La resistencia bacteriana a los antibióticos se ha convertido en un problema sanitario de primer orden. Infecciones que antes se combatían con facilidad se han vuelto resistentes y los fármacos utilizados contra ellas ya no sirven. Por eso es de gran relevancia el hallazgo de la platencina, una sustancia que podría ser la base de una nueva familia de antibióticos capaz de combatir las bacterias más difíciles de tratar.
Dos equipos de investigación de la compañía farmacéutica MSD, en España y en Estados Unidos, han identificado este compuesto y han descubierto que podría combatir bacterias como «S. aureus» o «E. faecalis», auténticas pesadillas de los hospitales. Sólo «S. aureus» causa entre el 60% y el 80% de las infecciones hospitalarias.
La platencina se ha obtenido de la bacteria «S. platensis», encontrada en una muestra de suelo procedente de la isla de Mallorca, tras rastrear miles de extractos. Hace un año, el mismo grupo español del Centro de Investigación Básica (CIBE) de MSD identificó en esa bacteria otro compuesto similar. Sin embargo, el mecanismo de acción de la platencina parece más prometedor. «El compuesto aislado el año pasado inhibe una enzima implicada en la síntesis de ácidos grasos en bacterias. El nuevo, ataca dos enzimas diferentes por lo que hace más improbable la generación de resistencias», explica Olga Genilloud, integrante del equipo investigador.
El compuesto ya se ha probado en modelos animales y funciona. La placentina curó a ratones infectados con una cepa de «S. aureus» resistente a la meticilina y a la vancomicina, un antibiótico potente y de amplio espectro. También ha demostrado eficacia a infecciones de enterococo resistente a la vancomicina sin que se observara toxicidad.
Los expertos esperan que tras las necesarias modificaciones químicas, la platencina pueda convertirse en un antibiótico de aquí a diez años.