Nueva Zelanda: recorrerse el país en autocaravana

Si se quiere ahorrar tiempo y dinero, la autocaravana es el mejor transporte para recorrer este paraíso de la naturaleza
Por Esperanza Escribano 8 de marzo de 2007

La mera ubicación geográfica de un país en el otro extremo del globo terráqueo ya le confiere una especial curiosidad para visitarlo. Es lo que sucede con Nueva Zelanda. Nadie duda de que en dos islas, cuya extensión equivale a la mitad de España, se reúnen los elementos más fascinantes que proporciona la naturaleza: montañas majestuosas, volcanes aún en activo, profundos fiordos, playas exclusivas o tupidos bosques. Estos atractivos naturales son suficientes para poder elegir Nueva Zelanda como destino de vacaciones, sin embargo hay dos requerimientos imprescindibles para viajar hasta las antípodas: el tiempo y el dinero. Nueva Zelanda no se puede recorrer con prisa, por lo que al menos se precisa de un mes para visitarlo. Y si se tiene en cuenta que sólo el viaje puede durar más de un día entero, es de suponer que el pasaje de avión no es ni, mucho menos, económico. Aun así, hay fórmulas para evitar que el presupuesto se vaya de las manos.

Preparase para volar

Preparase para volar

Nueva Zelanda está formada por dos islas mayores, que por su situación geográfica en el Pacífico Sur se denominan Isla Norte e Isla Sur. Ambas están separadas por el estrecho de Cook. Este nombre hace referencia al explorador británico James Cook, que avistó la coste este de la Isla Norte en 1769 y que, a pesar de sus desafortunados enfrentamientos con la población nativa maorí, se podría decir que fue el pionero de los viajeros que en épocas posteriores se quedarían maravillados de la belleza de este país. El nombre originario de Nueva Zelanda, en maorí es Aotearoa que tiene un significado tan sugerente como ‘tierra de la larga nube blanca’. Su actual denominación le viene del siglo XVII, cuando un cartógrafo holandés la llamó ‘Neuw Zeeland’ al encontrarla similar a una provincia costera holandesa.

La vida de este lejano país sigue estando muy ligada, hoy en día, con la población nativa, los maoríes, si bien no es óbice para que haya tenido además un desarrollado nivel de vida. De hecho, figura entre los primeros lugares del mundo en cuanto al uso de Internet y de teléfonos móviles. Pero, lo que de verdad la distingue es su selección nacional de rugby, los All Blacks que, además de sus logros deportivos, se han hecho célebres por realizar antes de cada partido una danza tribal maorí (haka), con la que además de reivindicar su pasado tiene el cometido de impactar al rival antes de cada competición.

Evidentemente, la única forma de acceder a Nueva Zelanda es vía aérea y hay que tener en cuenta que es necesario realizar varias escalas hasta llegar a alguno de sus principales aeropuertos: Auckland, Wellington o Christchurch. Como suele suceder, cuanto más se anticipe la reserva de vuelo, más opciones habrá de encontrar una buena oferta, pero hay que ser conscientes de que buena parte del presupuesto se destina al billete, alrededor de 1.500 euros.

La extensión de Nueva Zelanda es de 268.680 kilómetros cuadrados, donde viven alrededor de cuatro millones de personas. Aunque no parezca excesivamente grande, también hay que contemplar los vuelos internos, sea cual sea, el medio de transporte elegido para explorar las dos islas. Una buena opción que aconseja Héctor Arenós, un viajero castellonense que ha realizado el viaje en autocaravana, es comprar un abono exclusivo para extranjeros, como el Explore New Zealand o consultar en la página de la aerolínea australiana Qantas.

Autocaravana: Ahorro de tiempo y dinero

Autocaravana: Ahorro de tiempo y dinero

Realizar un viaje con tantos días de duración (se necesita un mes para disfrutar cómodamente de este destino) requiere disponer de un buen presupuesto, ya que el nivel de vida es similar al de España. La moneda de Nueva Zelanda es el dólar neozelandés, que en la actualidad equivale a 0,54 euros. La mayor parte de los gastos van destinados a las actividades turísticas y a la práctica de deportes de aventura, tan espectaculares en Nueva Zelanda. Y es que, si se decide visitar este país, no hay que tener reparos en invertir para sobrevolar en helicóptero los glaciares, realizar un crucero por los fiordos o visitar los pingüinos de ojos amarillos.

Por ello, una de las mejores opciones para contrarrestar estos obligados gastos es elegir la autocaravana como medio de transporte. Marta Colomer, maestra de educación infantil, y Jordi Rodríguez, ingeniero de obras públicas, decidieron viajar en autocaravana “por el gran ahorro económico y de tiempo que supone, además de por la absoluta sensación de libertad que otorga”. Según esta pareja catalana, la principal ventaja es no estar pendiente de un alojamiento, además de poder realizar acampadas solitarias junto a un lago, en primera línea de playa o frente a un glaciar. Si a esto se añade la seguridad que impera en todo el país, el viaje resulta cómodo y tranquilo. Además, la manutención también se hace más llevadera ya que la autocaravana dispone de todas las comodidades para no tener que gastar en restaurantes. Pero, sobre todo, se ahorra tiempo “porque no pierdes ni un segundo en buscar lugares para dormir”. Marta y Jordi invirtieron 25 días en recorrer las dos islas neozelandesas y es muy recomendable su relato, que se encuentra en www.viatgeaddictes.com y donde explican detalladamente su itinerario.

Un dato importante para conducir en Nueva Zelanda es que se necesita el permiso de conducir internacional, que se puede solicitar en cualquier oficina de la Dirección General de Tráfico. Ya con el permiso en la mano, el trámite de alquilar una autocaravana en Nueva Zelanda es sencillo, aunque hay muchas opciones. Por su experiencia, Héctor Arenós recomienda www.campervan.co.nz para tener una idea aproximada de lo que puede costar, aunque también hay que sumar un seguro a todo riesgo. Aunque encarezca el viaje, a la larga se pueden evitar experiencias desagradables como una avería o el pago de los desperfectos por atropellar a alguna oveja que campa a sus anchas por las carreteras neozelandesas, como aconsejar Héctor. Viajar en autocaravana no significa que haya que acudir irremediablemente a un camping todos los días. De hecho, Marta y Jordi aseguran que “si se apura mucho, no haría falta utilizar ninguno”. No obstante, es conveniente consultar la cadena de campings Top 10 para tener localizadas estas instalaciones que cuentan con un elevado nivel en este país.

Asimismo, para los amantes extremos de la aventura, Héctor Arenós también recomienda un ‘rent a car’ con furgonetas con camas, estilo años 60 con un precio nada despreciable, desde 25 euros al día. Con cualquiera de los vehículos elegidos ya se puede comenzar a recorrer el país, informándose previamente de los lugares más recomendables en la página de Turismo de Nueva Zelanda. Las opciones son innumerables. Desde la región termal del centro de la Isla Norte, con barro burbujeante, hasta el Museo Nacional Te Papa, en Wellington, para aproximarse a la cultura moarí o acudir a la localidad de Queenstown en la Isla Sur, capital nacional de la aventura y donde nació el ‘bungy jumping’ (salto con cuerda). Los amantes del turismo de aventura, la naturaleza y el aire libre encontrarán en Nueva Zelanda su paraíso.

Diez consejos básicos

Hector Arenós, un viajero castellonense, pudo disfrutar de un viaje inolvidable recorriendo Nueva Zelanda en autocaravana y proporciona unos útiles consejos:

  • Paciencia en la conducción. Las distancias entre un sitio y otro son largas. Esto ocurre principalmente por dos cosas, primero porque la velocidad máxima para autocaravanas es de 100 km/h y hay bastantes puestos de control de velocidad tanto fijos como móviles. En ciudad la velocidad máxima es de 50 kilómetros por hora y, teniendo en cuenta que todas las carreteras que hay pasan necesariamente por dentro de los pueblos, esto hace que la velocidad media disminuya. Así que, paciencia. La segunda razón por lo que las distancias son largas es que las carreteras no son muy buenas, sólo tienen un carril para cada dirección y cada 2 ó 3 kilómetros se desdobla uno de los dos carriles para que se pueda adelantar a los camiones.
  • Disfrutad del paisaje. Pese a todo, conducir por Nueva Zelanda es una maravilla para los ojos, porque los paisajes son espectaculares. Los primeros días es normal parar cada 10 ó 15 minutos para fotografiar el paisaje o filmarlo. Y eso es así en casi todo el país.
  • Ahorrad con el combustible. La gasolina y el gasóleo cuestan casi la mitad que en España. Pero hay diferencias en el propio país. En la Isla Sur es más cara que en la Norte. Y dentro de la Isla Sur, en el Oeste se puede economizar más que en el Este.
  • Dormir al aire libre. Pasar la noche en un camping con autocaravana entre puede costar entre 10 y 15 euros (caravana y dos personas).
  • Provisión de alimentos. La comida en los supermercados es más cara que aquí: los tomates, el agua. Por eso, es recomendable llevar una botella de aceite de oliva.
  • Mejor madrugar. Los comercios, excursiones o visitas guiadas están sujetos a un horario bastante distinto del europeo, de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Fuera de esas horas no se puede realizar ninguna actividad, por lo que es aconsejable acostumbrarse a madrugar, entre las cinco y las seis de la mañana y comenzar a conducir hacia el próximo destino. También es buena hora para conducir a partir de las cinco de la tarde, por la misma razón.
  • Llevar sólo lo necesario. Conviene no llevar mucha ropa, ni detergente. En los Bed&breakfast y campings hay lavadoras y secadoras que funcionan con una o varias monedas. También se puede comprar detergente en bolsas individuales. Respecto al dinero, es mejor viajar con euros y cambiarlo allí, aunque es recomendable no llevar mucho en metálico porque lo que más funciona son las tarjetas. Incluso se puede sacar un refresco de una máquina con tarjeta.
  • Un consejo culinario. Hay que probar la langosta en Kaikoura, es muchísimo más barata que en España.
  • Comprar un enchufe. La electricidad necesita de un enchufe especial de tres puntas, que es diferente al que usan los asiáticos o americanos. Se encuentra fácilmente allí, en los supermercados.
  • Aprovechar los bonos descuentos. Cuando aterricéis en Nueva Zelanda, os darán publicaciones de información del país y excursiones que llevan unos cupones con descuentos. Fijaos bien y utilizadlos porque sirven para ahorrar un dinerillo. Un ejemplo, si haces “puenting” y quieres que te graben, la cinta costará 20 euros, pero con estos cupones te puede salir la mitad.
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