Hoy se celebra, bajo el lema «No tener hogar significa mucho más que estar sin techo», el Día de los Sin Techo 2008, una jornada convocada por Cáritas Española, FACIAM (Federación de Asociaciones de Centros para Integración y Ayuda a Marginados) y FEANTSA España (Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con personas sin hogar).
El objetivo de esta jornada es llamar la atención sobre el «profundo valor humanizador» del hogar como espacio de crecimiento y de autonomía personal insustituible para todos los ciudadanos, pero del que «no pueden disfrutar las personas que viven en la calle», según sus promotores. El Día de los Sin Techo también busca recordar el «muchas veces imposible acceso a una vivienda digna y adecuada», según estas organizaciones.
El problema en cifras
Se calcula que en España casi 1,5 millones de familias viven en infraviviendas, mientras que hay más de 30.000 personas sin hogar, de las cuales el 82,7% son varones, su edad media es de unos 38 años y sus ingresos medios son de 302 euros al mes. Asimismo, el 51,8% son españoles y el 48,2%, extranjeros.
«Se trata de un fenómeno complejo y cambiante», señala FEANTSA. Sus causas son múltiples y tiene sus raíces en situaciones diversas, como casos de desahucio, de realojo, jóvenes que abandonan centros de acogida o el hogar familiar sin los recursos adecuados, personas que salen de prisión o que pierden el contacto con las distintas formas de asistencia social. También hay casos derivados de rupturas de proyectos familiares o de pérdidas de empleo.
Reclamaciones
«Más allá de las definiciones económicas y sociales utilizadas por los organismos públicos internacionales y nacionales, hogar tiene un significado mucho más profundo», recuerdan Cáritas, FACIAM y FEANTSA, que indican que en la actualidad prácticamente no existen políticas de vivienda para personas sin hogar y el acceso a las casas de protección se hace prácticamente inalcanzable al exigirse requisitos legales como ingresos mínimos o empadronamiento. Por ello, estas entidades reclaman políticas públicas y actitudes de acogida de toda la sociedad y de cada ciudadano «para que los derechos sociales que todo ser humano tiene, encuentren su cauce jurídico, social, personal y comunitario en la creación o reconstrucción del hogar».
Exigen así a las administraciones públicas medidas fiscales que favorezcan el alquiler y programas de rehabilitación de viviendas que impulsen una política habitacional «claramente dirigida a la creación de vivienda social y orientada a la inclusión de los colectivos y grupos más vulnerables». También proponen «la eliminación de algunas ordenanzas de las corporaciones locales que no responden al espíritu de regular el uso del espacio público y de las actuaciones policiales en centros de personas sin hogar para solicitar documentación o listados de usuarios». FACIAM, FEANTSA y Cáritas llaman además la atención sobre la necesidad de coordinación entre los servicios sociales autonómicos y locales en lo que atañe a la atención y seguimiento de personas sin hogar, sobre todo en lo que se refiere a los temas de salud.
