Lejos de cerrarse, la brecha que distancia a los países industrializados de las naciones más pobres ha crecido de manera «espectacular» en las últimas décadas, señaló ayer el administrador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Kemal Dervis.
Dervis, que acompañó a la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, en un acto sobre los Objetivos del Milenio, puso cifras a este desequilibrio. Si a comienzos de la revolución industrial, allá por 1820, los diez países más ricos tenían tres veces más ingresos que los diez más atrasados, en el año 2000 la diferencia era de 46.
El abismo que separa a ricos y pobres se reproduce también dentro de los Estados más desfavorecidos, con «un desarrollo dramático» desde la década de los 90. Los países donde mejora la justicia social y redistributiva son una excepción, como Brasil. «Es uno de los pocos donde la inequidad interna está retrocediendo», aseguró Dervis.
El responsable del PNUD reclamó mayor compromiso de los países desarrollados en las políticas de ayuda contra la pobreza. Deben avenirse también, dijo, a unas reglas de comercio más justas y abiertas para todos, al respeto a los derechos de patente y propiedad intelectual de los Estados del sur, y a la lucha contra el cambio climático, del que son víctimas propiciatorias los pobres del mundo.
Ayuda española
Dervis agradeció los fondos destinados por España en los últimos años a la cooperación internacional, y la reorientación de buena parte de la ayuda hacia el África subsahariana. En este sentido, Pajín recordó que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española pasará del 0,25% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2004 al 0,42% en 2007. «En tres años se habrá pasado de 1.985 millones de euros, a más de 4.000», precisó la secretaria de Estado de Cooperación.
El objetivo del Gobierno es alcanzar el 0,5% al final de la actual legislatura, para acometer después el salto al 0,7% marcado por la ONU. Entre las innovaciones de la AOD española, Pajín destacó el aumento de las contribuciones a los organismos multilaterales no financieros, de 65 millones en 2004 a los 800 millones previstos en 2007.
