El Ministerio de Sanidad ha autorizado la extracción artificial de espermatozoides para ser utilizados en la fecundación «in vitro», extremo que estaba prohibido hasta la fecha en la nueva ley de reproducción asistida, en vigor desde el 28 de mayo pasado. El departamento que dirige Elena Salgado ha modificado la ley ante la reclamación de la Federación de Asociaciones para el Estudio de la Reproducción por el vacío legal existente ante una técnica considerada «totalmente segura y una práctica habitual en los centros».
El uso de espermatozoides extraídos de forma artificial constituye la única posibilidad de tratamiento con gametos propios en casos de esterilidad masculina por vasectomía, azoospermias obstructivas (ausencia de espermatozoides en el eyaculado), o trastornos de la eyaculación (parapléjicos).
Sanidad considera que esta técnica reúne las garantías de seguridad y eficacia suficientes como para que sea posible su práctica sin otras medidas añadidas de control.
La técnica, conocida como TESA, consiste en criopreservar el tejido testicular para luego extraer espermatozoides. Estas células se utilizan con posterioridad para paliar la esterilidad severa en hombres inyectando un espermatozoide en un óvulo.
Las muestras congeladas pueden permanecer así años y emplearse para fines reproductivos.