Saleros que decoran y alegran la mesa

Los saleros, presentes en casi todas las comidas y cenas, pueden responder a una gran cantidad de formas y estilos, desde los clásicos hasta los más originales
Por EROSKI Consumer 24 de septiembre de 2002
Img saleros decoracion
Imagen: William Warby

Los saleros pueden pasar inadvertidos en cada comida y cada cena, pero también pueden ganar protagonismo si se integran como un elemento más de la decoración. Este artículo describe el salero como una presencia casi ineludible en la mesa y se detiene sobre la enorme variedad de saleros y pimenteros con formas creativas y originales que existen. Además, destaca las cualidades de los saleros artesanales y los conjuntos de diseño más moderno y brinda ideas para personalizar estos pequeños botes.

El salero, una presencia casi ineludible en la mesa

La sal es uno de los ingredientes más importantes en la cocina. Casi todas las comidas -salvo que se evite por prescripción médica– contienen una dosis de sal, que el cocinero incluye en la preparación de los alimentos… y que luego cada comensal completa con más cantidad según su gusto. Por eso, los saleros son una presencia casi ineludible en la mesa durante las comidas y cenas. Y, como el resto de los elementos de uso cotidiano en el hogar, también tiene (o puede adquirir) un valor decorativo.

La variedad de juegos de saleros y pimenteros originales y creativos es casi infinita

Los saleros más comunes y básicos son botes más o menos pequeños con diminutos agujeros en la parte superior y sin más aditamentos. Es bastante común colocar en su interior unos cuantos granos de arroz para que absorban la humedad y la sal se mantenga seca. El principal problema si la sal se humedece es que los agujeritos se tapan e impiden que los granos salgan.

Además de esos modelos esenciales, existen muchos otros que se destacan por su diseño, ya sea por su carácter rústico, como por la originalidad de sus formas e, incluso, por su sofisticación. Y, como siempre, los aficionados al bricolaje y las manualidades tienen la posibilidad de personalizar el diseño para obtener saleros que respondan a sus propios gustos y estilos.

El mundo de los saleros originales

Hay un auténtico mercado de saleros originales, que por lo general vienen en tándem con un compañero inseparable: el pimentero. La variedad de modelos es casi infinita: los botes tienen forma de personas o de objetos como dados, teclas de ordenador, animales, vehículos, cabinas telefónicas, pilas, letras (la S para el salero y la P para el pimentero), relojes (hay un «reloj de sal», igual a un reloj de arena pero con una sustancia distinta), etc.

Como son objetos pequeños, su precio es relativamente bajo, en torno a los cinco euros los modelos más simples, aunque también los hay bastante más caros.

En El Castell de Guadalest (Alicante), tiene su sede el Museo de Saleros y Pimenteros, que reúne más de 20.000 piezas provenientes de los cinco continentes, desde el siglo XIX hasta la actualidad. El único otro museo de este tipo en el mundo se encuentra en Gatlinburg, en Tennessee (Estados Unidos).

Saleros artesanales y contemporáneos

Otro tipo de saleros, bastante diferentes, son los saleros artesanales. En general, están construidos en madera o cerámica y su aspecto es bastante rústico, por lo cual crean muy buenas combinaciones con una decoración que vaya en la misma línea, con muebles de madera, manteles cuadriculados, vajilla clásica, etc. El aspecto negativo, en particular en los de cerámica, es que muchos de estos modelos hechos a mano no presentan el sistema de los pequeños orificios en la parte superior, sino que son un bote con un hueco grande y una tapa. En estos casos, la sal que se quiere echar a la comida se debe retirar con una cuchara pequeña o con los dedos.

Los saleros artesanales logran muy buenas combinaciones con muebles de madera y una decoración rústica

Hay también saleros que destacan por su diseño moderno, pero no por su carácter gracioso o humorístico, como los descritos más arriba, sino por su sofisticación. Son conjuntos contemporáneos, que incluyen no solo los típicos saleros y pimenteros, sino también saleros diferentes para distintos tipos de sal (fina, en escamas, etc.) y otro tanto para las pimientas. Además, estos juegos componen casi un centro de mesa en sí mismos, ya que pueden incluir un arreglo floral o de otro tipo. Se adecúan a tipos de decoración muy modernos, y sus precios comienzan por encima de los 50 euros.

Ideas para personalizar saleros

La manera más sencilla de lograr un salero personalizado es comprar un modelo básico y sencillo y después decorarlo según el propio estilo. Se pueden pintar de distintos colores, pegar pequeños adornos u objetos sobre ellos, añadir algún texto, etc. El reducido tamaño de los saleros limita un poco las posibilidades, pero a la creatividad siempre se le puede hacer hueco, aún en los espacios más pequeños.

También se pueden adquirir dos botes sencillos y personalizarlos para hacer de ellos un salero y un pimentero. Aquí se puede jugar con las combinaciones entre ellos: representar dúos de personajes famosos (Don Quijote y Sancho Panza, Batman y Robin, etc.), los equipos de fútbol favoritos de los miembros de la familia, animales domésticos (un perro y un gato), etc. Es decir, todo lo que la imaginación permita.

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