Un cirujano de la Clínica Ruber pide un examen deontológico al Comité de Ética para realizar un trasplante de rostro

La Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial no considera adecuada esta intervención "en el momento actual"
Por EROSKI Consumer 4 de marzo de 2004

El cirujano plástico reconstructivo de la Clínica Ruber (Madrid) Francisco Gómez Bravo se propone llevar a cabo en España, este mismo año, el primer trasplante de rostro procedente de un donante fallecido, intervención que acaba de ser proscrita en Francia por el Comité Consultivo Nacional de Ética.

Gómez Bravo ha regresado recientemente de Estados Unidos tras desarrollar su actividad en el Instituto de Cirugía Plástica Reproductiva del centro médico de la Universidad de Nueva York.

Como primer paso, este especialista remitió ayer una carta al Comité Asesor de Ética de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) solicitando su pronunciamiento sobre las posibles implicaciones éticas y sociales de la realización de dicho procedimiento.

En su misiva, el doctor Gómez Bravo afirma que, pese a los recientes avances en Microcirugía Reconstructiva aplicados a la Cirugía Plástica Facial, existe aún una considerable limitación en los resultados que se pueden obtener con las técnicas actuales de Autotrasplante de Tejidos, especialmente en pacientes desfigurados por grandes quemaduras.

Según Gómez Bravo, una vez se disponga de un dictamen favorable, se trataría de buscar a un receptor dispuesto y adecuado para la intervención, con el objetivo de realizar la operación «antes de final de año». A su juicio, una operación de este tipo «sería muy beneficiosa en pacientes graves, especialmente en grandes quemados, y el problema deontológico sólo puede provenir del hecho de que este tipo de operación pudiera derivar hacia fines estéticos: por ejemplo, que un anciano se haga trasplantar el rostro de un joven».

En cualquier caso, el doctor reconoció que la intervención técnicamente es muy compleja, y que sólo hay documentado un caso de reimplante facial completo (el rostro del propio paciente) en La India en 1998.

Por su parte, la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial indicó en un comunicado que considera «inadecuada en el momento actual» la posibilidad de trasplantar tejido de la cara de un muerto a un ser vivo. Los beneficios de una intervención de estas características «son muy dudosos».

«Las actuales técnicas microquirúrgicas aplicadas en Cirugía Maxilofacial están muy avanzadas; sin embargo, la necesidad de que el afectado reciba una terapia de inmunosupresión y los escasos beneficios de la operación -el nuevo rostro, aunque fijado, posiblemente tendría escasa mímica y sensibilidad-, hacen plantear interrogantes en cuanto a la idoneidad de la operación», señaló la Sociedad.

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