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Caldo de carne casero

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Tiempo > 2 h
Dificultad Fácil
Valor energético 258 kcal
Nº de raciones 4
Temporada Invierno, Otoño, Primavera, Verano

Elaboración

Las verduras se cortan en trozos grandes para evitar que se deshagan y, junto con la carne y el hueso, se untan con un poco de aceite de oliva. Colocamos en una placa de horno e introducimos en el horno a 200 º C, hasta que se dore la superficie de las verduras y de la carne. Sacamos del horno y colocamos las verduras, la carne y el hueso en una cazuela amplia y alta; desglasamos la placa del horno caliente con la copa de vino tinto y recuperamos los jugos que salgan de la bandeja de horno, vertiéndolos a la cazuela.

Cubrimos de agua y ponemos la cazuela tapada al fuego, hasta que comience a hervir. Destapamos la cazuela, bajamos la fuerza del fuego para que siga hirviendo pero más suave y vamos quitando la espuma que se forma en la superficie. Para ello se utiliza la espumadera. Un secreto: si vemos que el caldo tiene muchas impurezas, añadimos agua fría para que otra vez recupere la ebullición y continúen saliendo las impurezas.

Dejamos que el caldo se siga cociendo a fuego suave durante cuatro horas en una cazuela normal. Y, si cocinamos con una olla exprés, durante una hora a máxima presión.

Cuando el caldo esté elaborado, lo pasamos por el colador chino o colocamos una estameña (trapo muy poroso y fino) si hiciera falta, para que las impurezas se queden en él. Una vez hecho esto, el caldo estará listo para su utilización (elaboración de sopas, complementar algún guiso, reforzar una salsa…). Por cierto, la preparación no lleva sal para que no estropee o sale en exceso otros preparados. Si vamos a tomar el caldo como tal pondríamos el punto de sal en el momento en que lo calentemos para ser consumido. También se puede congelar en unas cubiteras y utilizar a modo de pastilla de concentrado de carne.

Semáforo nutricional

El semáforo nutricional es un sistema de colores que permite entender los valores nutricionales de una forma clara, rápida y completa.

Una ración contiene

Calorías Grasa Grasa saturada Azúcares Sal
258 20g 6,9g 2g 0,1g
13% 29% 35% 2% 1%

* de la ingesta de referencia (IR) para un adulto

  • Baja: el 10% o menos de la ingesta de referencia
  • Media: entre el 10% y el 35% de la ingesta de referencia
  • Alta: más del 35% de la ingesta de referencia

Las recetas presentan normalmente ingredientes cuyo porcentaje sobre la Ingesta de Refencia (IR) es alto (predominan amarillos y naranjas). Estos platos están concebidos como plato principal de una comida o cena, con lo que su tamaño de ración es superior y su aporte nutricional es más elevado.

Por este motivo, las recetas tienen puntos de corte diferentes a los de los productos. Así, por ejemplo, mientras que un alimento cualquiera tendrá los nutrientes de color amarillo hasta un valor máximo del 20% de la IR, las recetas concebidas como una comida principal tendrán los nutrientes en amarillo hasta un valor máximo del 35% de la IR.

Calorías Grasa Grasa saturada Azúcares Sal
Qué es bajo por ración 200 Kcal o menos 7 g o menos 2 g o menos 9 g o menos 0,6 g o menos
Qué es medio por ración Entre 200 Kcal y 700 Kcal Entre 7 g y 25 g Entre 2 g y 7 g Entre 9 g y 32 g Entre 0,6 g y 2,1 g
Qué es alto por ración 700 Kcal o más 25 g o más 7 g o más 32 g o más 2,1 g o más
Nutrientes Cantidad Diaria Orientativa
Calorías 2.000 Kcal
Grasa 70 g
Grasa saturada 20 g
Azúcares 90 g
Sal 6 g

La Ingesta de Referencia (IR) es una guía sobre la cantidad total de calorías y de varios nutrientes que debemos ingerir al día para mantener una dieta sana. La información sobre los porcentajes de IR indica lo que supone la cantidad de nutriente de una ración respecto a la IR para ese nutriente en el día.

Los porcentajes de Ingesta de Referencia (IR) están calculados para una mujer adulta con una ingesta diaria de 2000 Kcal. Las necesidades nutricionales individuales pueden ser más altas o más bajas, en función de sexo, edad, nivel de actividad física y otros factores.

Los caldos son platos sencillos de elaborar en los que se pueden emplear un gran número de ingredientes, si bien el resultado final en cuestión nutritiva no es destacable salvo en la cualidad hidratante. No obstante, parte de las sales minerales de los alimentos empleados en su elaboración (en este caso el zancarrón) y la escasa cantidad de hortalizas, pasan al caldo de cocción y este se enriquece ligeramente.
En conclusión, se trata de un plato que servido caliente, templa el cuerpo, hidrata, tonifica el estómago y sacia el apetito sin aportar apenas calorías.

Enfermedades para las que está recomendada esta receta:
  • Alergia a la caseína
  • Alergia al huevo
  • Alergia al pescado
  • Anemia ferropenica (falta de hierro)
  • Anemia perniciosa (carencia de vitamina B12)
  • Anemia por carencia de ácido fólico
  • Diabetes mellitus
  • Estreñimiento
  • Gastritis
  • Hipercolesterolemia
  • Hipertensión arterial
  • Hipertrigliceridemia
  • Intolerancia a la lactosa
  • Intolerancia al gluten (celiaquía)
  • Meteorismo
  • Obesidad o sobrepeso
  • Osteoporosis
Enfermedades para las que no está recomendada esta receta:
  • Ácido úrico y gota
  • Cálculos en la vesícula biliar
  • Cálculos renales
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