En cinco años, los casos de menores maltratados casi se han triplicado en España. En 2001, 2.614 menores habían sido víctimas de esa situación, mientras que el año pasado esa cifra se elevó a 6.438, según el informe «La infancia en cifras», cuyos datos ayer recordó la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, Amparo Valcarce.
Estas son las únicas cifras con las que de momento se cuenta para analizar «una lacra social ante la que no podemos permanecer impasibles», afirmó Valcarce.
El año pasado los menores de 18 años maltratados en España llegaron a ser 6.438
Los datos más exactos se conocerán el próximo año a partir de un informe completo sobre maltrato, que ha sido elaborado con un registro único en el que han colaborado tanto instancias educativas como sanitarias.
De ahí que el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales haya optado primero por desarrollar una nueva campaña de sensibilización sobre este asunto. Su lema: «¿A que duele? Si te duele, denúncialo». La intención no es sólo concienciar, sino además pedir a los españoles que denuncien cualquier caso de este tipo que conozcan.
Así, se distribuirán, hasta el próximo 15 de diciembre, más de 5.000 folletos y carteles entre administraciones, organizaciones de infancia y centros públicos. Además, se emitirán diferentes anuncios en los medios de comunicación.
Detección
El presidente de la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil, Jesús García, señaló que hay «un problema de detección de estos casos» en la sociedad. Las agresiones, a su juicio, se producen por muy diversas causas. Entre ellas, «la ausencia de recursos de los padres para responder a una provocación del menor», «las carencias de su educación» e, incluso, «la falta de sentido del humor» de muchos adultos. Precisamente, este último motivo está relacionado con el 30% de los casos de malos tratos que se producen, según García.
Amparo Valcarce hizo un llamamiento para que los poderes públicos y la sociedad civil trabajen juntos en la erradicación de la «inmoralidad» que supone el maltrato infantil. La secretaria de Estado apeló a la «tolerancia cero» para el maltrato infantil, que no sólo es «moralmente inaceptable», insistió, sino que también es un delito «gravísimo», cuya erradicación pasa por prevenir y denunciar, pero también por educar.
La violencia contra los menores puede tener muchas caras desde la etapa prenatal, como los malos tratos físicos o psíquicos o los abusos sexuales, pero todos ellos, señaló Valcarce, dejan secuelas «muy graves» en la vida de los niños, que pueden tener consecuencias para ellos en el futuro. «Desgraciadamente», según la secretaria de Estado, la violencia contra los menores está presente en todas las capas sociales.
Necesidad de prevención
Jesús García, recalcó la necesidad de prevención en el seno de las familias y se mostró partidario de volver al «maestrazgo» familiar, porque la permisividad en la educación, opinó, favorece que haya un «descontrol», sobre todo, entre aquellos padres que tienen una «baja tolerancia a la frustración». En esos casos, los padres tienen «hiper-respuestas» a las provocaciones de sus hijos, lo que da como resultado un maltrato físico y emocional, agregó.
«Presumimos de hijos, pero no hablamos con ellos», se quejó García, quien abogó por transmitir valores como la capacidad, la convivencia, las actitudes, el autocontrol, la autoestima y «el sentido de la utopía».
