Un estudio determina que las grasas y la proteína caveolina-1 constituyen la principal fuente de energía para la regeneración hepática

Sin embargo, una acumulación excesiva de grasa en el hígado representa un factor de riesgo para la aparición de tumores
Por EROSKI Consumer 15 de septiembre de 2006

Un estudio impulsado por el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps), la Universtitat de Barcelona (UB) y la universidad australiana de Queensland concluye que las grasas y la proteína caveolina-1 constituyen la principal fuente de energía para la regeneración del hígado.

Publicado en la prestigiosa revista «Science», el trabajo pone en evidencia el «papel esencial» de la proteína caveolina-1 y las grasas en un proceso fundamental para la curación del hígado tras una lesión o un trasplante. La regeneración hepática es un proceso muy desconocido a nivel molecular, aunque es esencial para el buen funcionamiento de este órgano y es imprescindible para que se puedan llevar a cabo algunas estrategias terapéuticas como el trasplante de donante vivo.

Sin la caveolina-1 «no hay regeneración», según constató la investigación, liderada por el científico Albert Pol, del Departamento de Biología Celular y Anatomía Patológica de la UB. «Las células de este tejido, los hepatócitos, están altamente especializadas pero pueden recuperar su capacidad de dividirse cuando es necesario», señaló Pol. En un hígado normal, los hepatócitos no se dividen, pero durante la regeneración todas las células del hígado se duplican al menos una vez. Para que ello sea posible hace falta un finísimo sistema de regulación que permite al hepatócito acumular las reservas energéticas necesarias en forma de acumulaciones de lípidos y pone en marcha la maquinaria genética de división.

En las primeras etapas de la regeneración las células del hígado acumulan gran cantidad de grasas. Lo hacen en estructuras conocidas como cuerpos lipídicos, cuya importancia durante el proceso era hasta hoy una incógnita. El estudio demuestra que la energía necesaria para la regeneración hepática proviene de las grasas que las células del hígado acumulan durante las primeras horas del proceso.

No obstante, los resultados también revelan que existen mecanismos celulares a través de los cuales la acumulación excesiva de grasa en el hígado representa un factor de riesgo para la aparición de tumores hepáticos. La acumulación excesiva de grasa en el interior del hepatócito, que tiene lugar como consecuencia del consumo excesivo de nutrientes, la obesidad o la diabetes tipo II, afecta en distintos grados a dos terceras partes de la población de países desarrollados.

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