Operación bikini: consejos para evitar errores

En verano, antes de lanzarse a hacer cualquier dieta, es preciso conocer los inconvenientes de las propuestas milagrosas y sus repercusiones en la salud y en el bolsillo
Por Alma María Palau Ferré 30 de junio de 2012
Img bikini playa hd
Imagen: Ahmed Sinan

La “operación bikini” es una carrera desbocada y no siempre sana contra la grasa, que empieza poco antes del verano. En Internet abundan las ofertas de productos infalibles o dietas milagrosas que prometen hacer llegar a la meta, aunque muchas veces son un timo o ponen en riesgo la salud. En este artículo se explica cómo distinguir los buenos métodos para adelgazar de los que no lo son y se analizan los más utilizados esta temporada: desde los peligrosos hasta los ineficaces, sin olvidar otros que brindan resultados momentáneos, con el denominado “efecto rebote” o yoyó incluido.

Operación bikini: cómo reconocer un mal método para adelgazar

Justo antes del verano comienza un periodo muy duro. Desde que empieza el calor y se abre el armario de verano, hasta principios de agosto, la relación con el propio cuerpo no es fácil. De pie frente al espejo, se dispara una obsesión casi adictiva por lograr un vientre plano, reducir los michelines o que no nos rocen los muslos. Pero no se puede caer en la tentación de seguir cualquier dieta para conseguirlo.

Si se busca «operación bikini» en Internet, se encuentran casi tantas páginas con «dietas milagro«, como páginas de sentido común que recomiendan una alimentación equilibrada y variada, ejercicio físico habitual y consultar con un profesional. Entre las primeras, además, hay una amplia gama de opciones: algunas pueden ser muy peligrosas para la salud; otras, las más, solo tienen resultados puntuales y el «efecto rebote» está asegurado. Por último, hay algunas cuyo único objetivo es la venta de productos. ¿Cómo discernir entre unas y otras?

La manera más idónea de saber cuándo se está ante un mal método para adelgazar es hacerse una serie de preguntas, como las siguientes:

  • ¿Promete un resultado rápido de tres días, una semana o 15 días?
  • ¿Prohíbe de forma tajante algún alimento?
  • ¿Garantiza un 100% de resultados sin esfuerzo, sin dieta, sin ejercicio?
  • ¿Promete algo inverosímil, como reducir justo la grasa que no se desea?
  • ¿Afirma lo contrario de lo que diría un profesional en la materia?
  • ¿Supone la compra de un producto milagroso que lo hace todo por la persona?
  • ¿Se presenta como un método válido para cualquiera?
  • ¿Se basa en estudios científicos que en realidad se han realizado con animales, con grupos muy reducidos o que no relacionan ese compuesto con la pérdida de peso, sino con otras cuestiones?
  • ¿Pone de ejemplo a alguna famosa?

Si las respuestas son afirmativas, entonces será mejor mirar hacia otro lado, no sin antes observar que, en este tipo de métodos, casi siempre se recomienda acompañar el tratamiento de una dieta sana con ejercicio moderado. Y está claro que, de hacerlo, no se necesitaría ningún método milagroso.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube