sensibilidad hacia la luz o visión borrosa.

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