Siete mitos sobre la resaca (y cómo reponerte de ella esta Navidad)

Lo mejor para evitar este mal es no beber. Pero si ya es tarde, aprende qué hay de verdad y qué de mentira en este malestar, y cómo aliviarlo
Por Eva San Martín 2 de enero de 2019

Img resaca mitos trucos 3 artiDolor de cabeza, deshidratación, molestias en las articulaciones… Dejémoslo claro desde el principio: no hay cura para la resaca, excepto no beber. Y, en caso de haber consumido alcohol (que es tóxico) en exceso, el tiempo. La resaca es el malestar general que sufre nuestro cuerpo tras la liberación de los tóxicos del alcohol durante su metabolización.

Según un estudio de la Universidad de California, el consumo excesivo de alcohol provoca deshidratación, altera las hormonas y desequilibra las citosinas, que son las proteínas encargadas de la comunicación entre las células de tu cuerpo. Y a todo ello hay que añadir los efectos tóxicos del alcohol en la sangre.

Pero es que además los científicos tienen malas noticias para aquellos que pretendan resolver los excesos de las fiestas con supuestas curas. Ni los plátanos, ni la aspirina, la levadura de cerveza, el azúcar, el zumo de tomate ni las alcachofas son un remedio infalible contra los excesos del alcohol.

Mito 1. La resaca no es un problema tan grave

Mentira. El alcohol es un tóxico, por lo que cualquier tipo de bebida alcohólica, incluidas las de baja graduación, tiene efectos nocivos, más o menos graves, que varían en función de quién beba y cuánto ingiera. La gravedad de la resaca de alcohol está relacionada con la inflamación inducida por las impurezas de la bebida alcohólica y los subproductos del metabolismo del alcohol.

De hecho, su exceso ataca al sistema nervioso y afecta a las células cerebrales, lo que explica el dolor de cabeza, mareos y nauseas relacionadas con su consumo. Además, el consumo de alcohol en exceso implica riesgo de deshidratación, y debilita tu sistema inmunológico.

Mito 2. Si bebo agua estaré bien

El alcohol es diurético. Cuando lo consumimos orinamos y nos deshidratamos más. Aunque es verdad que el consumo de alcohol implica deshidratación, ya que además inhibe la hormona que controla la reabsorción de agua, la mayoría de los síntomas relacionados con la resaca tienen más que ver con el efecto de los subproductos causados por el alcohol tras ser metabolizado por el cuerpo.

Ahora bien, beber agua por la mañana e intercalar un vaso con el consumo moderado de alcohol tiende a compensar esta deshidratación. Además, el agua diluye las sustancias que se producen en la fermentación y que contribuyen a agravar los síntomas de la resaca. No es infalible, pero sí ayuda. Por lo que si tienes sed, bebe agua.

Mito 3. Ir al gimnasio ayuda

Sudar el exceso de alcohol en el gimnasio no es buena idea. Por un lado, los músculos no están en sus mejores condiciones de recuperación. Y por otro, el alcohol implica una acumulación de ácido en el cuerpo (acidosis) que unida a la producción de ácido láctico durante el ejercicio aumenta el riesgo de que sufras una lesión durante el entrenamiento.

Si aun así decides hacer algo de ejercicio, escoge una actividad ligera, en la que sudes poco (como una caminata o algo de bicicleta), y recuerda hidratarte muy bien para recuperar el equilibrio de líquidos. También debes abrigarte, ya que el alcohol provoca una vasodilatación que causa una pérdida de temperatura corporal.

Mito 4. Comer pasta antes de dormir

Hacerlo no te ayudará. La comida puede tener un impacto y aliviará parte de los efectos del consumo de alcohol si la ingieres antes (en especial, si escoges un alimento graso), no después.

Mito 5. Un paracetamol ayuda a aliviar el exceso de alcohol

Si tienes resaca, no te querrás mover de la cama. Y muchas veces, acompañamos el reposo con antiinflamatorios como el paracetamol que solo ayudan a aliviar el dolor de cabeza. El problema es que este medicamento también hace trabajar al hígado, que es precisamente el órgano encargado de metabolizar el alcohol y ya estará haciendo un esfuerzo extra con la eliminación de los tóxicos del cuerpo.

Para aliviar el dolor y el malestar, un antiinflamatorio como el ibuprofeno o la aspirina son una mejor opción, y te ayudarán a reducir la cefalea sin ese riesgo.

Mito 6. Las resacas de mayor son peores que cuando tenías 20 años

Esta afirmación resulta también ser falsa, según explica David Rodríguez, médico y autor del libro ‘Alcohol y cerebro‘. «No hay fundamento para decir que las resacas empeoran con la edad», dice el doctor. Es más, asegura que los peores episodios se producen en edades jóvenes, ya que el alcohol nos afecta más a edades más tempranas.

Mito 7. Esto se cura con una cerveza

De hecho, es justo lo contrario: el alcohol está contraindicado en episodios de resaca. Si vuelves a beber alcohol al día siguiente, aportarás más etanol al cuerpo, y lo único que estarás haciendo es posponer los síntomas de la resaca.

No hay cura, pero puedes ahuyentarla

La primera clave para alejar la resaca es beber agua y más agua. El alcohol nos deshidrata (y es solo uno de los muchos síntomas que tiene la resaca), por lo que ten una botella cerca y bebe cada vez que el cuerpo te lo pida. También puede ayudar tomar vitaminas, en forma de zumos o fruta, ya que la vitamina C y la fructosa ayudan al hígado a metabolizar el alcohol y a eliminarlo más rápido. Una opción es el zumo de naranja, pero también sirven unas fresas o un kiwi, además de hacerse un gazpacho de pimiento rojo o hinojo, ricos en esta vitamina.

Además, el cuerpo necesita azúcares, porque la resaca implica una bajada de azúcar (hipoglucemia). Pero olvídate de los alimentos pesados, ya que harán aún más daño al estómago. Además, los expertos afirman que determinados alimentos pueden mitigar los síntomas, por su contenido en vitaminas, minerales, aminoácidos o azúcares. Entre ellos, pueden ayudar la leche, unos espárragos, un yogur, unos huevos o el plátano. Y evita aquellos que hagan trabajar mucho al hígado, como frituras y guisos contundentes.