Tres hospitales españoles desarrollan hígados artificiales para reducir la mortalidad entre quienes esperan un transplante

Se trata de un sistema artificial que se conecta al paciente y le ayuda a sobrevivir
Por EROSKI Consumer 4 de octubre de 2003

Tres hospitales españoles están desarrollando un dispositivo que funcionaría como un «hígado artificial» para los enfermos hepáticos que se encuentren a la espera de un trasplante y en fase aguda de su dolencia. Los hospitales La Fe de Valencia, Clínico de Barcelona y Gregorio Marañón de Madrid están probándolo con un reducido número de pacientes, principalmente enfermos con cirrosis hepática y aquellos que sufren complicaciones agudas.

El doctor Rafael Bañares, de la Unidad de Implante Hepático del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, afirma que se han logrado «resultados alentadores». Sin embargo, pese a estos datos esperanzadores, todavía se requiere una mayor experimentación para llegar a recomendar y extender el uso de este procedimiento artificial en la red sanitaria europea.

Actualmente, se trabaja con dos prototipos realizados por compañías alemanas que permiten eliminar las sustancias tóxicas de la sangre, una de las funciones vitales del hígado. El sistema funciona de forma parecida a la hemodiálisis de los enfermos de riñón, puesto que se trata de un sistema artificial que se conecta al paciente y le ayuda a sobrevivir, mientras espera la donación de un hígado para poder someterse a un trasplante. Con él se están logrando resultados satisfactorios durante un máximo de tres semanas hasta la recepción del nuevo órgano.

El principal objetivo de este estudio es reducir el índice de mortalidad de los candidatos a trasplante hepático incluidos en las listas de espera, que oscila en los últimos catorce años entre un 6,4 y un 9,5 por ciento. Es uno de los más elevados en procesos físicos que necesitan de un trasplante de órgano para sobrevivir. Una de las causas que provocan el trasplante de hígado es la cirrosis, cuyo impacto podría llegar a cuadruplicarse en los próximos años debido a la detección del virus de la hepatitis C en personas que se infectaron hace veinte o treinta años, según el jefe del Servicio de Hepatología del Hospital Clínico de Barcelona, Vicente Arroyo. Se calcula que cerca de ochocientos mil españoles sufren infección por el virus de la hepatitis C y que el 20 por ciento de éstos desarrollarán cirrosis en los próximos 20 ó 30 años. Según el doctor Arroyo, un 10 por ciento de obesos sufrirá alteraciones hepáticas y un 5 por ciento tendrá cirrosis, tras varios años manteniendo su sobrepeso exagerado.

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