La edad de los análisis de cncefalopatía espongiforme bovina (EEB) de los animales sacrificados para consumo humano se eleva a 48 meses, mientras que la de aquellos muertos o cuyo sacrificio no está destinado a consumo humano aumenta hasta los 36 meses, tal como refleja la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por la que se modifica el real decreto que establece y regula el programa integral coordinado de vigilancia y control de las cncefalopatías espongiformes transmisibles (EET).
Desde el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino explican que esta medida sigue manteniendo el mismo nivel de protección al consumidor y, a su vez, refuerza la imagen de la carne de vacuno de España en los mercados exteriores. Asimismo, supone un nuevo avance en el control y erradicación de la enfermedad y permite una racionalización de los recursos y esfuerzos de los servicios veterinarios de las administraciones, apunta el Ministerio.
Fue en diciembre del año pasado cuando se publicó la decisión comunitaria por la que se autoriza a 15 de los 27 Estados miembros a revisar su programa anual de vigilancia de la EEB o mal de las «vacas locas», entre los que se encuentra España. Esta medida implica que los programas nacionales pueden aumentar las edades de vigilancia en todas las subpoblaciones de bovinos investigados, siempre que al menos cubran los animales de más de 48 meses.
La solicitud española para que se revisara dicho programa fue enviada a principios de septiembre de 2008. Esta petición fue estudiada y aprobada por un grupo de expertos de la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) y de la Comisión Europea. En el documento se demuestra que la situación epidemiológica de España ha mejorado notablemente, por lo que se pone de manifiesto la eficacia de las medidas de vigilancia y control aplicadas hasta la fecha, destaca Medio Ambiente.
El Ministerio añade que se ha realizado un exhaustivo análisis de riesgos, basado en los indicadores epidemiológicos propuestos por la EFSA, en el que se pone de manifiesto que el programa de seguimiento de la EEB que se aplicará a partir de ahora también garantizará la protección de la salud de las personas y de los animales.