La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) considera que queda margen para bajar los precios medios máximos mayoristas que se aplican a los operadores móviles por los servicios de terminación de llamadas en sus redes, lo que se conoce como «glide path».
«Todavía no tenemos los resultados sobre los estudios realizados, pero intuyo que aún existe margen para bajar los precios en terminaciones móviles», aseguró ayer Reinaldo Rodríguez, presidente de la CMT, quien confía en que el nuevo informe sobre «glide path», donde se espera un recorte de los precios máximos por terminación móvil, esté listo antes de agosto.
Desde abril, Telefónica Móviles, Vodafone y Orange, y sus respectivos Operadores Móviles Virtuales (OMV), cobran el mismo precio a sus rivales por permitir acabar las llamadas en sus respectivas redes, 0,07 euros por minuto.
Desde que la CMT fijó los precios máximos que los operadores pueden cobrar a sus competidores por terminar sus llamadas en sus redes, estos han estado marcados por un calendario de bajadas semestrales. Pese a ello, España aun se sitúa por delante de algunos países de la Unión Europea, como por ejemplo Francia, cuyo precio máximo para terminación móvil está en cuatro céntimos de euro por minuto.
El único operador que queda al margen de esta regulación es Yoigo, cuyo «glide path» se sitúa en 0,10 euros por minuto, debido a que se incorporó más tarde a un mercado ya consolidado.
Los precios actuales estarán vigentes hasta septiembre, ya que a partir de octubre de 2009 entrarán en vigor las nuevas tarifas, que la CMT espera estén definidas antes del próximo 31 de julio.
Efectos sobre el usuario
El precio de terminación es una tarifa mayorista, por lo que en la factura que recibe el usuario no ve esa transacción entre operadores. Pero fuentes de la CMT recuerdan que esos precios sí repercuten en la factura final en tanto que siempre resulta más caro llamar a un móvil de otra compañía.
Las empresas de telefonía en ningún caso están obligadas a rebajar sus precios minoristas si se produce un recorte de las tarifas mayoristas. No obstante, «la acción reguladora, combinada con una mejora de las condiciones competitivas del mercado (menos barreras de entrada y más operadores) debería tener un efecto en los precios finales en el medio plazo», explican las mismas fuentes.
