Cómo sustituir una baldosa rota

Es importante tener cuidado al retirar la loseta quebrada para no romper las de alrededor
Por EROSKI Consumer 16 de enero de 2002
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Imagen: Damion Morgan

Si una baldosa se rompe, como consecuencia de la caída de un objeto pesado, o se deteriora de un modo demasiado evidente, el suelo puede afearse e, incluso, se pueden generar problemas de filtraciones. Ha llegado el momento de sustituir esa pieza. Este artículo destaca la importancia de guardar losetas de repuesto al instalar un suelo de baldosas o cerámica y explica cómo quitar con cuidado la baldosa rota, colocar la nueva y dar al trabajo un buen acabado.

Siempre que se instala un suelo de baldosas o de cerámica, conviene guardar algunas losetas de repuesto. De esta manera, si en algún momento alguna se rompe o se deteriora demasiado y es necesario cambiarla, se podrá colocar otra del mismo juego, sin correr el riesgo de no conseguir una igual y que el reemplazo elegido desentone en la decoración.

Quitar con cuidado las baldosas rotas

La sustitución de la baldosa rota o demasiado gastada es una tarea bastante sencilla. La primera parte del trabajo consiste en quitar la loseta dañada. Esta tarea debe realizarse con sumo cuidado, pues pese a que no importa que la baldosa que se ha de quitar se rompa todavía más, sí es importante evitar que se quebren las de alrededor. Y si no se toman las precauciones correspondientes, eso puede ocurrir.

Para quitar la baldosa dañada, conviene cortarla con una sierra o romperla con un martillo y un cincel

Como primera medida, se debe quitar el cemento que está en las junturas de las baldosas, que constituye el llamado rejuntado o lechada. Para ello, se puede emplear una herramienta específica, llamada raspador de lechada (similar a un cúter aunque más grande), pero una espátula también vale para realizarlo.

Tanto para este primer paso como para todos los posteriores, se recomienda el uso de guantes y gafas de seguridad, para evitar posibles accidentes.

Una vez que se ha quitado el cemento, se debe romper la baldosa. Para ello se puede usar una sierra sin fin (circular). Lo más idóneo es hacer dos ranuras que sigan las diagonales de la baldosa. Es decir, como si se dibujara sobre ella una X. Luego se da con un punzón y un martillo en el centro, para aflojar las cuatro partes en que la loseta ha quedado dividida y, después, se retiran con ayuda de un cincel.

Si no se posee una sierra, se puede hacer todo este trabajo con un cincel o cortafríos y un martillo o una maza. De esta forma, hay que tener más cuidado para no romper las baldosas de alrededor. La tarea lleva más tiempo, pero también permite lograr un resultado óptimo.

Tras quitar la loseta antigua, también hay que eliminar, con ayuda del mismo cincel usado antes, todos los restos de cemento o pegamento que permanezcan en el hueco. Hecho esto, el espacio quedará preparado para la segunda parte del trabajo: colocar la baldosa nueva.

Colocación de la baldosa nueva

Para adherir la loseta al suelo, se debe emplear cemento u otro pegamento específico para este tipo de materiales. Tras humedecer tanto el hueco en el suelo como la parte posterior de la nueva pieza, se aplica una fina capa de cemento sobre ambas superficies. El método más apropiado para hacerlo es con una llana con dientes cuadrados, que permite esparcir muy bien el pegamento.

El uso de pequeñas crucetas o cuñas de madera permite evitar que la baldosa nueva quede desalineada

Luego se coloca la baldosa en su sitio. Se debe presionar con suficiente fuerza para procurar que quede al mismo nivel que las de alrededor. Para esto, es muy útil una maza de goma con la que dar leves golpes sobre la loseta. A falta de una maza de goma, se pueden usar un martillo y una tabla de madera, para no golpear directamente la cerámica, que podría resultar dañada.

Es probable que parte del cemento escape por las junturas, por lo que se debe retirar todo ese sobrante. Si pese a la fuerza que se ejerza sobre la baldosa no fuera posible bajarla hasta el nivel de las demás, lo más seguro es que haya un exceso de cemento. En tal caso, corresponde quitarla, extraer el cemento o pegamento sobrante y volver a colocarla.

También puede ser de mucha ayuda el empleo de crucetas o muy pequeñas cuñas de madera, colocadas entre la loseta nueva y las de alrededor, para asegurar que al presionar y dar golpecitos sobre ella no quedará en una posición errónea (más cerca de unas que de otras, es decir, desalineadas).

Acabado del trabajo

Para aplicar la lechada o el rejuntado se deben esperar al menos 24 horas, con el fin de dar tiempo a que el cemento se seque. La lechada se expande sobre todas las baldosas, tanto sobre la nueva como las antiguas de alrededor. Es importante dejar secar durante un cuarto de hora y, luego, limpiar las losetas con un estropajo lo bastante abrasivo como para retirar el cemento pero sin dañar el material de las piezas.

Un último consejo: colocar algo sobre la baldosa recién colocada, como un cubo o cualquier otro recipiente, para evitar que alguien desprevenido pase por allí, pise la loseta y arruine el trabajo. De este modo, el suelo quedará listo y, si bien en los primeros días puede que la pieza nueva destaque sobre el resto, debido a su menor desgaste, lo normal es que, salvo que se trate de una zona por la que se ande poco, pronto deje de llamar la atención.

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