Crisis económica y discriminación

La crisis económica ha favorecido los discursos discriminatorios y racistas en el último año
Por Azucena García 3 de septiembre de 2011
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La crisis económica genera desempleo, situaciones de desesperación, necesidades y, también, discriminación. Cuando unos carecen de empleo, achacan a otros esta situación, aunque los puestos que ocupen sean de una categoría inferior o quienes se lo reprochan ni siquiera quisieran o sabrían desempeñarlos. Pese a todo, se reclama la preferencia de los ciudadanos nacionales en el acceso al empleo, la sanidad o la educación y cada vez son menos quienes defienden la concesión de derechos a esta parte de la población.

El último informe sobre «Evolución del racismo y la xenofobia en España«, publicado por la Dirección General de Integración de los Inmigrantes con datos de la encuesta «Actitudes hacia la inmigración», realizada en 2009, revela que la crisis económica y la discriminación tienen varios puntos en común. La situación de crisis registrada en todo el mundo ha supuesto que la concesión de una serie de derechos y libertades experimente una tendencia decreciente.

¿Integración o adaptación?

La integración implica el reconocimiento de derechos a las personas inmigrantes «en igualdad con la población autóctona». Esto debe ser así en el sentido más amplio, es decir, en cuestión de derechos sociales básicos (educación, sanidad o empleo), derechos de ciudadanía y de participación política. Sin embargo, este último apenas se reconoce.

El citado informe señala que la integración significa «eliminación de cualquier manifestación de discriminación por origen nacional y étnico», pero alude a algunos autores que destacan el denominado «déficit de las tres R»: respeto, reconocimiento y representación.

Se detecta un retroceso respecto a la postura favorable a la concesión de ciertos derechos a las personas inmigrantes

Cuando se pregunta a los ciudadanos españoles sobre su posición favorable a la concesión de ciertos derechos a las personas inmigrantes, se detecta un retroceso con respecto a los dos años anteriores, aunque las cifras son similares en cuanto a la reagrupación familiar (79%), cobrar el subsidio de paro (87%), votar en las elecciones municipales (62%) y generales (52%), crear asociaciones para defender sus derechos (73%) y obtener la nacionalidad española (68%).

Cada vez son más las personas extranjeras que solicitan la nacionalidad. En 2008 había 25.532 ecuatorianos nacionalizados, 15.409 colombianos y 8.615 marroquíes. Sobre todo, con un 69,87% de los casos, se concede la nacionalidad española por haber cumplido dos años de residencia en nuestro país. Respecto al derecho a la nacionalidad, no obstante, hay discrepancias. Los ciudadanos autóctonos más jóvenes son quienes se muestran más favorables, frente a las personas de más edad. Además, «la aprobación desciende entre los mejor posicionados» en situación económica personal.

Beneficios de la inmigración

Pese a los datos anteriores, todavía hoy en día se asocia la inmigración con una situación de ilegalidad y una imagen del inmigrante como «acaparador de ayudas públicas, subvencionado desde que llega al país, sin que haya tenido tiempo para contribuir a ellas». En ciertos momentos, se refuerza la idea de que «se paga todo» a las personas inmigrantes, frente a los nacionales, que no disfrutan de las mismas ayudas.

Desde Red Acoge, sin embargo, se anima a pensar en «la oportunidad única de enriquecimiento» que supone la llegada de personas extranjeras. Considera necesario dejar de entender la diversidad por motivo de edad, género, rasgos físicos o idioma, y aboga por fijarse en características no perceptibles, «que aportan mayor valor al ser humano», como aprendizajes, experiencias, creencias o modos de pensar.

Cinco argumentos que cuestionan la inmigración

Cuando se consulta a los ciudadanos nacionales por varios aspectos de la vida diaria, se detectan los factores más sensibles relacionados con la inmigración y el motivo de situaciones de diversidad.

  1. En épocas de bonanza, se entiende que puede “darse y repartir”, pero cuando predomina la escasez, los beneficios de la inmigración se replantean.
  2. En el último año, se ha mantenido estable el porcentaje de personas que considera que los españoles no han de tener preferencia en el acceso a la sanidad, con respecto a las personas inmigrantes. La cifra no ha disminuido, pero tampoco ha aumentado de manera significativa.
  3. En cuanto a las ayudas, los ciudadanos creen que hay más para las personas extranjeras, a quienes “se paga todo” e, incluso, se da prioridad en el acceso a viviendas de protección oficial.
  4. Se reivindica la preferencia de los alumnos autóctonos en el acceso a los colegios y se detecta preocupación porque la calidad de la enseñanza no empeore donde los estudiantes de origen extranjero son mayoría.
  5. En el empleo, el 24% de los ciudadanos encuestados cree muy aceptable y el 39% bastante aceptable que “se prefiera contratar a un español antes que a un inmigrante”. Las cifras sorprenden porque son tres puntos porcentuales más elevadas que en 2008 y siete puntos mayores que las de 2007.
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