Cruceros: ¿es cierto todo lo que se dice de ellos?

¿Me marearé? ¿Tengo que llevar esmoquin? Desgranamos 20 mitos y verdades de los viajes a bordo
Por Eva San Martín 11 de mayo de 2019

Cuando planeas tus primeras vacaciones en el mar, las dudas asaltan. No es extraño. Los cruceros son un sector en alza, pero aún incomprendido. Las preguntan empiezan por la elección del camarote (¿los hay mejores y peores?) y siguen por el miedo a marearse o por el tipo de ropa con la que vestir a bordo. Antes de reservar un pasaje, conviene plantearse lo que uno espera de este tipo de viajes y saber cuánto hay de mito y de verdad en disfrutar de unos días de descanso en alta mar.

Img cruceros 6 art

1. Los cruceros son para personas mayores: NO

Esto pudo ser cierto hace tiempo, pero ya no. Los pasajeros cada vez tienen menos edad: en 2018, el 74 % no había cumplido los 60 años, según la agencia de viajes especializada en cruceros Aquotic.

Aunque la edad media del crucerista español se sitúa en los 45 años, el cliente medio es una familia con dos hijos. Y las propuestas se extienden a todas las edades y perfiles: hay desde cruceros tecnológicos para millennials hasta los más selváticos pensados para aventureros.

2. Las excursiones no suelen estar incluidas en el importe: SÍ

En cada escala, puedes salir a conocer la ciudad por tu cuenta sin coste. Sin embargo, sí tienen un precio extra las visitas organizadas por el barco, a las que hay que apuntarse con anterioridad.

3. El barco, cuanto más grande mejor: NO

Un buque enorme (de 6.000 pasajeros o más) incluye, por lo general, más servicios y oferta de ocio, pero el riesgo de masificación también es mayor. Si lo que buscas es descanso y tranquilidad, los cruceros pequeños (menos de 1.000 pasajeros) o medios (hasta 2.000) son la mejor opción.

4. Hay camarotes mejores y peores: SÍ

La situación del camarote es importante: los hay exteriores e interiores. Hay que huir de aquellos que estén ubicados en un lugar de paso o cerca de un espacio común (ascensores, restaurantes…) y que, por tanto, son muy ruidosos.

5. No voy a entender a nadie: DEPENDE

El idioma oficial a bordo depende de la naviera con la que viajes, aunque lo normal es que en los barcos haya tripulación que hable varios idiomas, por lo que entenderse resulta fácil.

6. Hay que ir de esmoquin a cenar: NO

Algunos barcos ciertamente exclusivos todavía exigen etiqueta, pero ya no es la regla general. No obstante, conviene meter un traje largo o americana en la maleta, sobre todo para acudir a la cena del capitán (últimamente llamada «cena formal»), que suele ser de gala y a la que también va la tripulación.Img cruceros art

7. Cada vez que se baja a tierra hay que pagar una tasa: SÍ

Es uno de los llamados «gastos ocultos» de los cruceros. Estos recargos varían entre un 3 % y un 8 % del precio del pasaje. La mayoría de las navieras los incluyen en la factura final bajo el epígrafe «costes portuarios».

8. Tendré que cenar todos los días en la misma mesa: NO

Antes era una costumbre, pero muchos cruceros ya permiten a los viajeros cambiar de mesa si quieren y funcionan más como un restaurante en el que sentarte en función de la disponibilidad.

9. Haga lo que haga, me costará dormir. Y lo más probable es que me maree: DEPENDE

La mayoría de las navieras escogen la temporada alta de vacaciones, con mejor tiempo. El leve movimiento del mar te acuna, favorece la conciliación del sueño y el riesgo de mareo baja. Si tienes tendencia a marearte, también ayuda elegir un camarote situado en el centro del barco y cuanto más abajo, mejor: se balanceará menos. Pero no olvides los fármacos antimareo, por si acaso.

10. Tendré claustrofobia: NO

A las personas con este miedo les preocupa sentir ahogo en el camarote. Pero los barcos modernos son muy grandes y cuentan con gran cantidad de espacios abiertos. Además, se puede dormir en familia: la cabina cuádruple es la más solicitada por los viajeros (58 %), seguida de las dobles (23 %), las triples (14 %) y, en último lugar, las individuales (5 %), según cifras de la agencia especializada en cruceros Aquotic.

11. Me pasaré el día haciendo cola: NO

Para evitar las colas, ve a contracorriente. No intentes ser el primero en bajar del barco y adelanta la hora de la comida y la cena. La mayoría de las compañías permiten comer a cualquier hora.

12. Mejor un crucero barato: DEPENDE

Hay precios que no compensan. A veces pagar menos implica peores servicios o dormir en un camarote interior, lejos del mínimo paseo por cubierta.

13. Los cruceros no son para niños: NO

Muchas navieras se han especializado en los viajes en familia y preparan espectáculos para ellos. Además, suele haber clubes infantiles con actividades guiadas por monitores.

14. Los cruceros en familia son caros: DEPENDE

Hay trucos para recortar el precio sin renunciar a los servicios, como preparar las vacaciones con antelación (puedes ahorrarte el 25 % del pasaje). Hay compañías, además, que a los niños solo les cobran las tasas.

15. Únicamente comeré pizza: NO

El bufé del crucero resulta cada vez más rico, saludable y diverso. Además, es más habitual que el barco tenga restaurantes de comida mediterránea, italiana, asiática o gourmet. Pero estos -normalmente- hay que pagarlos aparte.

16. Me apunto a todo, y así exprimo el dinero: NO

Un error de crucerista primerizo. La oferta de ocio puede ser inabarcable, con actividades culturales, deportivas y hasta talleres de cocina. El consejo es seleccionar bien, no estresarse. Y pisar tierra firme en cada puerto.

17. Los cruceros son ruidosos: DEPENDE

Los barcos tipo resort ofrecen gran variedad de actividades a todas horas, y sí pueden serlo. Pero los cruceros pequeños o medianos priorizan el destino y suelen ser más relajados.

18. No hay tiempo para ver cosas: DEPENDE

De nuevo, depende del crucero que escojas y de cómo te organices. Si te decides por un viaje con escalas largas, tendrás más tiempo para visitar cada lugar. Por lo general, se aprovechan las horas de sol para conocer las ciudades de los puertos en los que se atraca.

19. Si pierdo el barco, me quedo en tierra: SÍ

Un despiste implica quedarse en el puerto. El viajero debe trasladarse por sus propios medios a la siguiente escala para reincorporarse. Si pierdes el crucero por causas ajenas -por ejemplo, si tu avión se retrasa-, lo normal es que la compañía aérea sea responsable de llevarte al siguiente puerto y pagar los gastos. En un caso u otro, un seguro de viajes puede reembolsarte el gasto extra.

20. El ‘todo incluido’ es la mejor opción: DEPENDE

Incluye alojamiento y la pensión completa en bufé. Pero si cubre bebidas alcohólicas, por lo general son solo la cerveza y el vino en el restaurante. Tampoco vale para el spa ni para recibir un masaje o cualquier tratamiento.

Hay paquetes superiores que añaden más bebidas, excursiones, Internet e, incluso, las propinas obligatorias del personal (camareros, encargados de camarote y monitores).

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube