Evitar los robos en vacaciones, toda precaución es poca

Instalar alarmas y sistemas electrónicos de seguridad, junto a sencillos gestos que indiquen que el piso no está vacío son las mejores medidas para espantar a los ladrones
Por EROSKI Consumer 12 de agosto de 2008
Img cerradura
Imagen: Robyn Gallagher

Alternar medidas tradicionales y modernas

Ni las cerraduras de última generación ni las puertas con doble y triple capa de acero blindado acompañadas de las alarmas más sofisticadas consiguen alejar a los ladrones de nuestros hogares, principalmente durante los meses vacacionales. Parece mentira, pero en pleno siglo XXI, mientras vivimos y nos aprovechamos de la globalización tecnológica para adaptarla a nuestras necesidades diarias, aún no se ha hallado un sistema infalible apto para que los cacos cuelguen, como la mayoría de los ciudadanos en estas fechas, el cartel de cerrado por vacaciones. Lejos de conseguir este objetivo, en esta época del año el número de robos en pisos y casas aumenta: cuatro de cada diez tienen lugar durante los meses de junio, julio y agosto, y el dato más alarmante es que cada dos minutos se registra un delito de estas características en un domicilio. Son datos que revelan como insuficientes las medidas llevadas a cabo por los moradores españoles y eso que más de la mitad, el 55%, ha instalado una puerta blindada o acorazada, y el 16% cuenta con una alarma.

Como medidas disuasorias, la instalación de alarmas y sistemas electrónicos de seguridad se ha convertido en un lucrativo negocio que ve cómo desde 2000 crece a un ritmo del 30% anual. Sólo en Vizcaya, por ejemplo, se produjeron el pasado año un total de 4.184 robos, uno cada 2 horas 5 minutos y 37 segundos, según el informe de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA). Estos datos demuestran que todas las precauciones son pocas para disfrutar de un descanso sin sobresaltos, de ahí que se recomiende alternar las medidas de seguridad más tradicionales, como mantener el buzón vacío, mostrar ropa tendida en el balcón y mantener las persianas a medio bajar, con otras más modernas como la utilización de sistemas de alarma conectados a una central receptora de alarmas (CRA). Todo depende del dinero que se quiera o se pueda invertir en la seguridad del hogar, y de la buena o la mala suerte.

Puertas y ventanas

La mayoría de los ciudadanos comienza su plan antirrobos asegurando la puerta de entrada. Sus precios son tan variados como los niveles de sofisticación. Hay tres tipos de puertas: las de seguridad, cuyo coste puede ir de 350 euros a 700 euros; las puertas blindadas, que se venden desde 600 euros; y las acorazadas, que cuestan entre 900 y 1.300 euros. No menos importantes que la puerta de acceso a la vivienda son las ventanas y la puerta del garaje.

Al elegir una cerradura de seguridad hay que fijarse en las siglas A2P y las estrellas que certifican la eficacia del sistema

Para evitar visitas desagradables conviene:

  • Instalar una puerta blindada que contenga, al menos, dos puntos de cierre, y sin hueco entre la puerta y el suelo, así impedirá que los ladrones puedan hacer palanca.

  • En la elección de la cerradura hay que fijarse en las siglas A2P (certificado de seguridad) y las estrellas (de una a tres). Cuantas más estrellas, más eficaz será el sistema de cierre.

  • Para que sea eficaz, una cerradura ha de tener varios puntos de anclaje al marco de la puerta, con un mínimo de tres (en la parte superior, en la inferior y en el lateral). Cuanto mayor sea el número de anclajes, mayor será su resistencia.

  • Mantener siempre la puerta del garaje cerrada si la casa comunica directamente con el aparcamiento.

  • Una ventana de madera resiste mejor los ataques respecto a las de PVC o de aluminio, más fáciles de deformar.

  • Un acristalamiento de doble vidrio con cámara interior, en el que la hoja externa es laminar, también ofrece un buen grado de protección.

  • Poner persianas en todas las ventanas y balcones y asegurarlas con un cerrojo interior. La mejor elección son las persianas autoblocantes. Se encuentran en el mercado a partir de 250 euros.

  • Proteger con rejas las ventanas de fácil acceso desde el exterior. La separación entre los barrotes no debe ser mayor de 12 centímetros. Por 200 euros se puede proteger una ventana.

Accesorios prácticos y seguros

Accesorios prácticos y seguros

Se estima que un 90% de los hogares dispone de mirilla, un elemento fundamental en la seguridad del hogar, que puede ser acompañado con varios accesorios asequibles:

  • Sensor de movimiento: 20 euros.

  • Llave de seguridad con código único en Europa: aproximadamente 25 euros.

  • Cilindros para puertas: de 200 euros a 300 euros.

  • Ventana con vidrios laminares de seguridad: 350 euros el metro cuadrado.

  • Cerradura con cerrojo de control: desde 520 euros hasta 1.000 euros.

Pero para evitar la entrada de los amigos de lo ajeno no basta con que la casa disponga de unas mínimas infraestructuras antirrobo. A la hora de marcharse de vacaciones hay que tomar más precauciones:

  • Hacer uso de todas las medidas de seguridad de que se disponga, aunque la ausencia vaya a ser por poco tiempo.

  • En las casas con jardín, conviene podar los árboles y arbustos que puedan ocultar o facilitar el acceso de los ladrones al interior.

  • Conviene simular que la casa está habitada. Ropa tendida, persianas a medio bajar, o temporizadores que conecten a ratos la luz, la televisión o la radio, son golpes de efecto para disuadir a los delincuentes.

  • Se aconseja marcar, catalogar y fotografiar los objetos de valor para facilitar su identificación en caso de que sean recuperados, y dificultar que los ladrones puedan comercializar con la mercancía robada.

  • Es recomendable revisar el telefonillo, el buzón y el marco de la puerta y borrar las marcas que suelen hacer estos delincuentes para distinguir los pisos en los que pueden entrar a robar.

Alarmas

La instalación de alarmas ha aumentado también en los últimos años. Uno de los elementos que más disuade a los intrusos son los sistemas de alarma conectados a una central receptora de alarmas (CRA). Los paquetes estándar incluyen detectores de movimiento y detectores de roturas de puertas o cristales. El kit se completa con sirena, pegatina exterior, conexión a una central receptora conectada con la policía, y equipo anticorte telefónico que emite señales vía radio, mensajes similares a los de un teléfono móvil. El precio fluctúa según las exigencias de cada hogar, aunque la instalación básica cuesta entre 200 y 700 euros, más unas cuotas mensuales de mantenimiento de entre 20 y 35 euros.

Si se contrata un servicio de alarma con conexión a una central receptora, se paga una cuota anual aproximada de 350 euros

Aunque la instalación de una alarma en un hogar no lo hace inexpugnable, sí garantiza al menos que poco después de que se haya producido el robo acuda la policía, salvo que se trate de una alarma que tan sólo emite ruido y no esté conectada a ninguna central. Este es el ámbito donde se han logrado los mayores avances. Una vez que se activa la alarma, la empresa es informada a través de una central receptora; mediante un monitor se hace eco de que la alarma ha saltado y llama de inmediato a la policía.

Los sistemas de alarma

En el mercado hay una gran diversidad de sistemas de alarma, en función de las preferencias y las posibilidades económicas del usuario:

  • Sistema de radio: trabaja con una frecuencia de radio. También es compatible con una cámara. Tanto la cámara como el receptor pueden activarse con fuentes de alimentación a la red o con las baterías para que funcione totalmente autónomo.

  • Sistema de cableado: no queda una sola zona sin vigilancia. Los costes de instalación y mantenimiento son más elevados

  • Sistema volumétrico de sensores: captan el movimiento en el campo de actuación determinado por la longitud de onda. Mientras los moradores se encuentran en una zona de la casa se puede conectar la alarma para que vigile las estancias en las que no hay nadie.

  • Sistema de alarma simple: no lleva ninguna conexión externa, se trata de un sistema acústico. El objetivo de estas alarmas, baratas y de fácil instalación, es ahuyentar a los intrusos con el ruido.

La digitalización de los hogares permite el control y el cuidado de nuestra casa en tiempos en los que permanecemos cada vez menos tiempo en ella. Mediante un mando a distancia, un móvil, una PDA, el PC o la TV y una óptima conexión de banda ancha, es posible cerrar una persiana o encender las luces.

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