El consumo de carne de vacuno se ha resentido considerablemente tras la declaración del primer caso de “vaca loca” en España, en noviembre de 2000. La tendencia durante los últimos cinco años ha ido claramente a la baja, descenso que se ha reflejado en cada una de las comunidades autónomas, aunque con diferencias respecto unas de otras.
Evolución del consumo tras la crisis
Entre 1994 y 1999 el descenso ha supuesto una caída de un 10%, pasando de 10,5 kg per capita en 1994 a 9,6 kg per capita en 1999. El ligero repunte experimentado en 1999 respecto a 1998 y la tímida tendencia al alza durante el año 2000 se han visto truncados por un descenso significativo del consumo tras la aparición de la primera “vaca loca”.
Desde que apareció el primer caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en nuestro país, el porcentaje de consumidores que han optado por no degustar la carne de vacuno es elevado. Y todo ello a pesar de las innumerables medidas de protección de la salud que se han establecido “a golpe de norma” por las diferentes administraciones implicadas. La complejidad y el desconcierto que, en algunos casos han determinado su implantación y cumplimiento, han impedido recuperar totalmente la confianza del consumidor hacia este tipo de carne. El descenso del consumo en el hogar coincide con la primera declaración oficial de un caso de “vaca loca” en España, el día 22 de noviembre de 2000 ( “Parrula”, cuyo registro, por muerte, data del 25 de octubre de 2000).
Una aproximación a los últimos datos sobre consumo de carne de vacuno, tanto en el hogar como en los establecimientos de hostelería y restauración, facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), revelan claramente que el consumidor, a principios de agosto del presente año, todavía no había recuperado totalmente la confianza en el producto. Los datos acumulados en hogares para el período comprendido entre noviembre de 2000, mes de la declaración, y julio de 2001, último mes del que se disponen datos de consumo por el MAPA, suponen un descenso del 25% con respecto al período de noviembre 1999-julio 2000 para el conjunto del Estado.
En hostelería y restauración el consumo de carne ha sufrido un descenso más acusado que en los hogares españoles, siendo éste un 29,7% menor en el primer semestre del año 2001 que al del año 2000. El descenso más significativo se produce durante el primer trimestre de 2001 y supone una variación de casi un 37% con respecto al del año anterior. Pero no todas las comunidades autónomas siguen la misma pauta.
Para todos los gustos
Las diferentes comunidades autónomas tienen sus propias pautas de consumo en una situación de “crisis alimentaria” con respecto a un determinado producto, en este caso, la carne de vacuno, según los resultados facilitados por el MAPA. En algunas de ellas, los consumidores han sido más “sensibles” a la hora de optar por el consumo del producto. Salvo pocas excepciones, la tendencia de la mayoría de comunidades autónomas, tras la declaración oficial del primer caso de “vaca loca”, ha sido la de disminuir el consumo.
El consumo en las comunidades afectadas. Teniendo en cuenta los datos de consumo con la declaración oficial de casos de “vacas locas” por comunidades autónomas, se concluye que únicamente se detecta, en los meses de enero, febrero y julio de 2001, una cierta relación entre la declaración oficial de EEB y una disminución significativa del consumo de carne de vacuno en la comunidad autónoma de referencia. Asturias constituye, sin embargo, la excepción, especialmente durante el mes de febrero. En esta comunidad se observa una relación entre declaración y descenso del consumo exclusivamente durante los meses indicados que, de forma significativa, son los de mayor caída del consumo y no durante el resto del período, en que el consumo tiende hacia la recuperación.
Todo ello sin perjuicio de que las declaraciones oficiales de animales enfermos puedan haber influido en las decisiones de otros consumidores pertenecientes a otras comunidades autónomas respecto a productos procedentes de las zonas afectadas. En este sentido, cabe apuntar que, según los últimos datos facilitados por el MAPA (julio de 2001) con respecto a los de noviembre de 2000, algunas comunidades autónomas, como Castilla-La Mancha y Navarra, han incrementado el nivel de consumo de carne de vacuno en un 16,62% y un 35,20% respectivamente. Se trata de comunidades en las que se ha declarado algún caso de “vaca loca”.
En cambio, en otras comunidades autónomas donde no se ha declarado ningún animal enfermo, el consumo de carne de vacuno en hogares se ha visto reducido de forma significativa. Así, y teniendo en cuenta los datos del mes de julio de 2001 respecto a los del mes de noviembre de 2000, podemos establecer las siguientes variaciones: Canarias (- 53,76%), Cantabria (-53,14%), Aragón (-49,80%), Andalucía (- 20,28%), Valencia (19,30%). Estos datos avalan la tesis de la poca influencia de la declaración de un caso de “vaca loca” en la comunidad autónoma con respecto a la tendencia a la baja de su consumo.
Una crisis con tendencia general a la recuperación. La mayoría de las comunidades autónomas han superado los niveles de consumo establecidos en el peor momento de la “crisis” (febrero de 2001), con incrementos medios en torno al 30% para el conjunto de los hogares españoles y con incrementos particulares que, en algunos casos, superan el 300%, como en Navarra o Extremadura, y el 170% en el caso de Murcia. Los casos excepcionales los localizamos en Cantabria (-7,07%) y Asturias (22,06%), que disminuyen su consumo en julio de 2001 con respecto a febrero de 2001. El caso de Asturias es especialmente significativo ya que hasta el mes de junio de 2001 había experimentado un fuerte incremento en su consumo con respecto al mes de noviembre de 2000, nada menos que en un 30,20%. En el período de junio-julio de 2001 decae espectacularmente su consumo en un – 46,17%, hecho que coincide con la declaración de un nuevo caso de “vaca loca” en fecha 13 de julio de 2001.
