Ahorrar en guardería gracias a los abuelos

Numerosas familias recurren a los abuelos para sustituir el servicio de unas guarderías que no pueden sufragar
Por Miriam Lerose 12 de abril de 2007

La gran mayoría de las mujeres trabajadoras se ven obligadas a optar, meses después de dar a luz, por las guarderías para el cuidado de sus bebés. Pero la cifra de abuelos que cuidan a sus nietos se incrementa cn el paso del tiempo; más aún en época de crisis. De hecho, el 70% de las mujeres mayores de 65 años ha cuidado a sus nietos algunos años atrás o lo hace en la actualidad. Los abuelos suplen a unas guarderías cuyos precios, en cada vez más ocasiones, los padres son incapaces de sufragar.

ImgImagen: Beth Kanter

Dejar a los niños al cuidado de los abuelos representa un ahorro importante para la familia, ya que una guardería, pública o privada supone un gasto de considerables proporciones. En algunos casos, las mensualidades de los establecimientos privados representan hasta la mitad del salario mínimo interprofesional, y para numerosos hogares se hace imposible poder pagarlas.

Sólo en concepto de matrícula, los precios de estos centros varían entre 100 euros y 200 euros de media. A este importe inicial se deben sumar los pagos mensuales, y el servicio de comedor, lo que equivaldría a un importe de entre 300 euros a 500 euros por niño cada mes.

Sólo en concepto de matrícula, los precios de un centro privado varían entre 100 y 200 euros

La incompatibilidad horaria es una de las mayores preocupaciones de las españolas ante la decisión de ser madres, por no contar con nadie a quien dejar los niños en el momento de reincorporarse al puesto de trabajo. Aunque las guarderías y colegios se han adaptando a este fenómeno y han establecido márgenes horarios amplios, muchas veces no aportan una solución.

En España, el 33% de las mujeres entra a trabajar antes de que abra el colegio y el 59% abandona la oficina después de que el centro educativo ha cerrado sus puertas, con lo que le resulta complicado acompañar o recoger a sus hijos. Como consecuencia directa, la figura del abuelo ha cobrado importancia y, sobre todo en edades tempranas, ha suplantado la función que tenía antaño la guardería.

Trabajar sin su ayuda: misión imposible

Sin la ayuda de los abuelos -en su mayoría maternos- las mujeres no podrían acudir a su puesto de trabajo. Este fenómeno, sin embargo, también se ha mirado bajo otro prisma: la libertad de los mayores. Según la Asociación Española de Abuelos y Abuelas en Marcha (ABUMAR), es cierto que ahora los mayores reemplazan a las guarderías , algo que les impide disfrutar de esta etapa de su vida, aun teniendo mayor independencia económica que décadas atrás.

Compatibilizar las tareas del hogar, familia y empleo resulta cada vez más complicado, sobre todo en España, donde se trabaja un mínimo de ocho horas que, en un trabajo de jornada partida y en una gran ciudad, suponen varias horas más fuera de casa. Entre las principales dificultades de las madres españolas para trabajar y a su vez cuidar del hogar, se encuentran:

  • Las enfermedades de los niños
  • La falta de coordinación de los horarios laborales y escolares

  • Las vacaciones de los menores

Son los abuelos, entonces, quienes se encargan del cuidado de los niños cuando están enfermos y se responsabilizan de su cuidado.

Si los abuelos no residen cerca y no es posible contratar ayuda externa, las madres faltan a su trabajo ante cualquier contongencia

Los abuelos no siempre están presentes o residen lo bastante cerca como para brindar su ayuda. En estos casos, la familia se encuentra con serios problemas: de no poder contar con la presencia de los mayores ni pagar ayuda externa, ante cualquier contingencia son las madres las que faltan a su empleo o, en el mejor de los casos, acuden al mismo con el niño.

Trabajo agotador, pero gratificante

El gran esfuerzo que realizan los abuelos para el cuidado de sus nietos es agotador, pero también es importante destacar que su sentimiento de soledad desciende cuando se encargan de los niños.

Una pequeña encuesta elaborada por el Grupo de Investigación en Gerontología de la Universidad de Barcelona entre abuelas que cuidaban de sus nietos más de 12 horas semanales reveló que algunas podrían sentirse decepcionadas si sus hijas no les llegaran a pedir ese favor. Además, la mayoría se mostraban satisfechas porque la tarea encomendada les hacía sentirse útiles.

Los ‘caprichos’ alivian la economía familiar

Los nietos también se ven beneficiados por el papel que desempeñan los abuelos en la familia. Las pequeñas ayudas y caprichos que éstos les brindan (pagas, viajes, ordenadores, bicicletas, etc.) son una gran ayuda para la economía familiar.

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