Claves para cultivar bonsáis

El cultivo de bonsáis se puede implementar sobre casi cualquier especie de árbol, aunque algunas se adaptan mejor, como la higuera, el romero, el olivo y el naranjo
Por EROSKI Consumer 21 de marzo de 2002
Img bonsai

Los bonsáis son ejemplares muy particulares: árboles en miniatura que resultan muy decorativos en el jardín o la terraza. Su cultivo proviene de la tradición oriental y exige una serie de atenciones especiales, ya que se trata de alterar la naturaleza de cada especie para evitar que crezcan. Este artículo suministra algunos datos básicos para el cultivo de bonsáis y enumera consejos sobre los cuidados especiales que se deben tener en relación con el riego, el abonado, la poda y el trasplante de estos ejemplares.

Datos básicos para el cultivo de bonsáis

El bonsái es la técnica de cultivo de árboles y arbustos que permite mantenerlos con un tamaño reducido y determinadas formas específicas. De todos modos, en el habla coloquial, el término «bonsái» se emplea para referirse a cada uno de los ejemplares tratados por medio de esta técnica. Muchas de las medidas que se deben implementar para el cultivo de bonsáis dependen de cuál sea la especie del árbol elegido, pero existen una serie de cuidados básicos comunes para todos.

Los bonsáis son árboles, y por eso se debe procurar ubicarlos en espacios exteriores, como el jardín o la terraza

En primer lugar, hay que tener en cuenta que los árboles crecen en espacios exteriores, al aire libre, y por lo tanto ese es el hábitat natural para un bonsái (que, aunque pequeño, es un árbol). Por eso, se debe procurar que el bonsái esté en el patio, una terraza o un balcón. Si esto no es posible, la alternativa es un sitio junto a una ventana donde reciba buena luz natural, aunque no la incidencia directa de los rayos del sol. Además, debe estar lejos de fuente de calor, como calefactores o estufas.

Si se trata de especies originarias de zonas tropicales, será necesario guardar los ejemplares en el interior para protegerlos de las heladas y los fríos más intensos. No es así, en cambio, con el resto de las especies, que aprenden a adaptarse al frío y se aclimatan a las temporadas de temperaturas más bajas. Lo importante, en cualquier caso, es que cuando el ejemplar se acostumbra a un sitio pueda permanecer allí. Si se mueve a un lugar distinto, aunque parezca cumplir con las mismas condiciones, puede estresar a la planta.

Casi cualquier especie de árbol o arbusto grande se puede trabajar como bonsái. Si se carece de experiencia, los expertos recomiendan comenzar con especies que se adaptan con mayor facilidad a este tipo de existencia, como higueras, mirtos, olivos, romeros, olmos y naranjos. Para quienes se encuentran ya más avanzados en el cultivo de bonsáis, los géneros recomendados son sobre todo los de hojas pequeñas y que resisten bastante bien el cultivo en maceta, como el arce, pino silvestre, la azalea o el enebro.

Cuidados especiales sobre riego, abono, poda y trasplante de bonsáis

Los cuidados más importantes para el cultivo de un bonsái están relacionados con el riego, el abonado del sustrato, la poda y el trasplante. Se detallan a continuación.

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Imagen: Cowtools
  • Riego. Es fundamental que tanto el tiesto como el sustrato del bonsái proporcionen un buen drenaje, ya que se deben evitar los encharcamientos pero el riego debe ser abundante: hasta que el agua salga por los agujeros inferiores de la maceta. En verano se debe efectuar al menos una vez al día, y en invierno, una vez a la semana como mínimo, aunque ambas frecuencias se deben incrementar si se comprueba que la tierra se ha secado. También es beneficioso brindar humedad al ejemplar a través de otros medios, como colocar la maceta sobre un recipiente más grande con agua o pulverizar agua encima, tras haber limpiado sus hojas con un pincel de cerdas finas y secas.

  • Abono. El abono de la tierra de los bonsáis es muy importante, porque los recipientes son pequeños y, por lo tanto, la cantidad de nutrientes es limitada. La tierra se debe fertilizar al menos una vez por mes durante el periodo de crecimiento del árbol, es decir, entre la primavera y el comienzo del otoño. El tipo de abono a aplicar dependerá de cada especie. Hay que evitar abonar la tierra durante el periodo de descanso (otoño e invierno) y en las primeras 3 o 4 semanas después de un trasplante.

El cultivo de bonsáis requiere de mucho riego y de abonos y trasplantes periódicos

  • Poda. La poda del bonsái es la que permite dar al ejemplar una forma parecida, en miniatura, a la que el árbol tendría si se hubiera dejado crecer hasta su tamaño natural. Además de esta poda, que se debe efectuar con tijeras durante el invierno, se recomiendan también otras dos tareas: el pinzado, que consiste en quitar con los dedos las puntas de las ramas, para darles forma, y el defoliado, mediante el cual se quitan las hojas de las especies caducas antes de que se caigan por sí mismas. Todos estos procesos ayudan a mantener la forma y el tamaño del ejemplar.

  • Trasplante. Como el objetivo con un bonsái es mantener su tamaño, el trasplante no se realiza a una maceta mayor, como normalmente se hace con las plantas, sino por otros motivos. Uno de ellos es renovar el sustrato, ya que después de un tiempo (mayor o menor según la especie de que se trate), por mucho que se haya abonado, sus nutrientes ya estarán agotados. Otro, el de recortar las raíces del bonsái. Se debe eliminar un tercio del total de raíces, pero solo las de sostén y no las de alimento. Las de sostén son más largas y gruesas, mientras que las de alimento son más cortas y con pequeños filamentos. Cortar periódicamente las raíces de sostén es uno de los requisitos para que el árbol mantenga su reducido tamaño.

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