Helado de queso cremoso

Los dulces son una tentación a la que es difícil resistirse en el momento en el que los presentan en la mesa. Muchos postres pecan de aportar básicamente calorías a expensas de azúcares y harinas, mientras que otros, por la combinación de sus ingredientes resultan un plato muy nutritivo. Este postre lácteo se ofrece como una forma diferente, refrescante y deliciosa de contribuir al aporte de calcio que precisa el organismo para mantener en buen estado nuestros huesos y dientes. El queso es un alimento ricos en proteínas, calcio de fácil aprovechamiento, fósforo, vitaminas del grupo B (entre las que destaca la riboflavina o B2) y vitaminas liposolubles A y D; esta última necesaria para el buen aprovechamiento del calcio por parte de nuestro cuerpo. El azúcar añade calorías extras a la receta, al igual que la nata, a expensas de la grasa. Postres como este son un deleite para el paladar, si bien se recomienda que su consumo sea ocasional y en cantidades razonables. Conviene recordar que el azúcar y los dulces producen elevaciones bruscas de los niveles de azúcar (glucosa) en sangre con caídas rápidas, por lo que su consumo está desaconsejado en caso de padecer diabetes (se puede sustituir el azúcar por edulcorante acalórico), en caso de hiperlipemias (por su contenido de grasas saturadas) y, si existe obesidad. Para aquellas personas que sufren de inapetencia o de desnutrición, puede ser una opción interesante ya que en poco volumen se están aportando gran cantidad de nutrientes de importancia funcional para nuestro organismo.