La educación de calidad es un instrumento valioso para luchar contra el hambre. Así lo dijo la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en una reunión de alto nivel sobre «Educación para Todos», que comenzó ayer en Pekín.
La FAO aprovechó su participación en este encuentro para pedir una mayor inversión en enseñanza en las zonas rurales, donde se concentra la mayor parte de las personas pobres. «La falta de escolarización en estas zonas perpetúa el hambre», apuntó. La Educación Primaria es «uno de los medios más seguros para que los niños y sus familias rompan el círculo vicioso de la pobreza y del hambre», aseveró.
Por ello, la agencia de la ONU considera prioritario que las zonas rurales logren una educación de calidad que abarque la enseñanza primaria, la alfabetización y la formación profesional de las comunidades de campesinos, pescadores y ganaderos, así como de la población que vive en las montañas, en los bosques y en los desiertos.
Por último, insistió en que los estudios demuestran que la educación contribuye de forma significativa a reducir la malnutrición y desempeña un importante papel en el aumento de la productividad.
