Alimentos a debate, el cava

Algunos estudios afirman que el cava, al igual que el vino tinto, posee sustancias de acción antioxidante
Por EROSKI Consumer 13 de octubre de 2004

Cava y Champagne comparten un mismo proceso de elaboración, en concreto el que comenzó a utilizar hace más de 300 años el famoso Dom Perignon, si bien existen aspectos que los distinguen, por lo que se trata de productos distintos. Los tipos de uva utilizados en la obtención del champagne y del cava son diferentes, así como las características que presentan tanto los suelos de cultivo como el clima existente en las principales zonas productoras: Champagne y Penedés.

¿Cómo se elabora el cava?

El cava se obtiene a partir de una mezcla de diferentes tipos de uva. Cada tipo de uva se fermenta por separado para obtener un mosto, a partir del cual se consigue un vino base que se someterá a una segunda fermentación mediante la adición de levaduras y azúcar en unas cantidades determinadas. Esta segunda fermentación tiene lugar dentro de las botellas en las que el cava se presenta en el mercado. A continuación las botellas se cierran con tapones herméticos y se bajan a las cavas.

Las botellas se colocan en posición horizontal y permanecen en las cavas un mínimo de nueve meses, en total oscuridad, silencio y condiciones óptimas de temperatura; entre 14 y16ºC, obteniéndose finalmente una bebida de gran calidad.

Antioxidantes del cava

Existe un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Barcelona y California, en el que se ha llegado a la conclusión de que en el grupo de las bebidas alcohólicas, no sólo el vino tinto o la cerveza contienen sustancias de acción antioxidante, si no que dichas sustancias también están presentes en el vino blanco y el cava. En concreto el cava contiene compuestos fenólicos que actúan de forma sinérgica, por lo que su efecto antioxidante se potencia. Los compuestos fenólicos que predominan en esta bebida son los que derivan de los ácidos cinámicos, entre los que destaca el ácido caféico. No obstante, no hay que olvidar el inconveniente de su contenido de alcohol y todos los efectos negativos que sobre el organismo conlleva el abuso de cualquier bebida alcohólica. Por tanto, las personas habituadas a tomar bebidas alcohólicas deben saber que no es saludable tomar más de dos vasos al día (125 cc cada vaso) y, para quienes no lo toman, que el mismo beneficio se consigue llevando a cabo una alimentación equilibrada que incluya variedad de alimentos vegetales, ricos por naturaleza en sustancias de acción antioxidante.

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