Los efectos de la migración laboral femenina

El Fondo de Población de Naciones Unidas publica un informe en el que se analiza el papel de las mujeres refugiadas y la diversidad cultural
Por Miren Rodríguez 12 de septiembre de 2006

El informe elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas, titulado ‘Hacia la esperanza: las mujeres y la migración internacional’, estudia los efectos de la migración laboral femenina sobre los países de origen y de destino. En la actualidad las mujeres constituyen casi la mitad del total mundial de migrantes internacionales: 95 millones. No obstante y pese a que contribuyen a la reducción de la pobreza y a economías que luchan por desarrollarse, la comunidad internacional ha comenzado a percatarse hace muy poco tiempo del significado de lo que pueden ofrecer las mujeres migrantes. «Y sólo recientemente los encargados de formular políticas han comenzado a reconocer las particulares dificultades y los riesgos que las mujeres enfrentan cuando se aventuran rumbo a nuevas tierras», reza el informe.

Según este texto la migración se ha duplicado en los últimos 50 años, alcanzando un total de 36 millones, en los que dominan los flujos migratorios hacia países desarrollados. Las mujeres inmigrantes perciben salarios menores, no están incluidas en las políticas migratorias, tienen menor participación en el mundo laboral, y son en su mayoría profesionales. «La fuga de cerebros es un debate no resuelto, la emigración de médicos y enfermeras es la descapitalización más grande que sufren los países de origen», explica Marisela Padrón Quero, Directora de la División para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de Las Naciones Unidas, UNFPA.

No hay que olvidar que cada año millones de mujeres que ocupan sus empleos en el extranjero envían centenares de millones de dólares en remesas a sus hogares y comunidades de origen. Esos fondos van a saciar bocas hambrientas, vestir y educar a los niños

«Esos fondos van a saciar bocas hambrientas, vestir y educar a los niños»
costear servicios de salud y, en general, mejorar los niveles de vida de los seres queridos que quedaron atrás», detalla el informe. Para los países anfitriones, el trabajo de las mujeres migrantes está tan imbricado en la trama misma de la sociedad, que casi no se percibe. Las mujeres migrantes realizan duros trabajos en los hogares de familias de trabajadores, atienden a los enfermos y reconfortan a los ancianos. Aportan además sus conocimientos técnicos y profesionales, pagan impuestos y apoyan calladamente una calidad de vida que muchos dan por sentada.

Además, los beneficios son recíprocos. Para muchas mujeres, la migración abre las puertas de un nuevo mundo donde hay más igualdad y menos opresión y discriminación que limite la libertad y coarte las oportunidades. Para los países de origen y para los de destino, la contribución de las mujeres migrantes puede literalmente transformar la calidad de vida. «Sin embargo, esta dedicación entraña un costo, puesto que la migración también tiene un costado sombrío», se advierte en el documento.

Diálogo de 2006

Aunque durante mucho tiempo la cuestión de las mujeres migrantes ha ocupado un plano secundario en la agenda de las políticas internacionales, hoy el mundo tiene una oportunidad de cambiar esta situación: por primera vez, representantes de gobiernos de todo el mundo asistirán a un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas dedicado especialmente a la migración. El Diálogo de alto nivel de 2006, dedicado a la migración internacional y el desarrollo, ofrece una oportunidad de importancia crítica para velar por que se escuchen las voces de las mujeres migrantes. El reconocimiento explícito de las necesidades de las mujeres y la necesidad de lograr la igualdad entre hombres y mujeres es un requisito básico de cualquier marco normativo racional, equitativo y eficaz que trate de encauzar la migración de manera ordenada y humana.

Derechos Humanos de los trabajadores migrantes

En virtud del derecho internacional, todos los trabajadores migrantes- sea cual fuere su condición jurídica- tienen derecho a la protección de sus derechos humanos fundamentales, al igual que cualquier otro ser humano. La Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares es el instrumento internacional más complejo que protege sus derechos. Esta Convención, basada en los tratados previos sobre derechos humanos básicos entró en vigor en 2003. Establece estándares mínimos que están obligados a defender todos los gobiernos que se adhieren a la Convención. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a diferencia de la mayoría de los demás instrumentos de derechos humanos, éste no ha sido ratificado por la mayoría de los países desarrollados.

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