Pros y contras del cambio horario

España lleva aplicando el cambio horario desde 1974, por lo tanto existen dos horarios, el de verano y el de invierno, pero ¿a que se debe el cambio de hora?, ¿ahorra?, ¿es beneficioso?...
Por EROSKI Consumer 27 de octubre de 2005

El objetivo principal que se persigue retrasando una hora el reloj en invierno y adelantándola en verano es el aprovechamiento de la luz diurna con el consiguiente ahorro energético. Además, la Comisión Europea considera imprescindible la existencia de un horario unificado en los países integrantes de la Unión Europea para el correcto funcionamiento de su mercado interior, transporte y telecomunicaciones, y evitar así desfases temporales entre unos países y otros.

Gran Bretaña e Irlanda fueron los primeros países que decidieron adoptar el horario de verano para no malgastar carbón y ahorrar en luz eléctrica. Esto sucedió en 1916 y tres años más tarde se sumaron a esta iniciativa franceses y españoles. Sin embargo, después de la II Guerra Mundial desapareció el horario de verano, aunque más tarde, hacia 1974, debido a la crisis del petróleo, la mayor parte de los países industrializados volvieron a implantar esta medida.

Por tanto, este ajuste horario comenzó a generalizarse a partir de 1974, pese a que hasta 1981 no se redactó la primera directiva comunitaria a este respecto y que afectaba a todos los países de la Unión Europea. Esta primera directiva ha ido renovándose sucesivamente cada cuatro años. La última en ser aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión en enero de 2001 fue la Novena Directiva cuya principal novedad es su carácter indefinido.

La Novena Directiva, de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea, mantiene las fechas de inicio y finalización del periodo de verano. Así, establece que el último domingo del mes de marzo debemos adelantar una hora el reloj (a las dos de la madrugada serán las tres) y el último domingo del mes de octubre retrasaremos una hora (las tres de la madrugada pasarán a ser las dos).

Con respecto a este tema del cambio horario hay diversas opiniones. En general, muchos organismos e instituciones consideran que el cambio horario aporta más ventajas que inconvenientes. Si bien, la reducción del gasto energético que se produce con el ajuste horario se aprecia sobre todo en verano y no tanto en invierno.

Gracias al horario de verano se hace coincidir el inicio de la jornada laboral con la aparición del sol, por lo que se aprovecha más la luz natural. Las consecuencias principales son un ahorro, que puede llegar hasta el 5%, en concepto de iluminación en el sector doméstico y una reducción del consumo de aire acondicionado en los comercios.

Además, los largos atardeceres fomentan el deporte y otras actividades al aire libre, lo cual es beneficioso para industrias de ocio y turismo. Otro dato a favor del cambio horario es la ligera disminución de muertos en accidentes de tráfico que se produce, ya que cuanto más tiempo se conduzca de día menos accidentes habrá.

No obstante, también existen detractores del cambio horario que lo consideran antinatural. Algunos de sus argumentos en contra son por ejemplo que el cambio de hora modifica el carácter de las personas y provoca una pérdida de calidad de vida. Destacan que, sobre todo, puede ocasionar a las personas de edad avanzada trastornos del sueño, ansiedad, falta de concentración, enfermedades cardiovasculares…, y que todo ello desemboca en un incremento importante del gasto farmacéutico.

Los detractores también argumentan que el cambio horario puede ser perjudicial para la agricultura y la ganadería, puesto que los animales son muy sensibles a las condiciones de luz de las distintas estaciones.

Lo cierto es que, independientemente de las ventajas e inconvenientes del cambio horario, la realidad es que esta medida la aplican alrededor de 80 países en el mundo para conseguir un mayor ahorro de energía.

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