Seis millones de españoles padecen depresión

En cuanto a la incidencia futura, tanto ciudadanos como profesionales coinciden en prever que aumentará
Por EROSKI Consumer 4 de abril de 2002

La depresión afecta a cerca de seis millones de españoles y está sujeta a una elevada discriminación laboral, responsable en gran parte de que el 18% de los afectados oculte la dolencia en su entorno, a pesar de ser considerada como la tercera enfermedad en importancia por el conjunto de la sociedad, por detrás del cáncer y el sida. Según un estudio realizado y presentado ayer por Solvay Pharma en España, la prevalencia de la depresión se sitúa en torno al 18% de la población adulta, que cada vez está más concienciada de su carácter de enfermedad -lo percibe así un 63% de los encuestados- frente a consideraciones de tipo circunstancial o anímica, y de la necesidad de ser tratada como tal.

Así, el 42% de los mil encuestados en el informe considera que la depresión afecta a más de una cuarta parte de la población -porcentaje que aumenta entre los tratados por esta dolencia- y casi la totalidad de los mismos piensa que puede alcanzar a cualquier persona.

En cuanto a la incidencia futura, tanto ciudadanos como profesionales coinciden en prever que aumentará.

Ritmo de vida

Los resultados del estudio destacan el porcentaje minoritario (22%) de españoles que consideran esta dolencia susceptible de ser confundida con otras, como enfermedades nerviosas, esquizofrenia, ansiedad o estrés, pero son muchos los que señalan estas dos últimas como causantes de la depresión, junto al ritmo de vida actual, el trabajo, la falta de comunicación o las preocupaciones.

Sin embargo, para el doctor Enrique Álvarez, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de San Pablo de Barcelona, estos datos representan un «agravio comparativo», ya que «nunca se ha vivido mejor» que con las condiciones que ofrece la sociedad desarrollada, apuntó durante la presentación del estudio. En su opinión, los casos de depresión «se diagnosticarán más y mejor» y tienen mayores probabilidades de aparecer en «personas con carácter marcadamente afectivo».

La menor estigmatización de esta dolencia por parte de la sociedad no evita, sin embargo, que en casi uno de cada cinco casos el paciente decida ocultar su trastorno por vergüenza, timidez, incapacidad de aceptación o, en la mayoría de los casos, por motivos relacionados con su vida laboral

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