Lograr un aspecto rústico en el cuarto de baño

La presencia de madera y piedra natural contribuyen a dotar al cuarto de baño de un aspecto rústico, como también ciertas características de los sanitarios y los grifos
Por EROSKI Consumer 29 de noviembre de 2006
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Imagen: Megan Brock

El aspecto rústico en cualquier estancia suele depender de los elementos naturales presentes en ella, como la madera y la piedra. En el cuarto de baño, hay que tener en cuenta sus condiciones particulares, sobre todo su alta humedad. Este artículo explica el papel de la madera en la decoración rústica de un cuarto de baño y el de la cerámica sin esmaltar (gres, cemento o piedra natural), además del toque de distinción que representan los sanitarios y grifos antiguos.

La madera en la decoración rústica de un cuarto de baño

Cuando se habla de dotar de «aspecto rústico» a alguna estancia de la casa, se piensa en añadir elementos naturales a su decoración, en particular madera y piedra. Y el cuarto de baño no es la excepción. Lo que hay que tener en cuenta es que este espacio de la casa es especial por los altos niveles de humedad que condensa, por lo que la madera que se coloque allí debe tener algún tratamiento especial para tolerarla y no deteriorarse rápido, lo mismo que las cerámicas y baldosas.

Los rebordes, arabescos, curvas y cualquier otro detalle de estilo antiguo en la madera contribuyen a crear el efecto rústico

La madera se puede introducir de muy diversas maneras en el cuarto de baño. Existen muebles de ese material, como cajoneras o estantes, que es normal encontrar en cualquier aseo. Pero luego hay toda una variedad, desde mesas (pequeñas o incluso que funcionan como base y soporte del lavabo), asientos, marcos de espejos o cuadros, jaboneras, etc.

Si se busca crear un efecto rústico, el color oscuro de la madera contribuye a generarlo. Y lo mismo si cuenta con rebordes, arabescos, curvas y cualquier otro detalle de estilo antiguo. Es decir, todo lo contrario al minimalismo que intenta reducir los muebles a líneas rectas y sin aditamentos.

Todas estas piezas de madera se deben someter a un tratamiento especial con barniz, lacas o aceites específicos para protegerlas de la humedad y evitar que se deterioren en poco tiempo.

Cerámica sin esmaltar en el cuarto de baño

Con la cerámica de aspecto rústico (gres, cemento o piedra natural, en lugar de la cerámica esmaltada, como los azulejos), ocurre algo similar: exige un tratamiento que le dé mayor resistencia ante las condiciones particulares de un espacio como el cuarto de baño. El objetivo es eliminar la porosidad de las superficies, para evitar que penetre no solo la humedad sino también la suciedad y, de esta forma, sea luego más fácil de limpiar.

Pero además, en el caso de la cerámica, también influye la forma y el tamaño de las baldosas o piezas que se coloquen en el suelo y paredes para configurar el aspecto rústico del baño. Las baldosas pequeñas lo logran mejor que las grandes. Además, conviene colocarlas en diversas posiciones: si en una superficie están alineadas de forma horizontal, en otra se pueden disponer en diagonal. El gresite también es un tipo de alicatado que colabora con la decoración rústica de esta estancia.

Sanitarios y grifos antiguos, un toque de distinción

La grifería y los sanitarios también pueden hacer su aporte en la decoración rústica del baño, sin renunciar a la confortabilidad.

Los grifos de aspecto antiguo son un poco más caros que los normales, pero el toque de distinción que incorporan es especial. Pueden ser monomando o con dos esclusas. Lo importante para no perder comodidad es que la salida de agua sea por un solo grifo, y no por dos, como se usa todavía en los hogares británicos. Tener el agua muy fría por un lado y el agua muy caliente por el otro, sin poder mezclarlas y regular su temperatura dentro de las cañerías, es bastante incómodo.

Con respecto a los sanitarios, los que suman más puntos con la decoración rústica son los lavabos y las bañeras que no están empotrados en un mueble, sino que se colocan de manera autónoma, de tal forma que se puede reconocer su forma exterior.

Los lavabos son como una especie de bandeja o cazo apoyado sobre una mesa. Si esta mesa es de madera, el efecto se refuerza. Y si el lavabo es -o tiene aspecto- de piedra natural, aún mucho más.

Con la bañera sin empotrar ocurre otro tanto. Las más comunes son las blancas y esmaltadas, pero el mayor efecto posible de rusticidad lo confiere una bañera metálica. Si se logra combinar con gracia y habilidad los sanitarios y la grifería con el revestimiento del suelo y las paredes y los muebles y detalles de madera, se podrá obtener un cuarto de baño muy bello, que evoque épocas antiguas, y sin perder ni un ápice del confort que permite la tecnología del siglo XXI.

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