La organización no gubernamental Acción Sanitaria y Desarrollo Social (Anesvad) presentó ayer en Bilbao una campaña audiovisual con la que pretende sensibilizar a la opinión pública sobre la explotación sexual de niños cada vez más pequeños en el Sudeste Asiático.
La ONG denunció en la capital vizcaína que el miedo al sida ha llevado a las mafias de esta parte del mundo a utilizar niños cada vez más pequeños para el tráfico sexual. «La extrema juventud de las víctimas de esta explotación implica para los clientes una dudosa garantía de falta de experiencia y menor riesgo de contagio», señaló.
En las imágenes que se difundirán en televisión dentro de esta campaña, una lavadora ocupa el lugar de la hija mayor en el seno de un hogar del Sudeste Asiático. Sus padres, humildes campesinos, la han cambiado por el electrodoméstico, posiblemente sin conocer la trascendencia real de la operación. «Han mejorado su estatus, pero han condenado a la pequeña a la explotación sexual». El anuncio, que será emitido hasta diciembre, pretende reflejar una situación habitual en otras latitudes, dijo Anesvad.
Miles de afectados
Según fuentes de la organización humanitaria, este comercio engloba a no menos de dos millones de afectados en Tailandia, Camboya, Vietnam o Filipinas. «El deseo de prosperar en un medio que no proporciona otras oportunidades, la violencia familiar, las deudas, la presión de las mafias o la influencia del turismo internacional, suponen otros tantos incentivos para este tráfico», indicaron estas mismas fuentes.
Las víctimas de tales prácticas «sufren daños psicológicos y maltratos físicos, el contagio de enfermedades, embarazos y abortos, además del rechazo de sus parientes y vecindario, lo que supone un problema añadido para conseguir su reinserción», añadieron.
Aunque esta lacra amenaza especialmente a aquella región, sumida en un proceso muy duro de conversión a la economía neoliberal, también se extiende a otras zonas del planeta. Anesvad advierte de los flujos entre los países europeos ex socialistas y Occidente, del contrabando de niños africanos y su empleo en todo tipo de actividades económicas, o de la reciente expansión de esta forma de explotación por América Latina, un proceso vinculado a la presión mediática y policial sobre Asia.
Anesvad también ha denunciado, a través de una web-trampa, la oferta de material pedófilo por Internet.
