Hacer frente al turismo sexual infantil

Fundación Intervida diseña la campaña 'Dales Voz' para denunciar la explotación sexual infantil
Por Miren Rodríguez 11 de agosto de 2006

Intervida , como muchas otras organizaciones, denuncia la explotación sexual comercial infantil como una violación de los derechos fundamentales de los niños y niñas, así como el abuso sexual por parte del adulto y su remuneración económica o en especie, tanto para el propio niño o niña, como para terceras personas. «Constituye una forma de coerción y de violencia contra la infancia y representa una de las peores formas contemporáneas de esclavitud», explican desde la ONG. Desde el punto de vista de Joan Manuel Costa, director de la Fundación Intervida, el origen de este problema está en la pobreza y asegura que mientras exista mercado, existirá demanda y no hay que olvidar que se viaja en busca de este turismo sexual.

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Estos son los motivos por los que Intervida acaba de poner en marcha la campaña ‘Dales Voz’, cuyo fin es sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad del turismo sexual infantil, una práctica que crece de forma preocupante en los países menos favorecidos. Según datos de UNICEF, cada año hasta dos millones de niños y niñas (la mayoría niñas) son víctimas de esta clase de abusos. Esta campaña pretende, de esta manera, movilizar a toda la sociedad y crear un estado de opinión que empuje a las instituciones públicas y al sector empresarial a actuar severamente contra aquellos factores que perpetúan esta terrible forma de esclavitud. Y para lograrlo Intervida ha creado este emblema en forma de chapa, que quiere estar presente en todos los lugares y ser llevada por el máximo número de personas, convirtiéndose así en un manifiesto colectivo.

Cualquier persona puede sumarse a esta iniciativa comprando una chapa donde se puede leer ‘Dales Voz’ o mediante un mensaje de apoyo. También se puede colaborar con a través del envío de un SMS con la palabra VOZ al 7374.

Causas

La dificultad a la hora de erradicar este problema reside en la clandestinidad de estas actividades y en la falta de colaboración y/o legislación por parte de los gobiernos de los países más afectados, según Intervida. Una de las ramas de la explotación sexual comercial infantil es el turismo sexual infantil, una violación flagrante de los derechos de la infancia reconocidos internacionalmente. La legislación española (así como la de la mayoría de países del mundo) castiga a los abusadores independientemente de si el delito ha sido cometido en nuestro país o en el extranjero.

Las causas que provocan la existencia de niños y niñas para el disfrute sexual de adultos son numerosas y variadas. Fundación Intervida asegura que entre las más importantes se hallan la pobreza de los países de destino, la vulnerabilidad de las estructuras sociales, económicas y políticas, la proliferación de conflictos armados, la discriminación que sufren determinados colectivos, la existencia de mafias que han visto en esta actividad ilegal un inmenso negocio… pero sobre todo, la existencia cada vez mayor de una demanda específica de sexo con niños y niñas por parte de adultos de las sociedades occidentales. Como consecuencia, la explotación sexual no sólo conlleva peligros físicos como la posibilidad de contraer sida, infecciones, maltratos e incluso la muerte, sino que muchos de estos menores corren el riesgo de convertirse de adultos en agresores.

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