Entrevista

Mohey Elbanna, especialista en virus y catedrático de la Universidad de Ain Shams (Egipto)

Alrededor del 60% de las enfermedades humanas conocidas se comparten con animales
Por Jordi Montaner 28 de diciembre de 2009
Img mohey elbanna
Imagen: CONSUMER EROSKI

La superpoblación y la transformación de los paisajes por parte de los seres humanos implica facilidades de reproducción para los virus. Mohey Elbanna, catedrático de la Universidad de Ain Shams (Egipto), asegura que la adaptación de los virus al entorno modificado, a través de mutaciones, no responde sólo a variaciones genéticas, sino también a desatenciones socioeconómicas.

Para que una explotación ganadera genere dividendos hay que trabajar a gran escala. ¿Eso implica más virus?

Tanto la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocen que, a mayor concentración de ganado, mayor proliferación de resistencias y mutaciones microbiológicas. Sin tener en cuenta si los animales sobreexplotados, hacinados en locales no siempre higiénicos, atiborrados de antibióticos o de hormonas, merecen o no vivir así.

¿Se evitarían contagios con granjas más pequeñas y aisladas?

Por supuesto. En islas muy pequeñas del Pacífico, con menos de 300.000 habitantes, se ha constatado que, de forma cíclica, se registran casos de sarampión que remiten de forma espontánea. Todo el mundo acaba infectado pero, al ser pocos, la epidemia cierra el ciclo y desaparece hasta mucho tiempo después. Los virus son microbios parásitos, necesitan sistemas inmunes incautos y células en los que poderse replicar; de lo contrario, desaparecen sin más.

¿Por qué el virus de un animal pasa a las personas? ¿Es que las células humanas son mejores?

El virus no tiene preferencia por unas células u otras, pero nuestro sistema inmune se ha debilitado durante la evolución. Los seres humanos pasamos de ser criaturas salvajes a dar la espalda a la naturaleza. Hace poco hemos crecido de tal forma, que la naturaleza entra por fuerza en contacto con nosotros; además, viaja en avión.

¿Qué animales transmiten más enfermedades?

“Cerca de 200 zoonosis pueden transmitirse a través de virus, bacterias, protozoarios, priones, hongos y gusanos”

Los virus que más se acerquen. En las granjas, las aves y los cerdos viven mucho más próximos de los granjeros que las vacas o las ovejas. Por tanto, transmiten más virus. Los culpables de las zoonosis no son los animales, sino nuestra forma de vivir. En los países ricos, la tuberculosis se ceba en barrios marginales en los que un 6% de la población vive hacinada y sin agua corriente. En los países pobres, esta circunstancia afecta al 78% de la población. Más de tres cuartas partes de los ciudadanos viven en habitáculos mal construidos o en plena calle.

Aunque sin animales no hay zoonosis.

Peligrosa deducción. Se sabe que cerca de 200 zoonosis pueden transmitirse a través de virus, bacterias, protozoarios, priones, hongos y gusanos; por ende, alrededor del 60% de las enfermedades humanas conocidas se comparten entre animales y personas. Los estudios señalan que los virus que afectan más a los humanos son de origen porcino y aviar; pero el virus del dengue tiene por culpables a los mosquitos (“Aedes aegypti” y “Aedes albopictus”) y es una de las zoonosis más preocupantes para la salud humana. El cambio climático propicia que mosquitos de zonas tropicales puedan adaptarse a zonas en las que ya no hace tanto frío y actúen todo el año como transmisores activos de zoonosis.

En países de cultura musulmana, sin cerdos, habrá menos zoonosis.

“Una diminuta tortuga acuática puede transmitir salmonelosis a toda una familia a través de las heces”

Insisto en la importancia de la ecología, más que de la zoología. En partes del mundo donde nunca se habían criado cerdos, se destruyeron zonas selváticas para que los animales pudieran pastar a sus anchas y las ratas vieron en las piaras la mejor estrategia para esquivar a sus enemigos naturales y obtener comida sin esfuerzo. Años más tarde, los cerdos desarrollaron enfermedades inéditas, como la miocardioencefalitis, una enfermedad propia de los roedores. El famoso virus del Oeste del Nilo, que fue detectado en Nueva York y transmitido por la picadura del mosquito, se manifestó al prinicipio en cuervos de asentamientos humanos y luego pasó a los caballos.
El síndrome agudo respiratorio grave (SARS) se debe a un coronavirus transmitido por animales de compañía, como el gato, infectados a su vez por murciélagos.

En casi todas las casas hay animales de compañía.

Perros y gatos pueden contagiar cerca de 25 enfermedades diferentes, transmitidas por la materia fecal. Ante una falta de higiene y puesto que los animales “domesticados” no viven en las mismas condiciones para las que la evolución los ha adaptado, se originan trastornos. Una diminuta tortuga acuática puede transmitir salmonelosis a toda una familia a través de las heces y las palomas de la calle transmiten más de 30 enfermedades de origen infeccioso a través de sus excrementos.

¿Y no se actúa?

“El cambio climático propicia que mosquitos de zonas tropicales se adapten a zonas en las que ya no hace tanto frío y actúen todo el año como transmisores activos de zoonosis”

La mayoría de ayuntamientos y administraciones tienen servicios de zoonosis que vigilan el entorno y advierten de posibles peligros. Pero con los virus nunca se sabe. En mayo de este año, expertos de Alemania y Francia alertaron del primer brote de transmisión del virus de la viruela bovina (CPXV) mutada de ratones a humanos.
La alerta se acompañó de unas 30 personas afectadas por esta nueva cepa y bajo vigilancia. Esta enfermedad, contraída en ocasiones por vacas, ratas silvestres, gatos, perros y fauna de zoológicos, rara vez se transmite a humanos, pero según los estudios practicados durante cuatro días a cinco pacientes, se comprobó que una nueva cepa contraída por ratones en una tienda de mascotas, se transmite de forma sostenida a humanos, sobre todo, con sistemas inmunológicos debilitados.

¿Se refiere a personas enfermas?

Sí, pero también a ancianos que recurren a animales de compañía para no estar solos. Si no se toman medidas estrictas de higiene, los virus “hacen su fiesta particular”.

¿Cómo se puede saber qué se avecina?

La tecnología permite que epidemias graves como el SARS o el SIDA no avancen de forma descontrolada. Hemos aprendido pronto a predecir cuanto ocurre. Ahora falta prevenir. Hemos averiguado que el ébola, un filovirus, ha mutado de primates a humanos en el corazón de África, en zonas inaccesibles o envueltas en guerras devastadoras, que hacen muy difícil el control de la enfermedad.

GRIPE PORCINA

En opinión de Elbanna, la denominación “gripe porcina” es incorrecta. “Alguien comenzó a llamar al brote del virus A(H1N1) gripe porcina porque cerdos y aves de corral son las fuentes más habituales y se sabía que esta gripe era distinta a la aviar; sin embargo, no había ninguna evidencia científica de transmisión de cerdos a personas, algo que sí se había detectado con la gripe aviar”, explica.

El virus H1N1 tiene una triple combinación de genes que no coincide con ninguna hallada hasta ahora entre cerdos. Consta de ocho segmentos genéticos: cinco de ellos provienen del cerdo y se formaron al principio de la evolución del virus, dos provienen de las aves y uno es humano. La FAO advirtió a tiempo a los países productores para que no sacrificaran a los cerdos como medida preventiva. También pidió que no se impongan restricciones de comercio de la carne y sus productos derivados.

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