Buganvilla, características de una gran trepadora

Esta planta requiere iluminación abundante e, incluso, la luz del sol directa
Por EROSKI Consumer 22 de septiembre de 2003
Img buganvilla trepadora
Imagen: David Blaikie

La buganvilla es una planta trepadora de la familia de las nictagináceas. Es frecuente como planta tapizante en muros, celosías y pérgolas. Originaria de Brasil, se desarrolla muy bien en climas cálidos y secos, ya esté plantada en macetas, en jardineras o en parterres. Puede cultivarse como arbusto o como planta trepadora y, en función de la especie, sus flores pueden ser blancas, rojas, lilas, amarillas o de otros colores.

Características y cuidados

Con ramas que pueden alcanzar una longitud de hasta ocho metros y guarnecida de espinas rectas o curvadas, la buganvilla destaca por unas hojas aterciopeladas de color verde claro. En cuanto al aspecto de sus flores, éstas son tubulares, con tres pétalos dispuestos en grupos de tres y rodeados por otras tres grandes brácteas coloreadas. Cada grupo se asemeja a una flor simple y muchos de ellos se disponen en panículas semejantes a racimos. Además, esta planta se distingue por un amplio espectro cromático como púrpura, rojo, violeta-púrpura, lila, naranja, rojo ladrillo, blanco, tizón, salmón, rosa y amarillo.

Conviene que el suelo esté siempre húmedo, sobre todo en primavera y en verano

Para crecer sin problemas, la buganvilla necesita mucha luz. En caso contrario, perdería sus hojas y el verano siguiente no florecería. Requiere también una temperatura mínima entre 7ºC y 10ºC y máxima de 21ºC, así como un suelo rico en humus, bien drenado, que puede estar abonado con compost.

El suelo debe estar siempre húmedo, sobre todo en primavera y en verano. En otoño e invierno, puesto que empiezan a caer las hojas y hace frío, se recomienda espaciar los riegos. Si llegara a perder todas las hojas, habría que regarla muy poco y, si estuviera plantada en tierra, menos aún.

Como cualquier trepadora, las plantas de jardineras o parterres necesitan alambres o cuerdas para fijar su sujeción. En el caso de que sean ejemplares crecidos en un corto plazo y en tiestos más pequeños, requieren pinzamientos repetidos en los tallos. En general, se puede permitir que el tallo principal crezca hasta unos 90 o 150 centímetros.

La buganvilla se multiplica, con frecuencia, mediante esquejes, que pueden ser de madera dura o de madera blanda. Los primeros se pueden realizar en cualquier época del año, colocados en arena o arena y turba a partes iguales para que enraicen. Los de madera blanda se reservan para finales del verano.

Plagas y enfermedades

Las peores enemigas de la buganvilla son las cochinillas. Estos pequeños hemípteros cocoideos chupan la savia de las hojas y los tallos tiernos. Además, excretan un líquido azucarado sobre el que se asienta el hongo Negrilla.

La savia también es el alimento de los pulgones y la araña roja. La acción dañina de los primeros provoca hojas arrugadas y brotes tiernos deformados, mientras que la araña roja causa manchas amarillentas.

Respecto a las enfermedades, uno de los problemas más habituales es el moho blanco, que forma una capa de este color sobre las hojas. Si las hojas están amarillas puede deberse a una clorosis por falta de nutrientes, sobre todo, de hierro.

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