El futuro de los agricultores en los países más pobres

Intermón Oxfam debate el futuro de 900 millones de personas que viven de la agricultura en la conferencia '50 años de lucha contra la pobreza y la injusticia'
Por Miren Rodríguez 26 de octubre de 2006

Un total de 900 millones de personas dependen de la agricultura en el mundo, y la mayoría en países pobres. Por lo tanto, el crecimiento de la agricultura tendrá efectos positivos en la erradicación de la pobreza. Esta es una de las conclusiones de la mesa sobre el sector que se ha celebrado en el marco de las jornadas «50 años de lucha contra la pobreza y la injusticia» que Intermón Oxfam ha organizado para reflexionar sobre el pasado y el futuro de la ayuda al desarrollo. David King, de la Federación Internacional de Productores Agrícolas, ha afirmado que los campesinos son la gente más invisible del planeta, «a pesar de que la pobreza está causada por negligencia en el ámbito de la agricultura: la mayor parte de los que pasan hambre en el mundo son campesinos».

«El crecimiento de la agricultura tendrá efectos positivos en la erradicación de la pobreza»
Para combatir esta situación Juan José Vera del Carpio, gerente de la convención del agro peruano, propine que «las empresas transnacionales se crean realmente lo que predican: el libre mercado, pero que sea libre para todos». Del Carpio explicó que en Perú algunos sectores tienen niveles de productividad más altos que los norteamericanos y por lo tanto están preparados para competir en un mercado abierto.

François Traoré, que representa a los 20 millones de productores de algodón en África, ha exigido, por su parte, que la libre circulación de capitales se aplique también a las personas. «Cuando Occidente quiso venir a África, nadie se opuso. Ahora que es al revés, no puede ser». Traoré defiende las inversiones en el desarrollo del sector agrícola como clave para evitar la inmigración: «La solución es fácil: que en un país de agricultores como el mío, Burkina Faso, se pueda vivir de su producción y así crear empleo».

Los tres representantes destacan la importancia de mejorar la organización del colectivo para conseguir cambiar su situación. El caso de los productores de algodón en Burkina Faso es paradigmático. Gracias a que decidieron aliarse, consiguieron que los bancos del país les rebajaran los tipos de interés y ejercer una presión remarcable en la ronda de negociaciones de Cancún.

Hacerse escuchar

“Los agricultores han de hacer oír su voz allí donde se deciden las políticas internacionales. Y han de buscar alianzas con otros grupos sociales igualmente perjudicados”. En este sentido, Xavier Palau, director de la Unidad de Desarrollo Temático de Intermón Oxfam, ha explicado que el perjuicio de los agricultores locales significa perjuicio para la comunidad en tanto que consumidores. Según se desprende de estudios elaborados sobre el caso del maíz en México y el arroz en Nicaragua, cuando se permitió la entrada de productos más baratos de otros mercados, el sector agrícola se vio afectado, lo que supuso mayor paro, menos ingresos y mayor emigración hacia las ciudades. Los únicos beneficiados fueron los intermediarios, ya fueran locales o internacionales.

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