El Banco Mundial advierte de que 44 millones de personas han caído en la pobreza desde junio de 2010

Esta situación se debe al incremento del 36% en los precios de los alimentos, provocado en parte por la escalada del coste de los combustibles
Por EROSKI Consumer 15 de abril de 2011

Un total de 44 millones de personas han caído en la pobreza desde junio de 2010 debido al incremento del 36% en los precios de los alimentos, según ha advertido el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. Este encarecimiento de los alimentos obedece en parte a la escalada del coste de los combustibles tras las recientes revueltas en Oriente Medio y el norte de África, destaca el organismo en su informe «Monitor de Precios de Alimentos». De hecho, en el primer trimestre de este año, los precios del petróleo han subido un 21%.

Zoellick aseguró que «los elevados y volátiles precios de los alimentos son la mayor amenaza para los pobres». El coste de los alimentos se encuentra próximo a los niveles de 2008, cuando la carestía de la comida provocó revueltas en muchos países pobres, añadió. Todo ello «contribuye a la inestabilidad social», alertó. Entre los alimentos que más han subido están el maíz, con un incremento del 74% en el último año, el trigo, que se ha encarecido un 69%, la soja, que es un 36% más cara, y el azúcar, un 21%.

El documento, publicado en el marco de la reunión conjunta de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), señala que en países como Egipto y Siria la inflación del precio de los alimentos es superior al 10%. Según el organismo, una subida del 10% en los precios globales podría hacer que otros 10 millones de personas caigan por debajo de la línea de la pobreza extrema, en la que se encuentran los que viven con ingresos de menos de 1,25 dólares diarios. El Banco Mundial estima que hay unos 1.200 millones de personas en el mundo por debajo de la línea de la pobreza.

Además de las revueltas en Oriente Medio, hay otras razones por las cuales los precios también se han encarecido. Son, entre otras, los efectos meteorológicos adversos en importantes exportadores de granos, las restricciones a las exportaciones, el creciente uso de biocombustibles y las bajas reservas globales de alimentos.

El Banco Mundial señaló que entre las medidas que podrían ponerse en marcha para reducir el impacto de los elevados precios de los alimentos están los programas de nutrición para los más pobres y la eliminación de las restricciones a las exportaciones. Por su parte, el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, reiteró la necesidad de crear «trabajos, trabajos, trabajos» para afianzar la recuperación económica.

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