Poluciones nocturnas

Una reacción fisiológica natural que los chicos suelen experimentar a partir de los doce años y que no debe preocupar
Por María Landa 13 de diciembre de 2004

Todos los chicos han encontrado alguna vez las sábanas y el pijama manchados de semen al despertarse por la mañana, sin ser conscientes de haber tenido una eyaculación. Esto tan sólo indica que han tenido una polución nocturna mientras dormían, que no tiene por qué ir relacionada con sueños eróticos. Esta reacción, que no tiene ninguna consecuencia negativa, marca el comienzo de la pubertad en los varones. Se recomienda que los padres actúen con total naturalidad ante estos episodios, dado que tan sólo son procesos fisiológicos que indican que los chicos se encuentran en plena adolescencia.

¿Qué son las poluciones nocturnas?

Se trata de eyaculaciones involuntarias que provocan una pequeña salida de semen a través de la uretra. Esta expulsión suele ocurrir durante las fases de sueño REM, las de sueño más profundo. Y no se dan sólo una vez, se pueden dar tres o cuatro poluciones en una sola noche sin que los chicos se percaten de ello.

Es importante no confundir eyaculación con polución: la segunda es siempre involuntaria, no va acompañada de orgasmo, la cantidad de semen que se expulsa suele ser menor y sale con menos fuerza. La eyaculación, en cambio, es la expulsión del semen por la uretra que tiene lugar durante el orgasmo, cuando el estado de máxima excitación provoca unas contracciones que permiten esa secreción. Esto se produce durante las relaciones sexuales o a través de la masturbación.

La polución nocturna puede ser provocada por un mecanismo automático del organismo para mantener el buen funcionamiento de los genitales masculinos cuando hay una acumulación excesiva de semen. Según explica el urólogo Roberto Gil, la polución se debe a la contracción que se produce en la zona del comienzo de la uretra, que es la próstata. “Al producirse esa contracción en la salida de la vejiga, donde están las vesículas seminales, el semen sale al exterior por la uretra en el momento de la erección. No es una eyaculación normal ni un orgasmo, es sólo una pequeña salida de semen, que a veces va acompañada de un poco de orina. Por eso en ocasiones tiene cierto color amarillo”, aclara.

Conviene especificar, según los especialistas consultados, que las poluciones no siempre se encuentran relacionadas con la capacidad reproductiva de los chicos, ya que puede haber una infertilidad relativa hasta los 18 años por no haberse completado aún la maduración adulta de la espermatogénesis. El jefe de Urología de la Clínica San José de Vitoria confirma este dato y asegura que cada vez hay más infertilidad relativa en los jóvenes. “Lo normal es que entre los 15 y los 18 años comience la capacidad reproductiva, pero el hecho de que haya esperma no quiere decir que sean fértiles. Es necesario realizar análisis para saber si es válido o no”. Hay varias causas que provocan una cada vez mayor infertilidad relativa, entre las que el doctor Gil destaca el uso de ropa cada vez más ajustada.

Edad de inicio

La mayoría de los jóvenes comienza a tener poluciones nocturnas a partir de los 12 ó 13 años, aunque la edad puede variar y en algunos casos adelantarse incluso a los 9 años. Este fenómeno coincide siempre con la pubertad, tal y como señala la psicóloga y sexóloga Ana Ramírez de Ocáriz, del Centro Sexológico Emaize. “Las primeras eyaculaciones junto con otros desarrollos de los caracteres sexuales secundarios marcan el inicio de la pubertad. La adolescencia hace referencia a los cambios emocionales y psicológicos”, añade.

Aunque es en esta etapa de la vida cuando se dan con mayor frecuencia e intensidad, el urólogo Roberto Gil señala que pueden experimentarse a lo largo de toda la vida. “Van desapareciendo con la edad porque hay un menor número de erecciones y porque son menos intensas. Además, la contracción no es tan fuerte”. La palabra polución casi siempre hace referencia a lo que ocurre durante el sueño, sin embargo, también puede haber pérdidas seminales durante el día.

Las poluciones nocturnas no deben ser nunca motivo de preocupación porque son una reacción natural del organismo cuya finalidad es liberarse del exceso de semen. El doctor Gil asegura que no siempre van asociadas a una falta de actividad sexual. “Está más relacionado con lo onírico, ya que puede haber más ensoñaciones debido a la ausencia de relaciones sexuales, lo que provoca al mismo tiempo que las vesículas seminales estén más llenas porque no se vacían”.

Los sueños eróticos son muy habituales durante la adolescencia, debido sobre todo a la gran cantidad de hormonas sexuales que segrega el organismo en esa etapa de la vida. Sin embargo, muchas veces los jóvenes confunden o malinterpretan la verdadera causa de las poluciones porque creen que siempre se deben a sueños eróticos, cuando en la mayoría de los casos se trata de algo fisiológico.

Cómo reaccionan los adolescentes

A pesar de que son un tema tabú entre padres e hijos del que casi nunca se habla por vergüenza, entre los jóvenes se vive como algo muy positivo. La sexóloga Ramírez de Ocáriz ha constatado que los chicos viven esta experiencia con gran naturalidad. “Cuando les planteas que comenten el tema todos hablan de placer, de unos orgasmos impresionantes durante la noche, sueños eróticos o fantasías, es decir, siempre desde un punto de vista positivo. Para ellos es una construcción de la masculinidad desde el placer, que no les genera ningún problema. Sólo en algún caso aislado lo ven como algo sucio y desagradable, pero no es lo habitual”.

Sin embargo, la realidad es que esa pequeña descarga de semen casi nunca está provocada por un sueño erótico, aunque los chicos hablan de ello con sus amigos como si fuera la única causa. Para ellos es un punto clave a la hora de potenciar su masculinidad. “Aunque es una reacción fisiológica, ocurre en plena pubertad, que tiene que ver con el desarrollo de los deseos o los primeros sentimientos eróticos. Además, suele coincidir con el inicio de las masturbaciones de manera más cotidiana”, explica la sexóloga.

De la misma forma que en la masturbación pesa mucho la presión de grupo, los adolescentes también se sienten influenciados y presionados cuando se habla de las poluciones. Por esa razón lo viven como algo muy bueno a pesar de no ser conscientes de haber tenido una eyaculación y no saber en qué momento de la noche ha ocurrido. Ramírez de Ocáriz lo compara con las erecciones matutinas. “Cuando por la mañana se despiertan con una erección piensan que es por algo erótico y les gusta, pero no tiene nada que ver, es algo fisiológico”.

En cuanto a la reacción de los padres y las madres, la mayoría lo ven como algo natural y no les causa ningún problema. En general suelen preocuparse más por el tema de la masturbación que por las poluciones nocturnas, según han comprobado en el centro sexólogo Emaize. Por eso las sexólogas de este centro de Vitoria recomiendan no alarmarse si ven que su hijo mancha el pijama varios días e intenta meterlo rápidamente en la lavadora. Deben vivirlo con naturalidad y no obligarle a hablar del tema si no quiere. No obstante sí aconsejan a los padres conocer algunas pautas para comprender mejor el proceso de la pubertad:

  • La principal recomendación que dan es establecer una buena comunicación entre padres hijos desde pequeños, sobre todo en lo que se refiere a la sexualidad.
  • También consideran imprescindible estar siempre disponibles para responder a sus preguntas.
  • No tener miedo a reconocer sus propias lagunas.
  • Aceptar las conductas auto eróticas y la masturbación como algo natural en la adolescencia.
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