Elevadores en el hogar

La instalación de montaescaleras, 'subeescaleras' y minielevadores facilita a todas las personas que sufren algún tipo de discapacidad la entrada a su casa
Por EROSKI Consumer 4 de abril de 2007

Subir a un autobús, cruzar una calle o sacar dinero de un cajero automático puede convertirse en una auténtica odisea para cualquier persona que sufra un tipo de discapacidad. Este problema, que debería involucrar a toda la sociedad, se agrava cuando empieza en el propio hogar. Y es que las casas de hoy en día no cuentan con puertas y pasillos anchos que permitan moverse sin ayuda en sillas de ruedas, por ejemplo. Más aún, mucha gente ni siquiera puede bajar o subir a su casa por la falta de infraestructuras adecuadas para poder moverse. Las sillas salvaescaleras o elevadores pueden ser una solución fiable y fácil para resolver este problema.

El mercado actual ofrece un amplio abanico de posibilidades para dar solución a la movilidad de las personas con discapacidad en su casa o en espacios públicos. Según afirma Almudena Gómez, directora adjunta de Fundosa Accesibilidad (Fundación Once), «hay algunos elevadores que se adecuan a una escalera corta, otros a alturas elevadas, los hay compactos, de espacio reducido, etc. Se trata de combinar bien la necesidad real y la disponibilidad económica».

Así, algunas de las posibilidades que se plantean son las siguientes:

  • Montaescaleras. Sirve para salvar desniveles cubiertos por escaleras. Permite elevar y descender a personas discapacitadas, utilicen o no sillas de ruedas.
  • ‘Silla subeescalera’ Se puede instalar en escaleras rectas y también curvas. Este tipo de modelos están fabricados con una tecnología aplicada al sistema de elevación que asegura que el arranque y la parada del traslado sea suave y relajado. Los diferentes modelos cuentan con simples controles de manejo al alcance de la mano. Además disponen de apoyabrazos que sirven de ayuda y da seguridad mientras la persona se sube a la silla. Cuando no está en uso, el asiento y el apoyapiés se pliegan sin obstruir la libre circulación en la escalera. Según cuenta Pedro Fuentes, trabajador de la empresa instaladora de elevadores Vía Libre (Fundación Once), «este dispositivo puede ser el adecuado para una persona usuaria de bastones». Su instalación cuesta alrededor de los 6.000 euros.

    Para andenes ferroviarios, subterráneos, o ciertos edificios públicos, que suelen tener un desnivel de entre 0,8 y 1,5 metros, resulta muy práctico instalar un mini elevador. Se trata de una plataforma elevadora abierta, con barandillas. Este tipo de dispositivo, afirma Pedro Fuentes, suele utilizarse también en comunidades de vecinos en las que ya hay un ascensor, pero también cuatro o cinco escaleras para llegar hasta él. «Su precio suele rondar los 8.000 euros y se requiere el acuerdo de la junta de propietarios para instalarlo».

    Plataformas

    Los problemas de espacio en el hogar hace que muchas personas con problemas de movilidad no puedan disfrutar de todas las estancias de su casa, y para resolver este problema se hallan las plataformas elevadoras verticales. Su principal ventaja reside en su compacto diseño, que hace que necesiten mucho menos espacio que otros elevadores. No necesitan fosa ni sala de máquinas como los demás ascensores, lo que posibilita una instalación sencilla y de bajo coste.

    Además, el diseño estético de estos elevadores hace que se adapten fácilmente a la decoración del hogar. Suelen utilizarse también en edificios públicos, hoteles y restaurantes, centros médicos, comunidades de propietarios y viviendas privadas, tanto para transportar pasajeros a pie como en silla de ruedas.

    Normativa y Plan Nacional de Accesibilidad

    Toda la sociedad en su conjunto debe implicarse en la necesidad de mejorar las condiciones de movilidad de los minusválidos (9% de la población), según la Normativa y Plan Nacional de Accesibilidad 2004- 2012 aprobado en julio de 2003. El Plan fue desarrollado por el IMSERSO, como entidad responsable de promover la igualdad de oportunidades y la mejora de calidad de vida de los colectivos más afectados por las barreras: personas con discapacidad y mayores.

    El Plan ha ido desarrollando actuaciones en diferentes direcciones: campañas de concienciación y trascendencia de la accesibilidad, formación en materia de accesibilidad a estudiantes de arquitectura, informática o profesionales del sector, estudios sobre la situación de la accesibilidad en diferentes ámbitos, y promoción y mejoras de los planes territoriales de accesibilidad y fomento de marcos de cooperación entre las diferentes administraciones públicas.

    Si nos fijamos en el campo del transporte, según esta normativa del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, se impulsarán 624 proyectos de accesibilidad arquitectónica y urbanística, se cofinanciarán 1.664 nuevos autobuses urbanos accesibles, 1.243 autobuses interurbanos y 352 taxis accesibles, y se impulsarán 115 actuaciones en estaciones de Renfe.

    En cuanto a las comunicaciones, se efectuarán inversiones para el mantenimiento del Centro de Intermediación de Teléfonos Sordos, que alcanzará 1.663.000 actuaciones a lo largo del próximo trienio y se apoyará la presencia de intérpretes de la lengua de signos en las relaciones con las Administraciones Públicas, junto al impulso del subtitulado y la audiodescripción, para lo que se prevén un total de 40.800 actuaciones.

    Ayudas públicas

    Otro de los problemas más comunes es el gasto al que deben enfrentarse muchos vecinos y familias afectadas, ya que los elevadores son caros. Sin embargo, las distintas comunidades autónomas prevén ayudas y subvenciones públicas para la eliminación de las barreras arquitectónicas. Estas son las diversas modalidades de solicitud:

    • Ayudas para la eliminación de barreras en corporaciones locales.
    • Ayudas para la eliminación de barreras en ONG.
    • Ayudas para la eliminación de barreras en distintos edificios públicos.
    • Ayudas para la adaptación de puestos de trabajo.
    • Ayudas individuales para la eliminación de barreras en el hogar y para ayudas técnicas.
    • Convenios con los ayuntamientos para la elaboración de planes de accesibilidad.
    • Convenios o subvenciones para la adaptación de los transportes públicos.
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