Divorcio on line: ahorrar tiempo y dinero

Es un proceso sencillo y más rápido que el divorcio tradicional, pero solo es válido para rupturas de mutuo acuerdo
Por Rosa Cuevas 30 de septiembre de 2009
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Imagen: l4red0

Internet es hoy una herramienta para encontrar el amor, pero también para destruirlo. Páginas de contactos y agencias matrimoniales virtuales abundan en la Red, tanto como las parejas y matrimonios que se rompen por culpa de “ciberligues” o por las disputas que surgen por pasar demasiadas horas ante el ordenador. Desde hace un tiempo, si se quiere, también se puede aprovechar Internet para divorciarse sin salir de casa. Es el denominado divorcio on line. Basta con introducir en cualquier buscador estas palabras para descubrir un verdadero universo de empresas y bufetes de abogados que se dedican a ello. La fórmula ahorra tiempo y dinero, pero solo pueden hacer uso de ella parejas que hayan decidido divorciarse de mutuo acuerdo.

La crisis frena los divorcios

Es un tópico que a la vuelta de las vacaciones acude puntual a su cita: después de la intensa convivencia durante los meses de estío, los divorcios se disparan. Aunque en los últimos años la manida frase ha chocado de frente con la crisis, lo cierto es que en casi ninguna estadística se contempla todavía el número de divorcios tramitados vía on line. Las primeras páginas web españolas que comenzaron a ofrecer este servicio lo hicieron en el año 2002, pero fue a raíz de la entrada en vigor de la nueva ley del divorcio cuando la oferta aumentó de forma notoria.

Requisitos

Para tramitarlo a través de Internet, el divorcio debe ser una decisión tomada por los dos cónyuges. La legislación española contempla dos tipos: el consensuado, o de mutuo acuerdo, y el contencioso, en el que uno de los miembros de la pareja lo solicita de forma unilateral. Desde 2005, año en el que se reguló el conocido divorcio exprés, las parejas pueden anular la relación contraída sin esperar dos años de separación previa y sin tener que objetar causa alguna para ello.

Un divorcio de mutuo acuerdo puede solicitarse como tal, siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones:

  • Desde la fecha del matrimonio deben haber transcurrido tres meses.
  • No es preciso que la pareja se haya separado con anterioridad.
  • Para ser tramitado, hay que presentar la demanda y un convenio regulador en el que consten los pactos alcanzados respecto a la guardia y custodia de los hijos, si los hay, el régimen de visitas, pensiones de manutención y todo lo relacionado con los bienes comunes de la pareja
  • Ambas partes deben estar dirigidas por un abogado y representadas por un procurador.

¿Cómo es el procedimiento?

La forma de proceder de la mayoría de los portales que se dedican a gestionar los divorcios a golpe de ratón es similar. En primer lugar, la pareja interesada debe contactar a través de un formulario disponible en su web. Otras veces, primero tienen que enviar un correo electrónico para que la empresa mande ese documento. En él, además de facilitar los datos personales, se avanzan los acuerdos previos que el matrimonio haya alcanzado sobre los bienes comunes y los hijos.

Desde 2005, las parejas pueden anular la relación contraída sin tener que objetar causa alguna

Con este formulario, el portal redacta un primer borrador de convenio regulador, que hace llegar vía e-mail a ambos cónyuges para que lo revisen y aprueben, junto con la demanda de divorcio. Una vez que los documentos son aprobados por la pareja, la empresa los remite a un procurador de la localidad en la que se encuentra la vivienda familiar del matrimonio. Ésta es la persona encargada de citarles para que firmen el convenio regulador y entreguen el resto de la documentación necesaria para tramitar el divorcio.

A partir de ese momento, el procurador presenta la demanda ante el juzgado correspondiente y en el plazo de unas semanas, que pueden ser meses en función del volumen de trabajo de cada judicatura, serán citados para ratificar el convenio y la demanda. El trámite finaliza cuando la sentencia de divorcio es dictada y remitida a cada uno de los cónyuges.

Precauciones

PrecaucionesLa diferencia principal con los divorcios gestionados de forma tradicional es el ahorro de tiempo que se consigue en los trámites previos. Desaparecen las visitas en busca de abogados y las citas para redactar el convenio regulador. El proceso gana agilidad e inmediatez porque los trámites que dependen de las empresas son más rápidos gracias a Internet. En las demandas que son responsabilidad de los juzgados, la demora depende de ellos mismos.

La comodidad es otro de sus reclamos. Todos los trámites se pueden realizar desde casa hasta el momento de firmar la demanda en el despacho del procurador y de visitar los juzgados para ratificarlo.

Los trámites se pueden realizar desde casa hasta el momento de firmar la demanda

No obstante, conviene no bajar la guardia y tomar ciertas precauciones si se decide apostar por ella. Sería apropiado conocer las referencias de otra persona que haya tramitado su divorcio de este modo. Es recomendable también interesarse por la formación de los abogados de la empresa, el colegio al que pertenecen o el número de colegiado.

El precio de esta modalidad de divorcio es uno de sus mayores atractivos. Pero hay que descartar las páginas web que para iniciar el trámite soliciten un adelanto o facilitar los datos bancarios de cualquier cónyuge. Una práctica apropiada sería abonar la cantidad establecida en el momento de la firma del convenio regulador ante el procurador. Antes de decidirse por una u otra, hay que asegurarse de que la tarifa es cerrada e incluye los honorarios del procurador o cualquier otro concepto.

Divorcio: ¿para cualquier bolsillo?

El imaginario colectivo tiende a pensar que la tramitación de un divorcio es un proceso muy costoso. Basta un paseo por los portales dedicados a su gestión en Internet para comprobar que no siempre es así. Hoy en día, la horquilla de precios oscila entre 400 y 600 euros.

La cantidad establecida debe abonarse al firmar el convenio regulador

Por tipología de empresa, no solo ofrecen este servicio páginas creadas “ad hoc”, sino que también hay un importante número de bufetes de abogados tradicionales que se han sumado a la era digital. Otra de las peculiaridades de esta fórmula es la especialización que alcanzan algunas empresas: las hay que se dedican a rupturas entre matrimonios gays, matrimonios en los que un cónyuge vive en el extranjero o, incluso, portales específicos para el público catalán.

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