Infusión de rooibos

A este té, actualmente de moda, se le atribuyen potenciales efectos beneficiosos para la salud
Por Maite Zudaire 7 de agosto de 2008
Img rooibos

El mercado occidental actual centra el interés en la comercialización del té rooibos por su potencial actividad antioxidante dada la gran cantidad de flavonoides que contiene, con el valor añadido de estar exento de cafeína.

Las diferentes infusiones y tés están de moda. Una de las infusiones más actuales es el del popularmente conocido como «té de rooibos», que se elabora con las hojas de un arbusto originario del sur de África, el «Aspalathus linearis». Desde diversos centros de investigación de Sudáfrica se ha llevado a cabo una reciente revisión sobre los usos tradicionales de este té, así como sobre los beneficios potenciales que tiene para la salud de las personas.

Para ello, los autores han analizado estudios que han investigado la composición química, la biodisponibilidad de los compuestos activos de esta planta y la evidencia de sus efectos en la salud humana. La conclusión a la que han llegado es que aunque las perspectivas de los efectos antioxidantes de té rooibos son interesantes dada su elevada concentración en polifenoles (antioxidantes), por el momento no se puede justificar tal efecto dada la escasa investigación sobre su consumo por parte de seres humanos.

Potencial antioxidante en estudio

La población sudafricana tiene costumbre de tomar la tisana de té rooibos caliente, sola o mezclada con leche y azúcar. También la medicina tradicional surafricana emplea la infusión de rooibos para el tratamiento de diversas dolencias: desde el alivio del cólico infantil hasta el tratamiento de alergias y problemas de la piel como eczemas, acné o erupciones cutáneas.

Su supuesto efecto antioxidante proviene del resultado de investigaciones «in vitro» y en animales, no en humanos

Mientras, el mercado occidental sigue interesado en la comercialización de este té por su potencial actividad antioxidante dada la gran cantidad de flavonoides identificados en su composición. A esto se suma el valor añadido de la ausencia de cafeína de esta planta. La investigación más reciente sobre los componentes químicos del té rooibos y sus efectos orgánicos se ha publicado en el «Journal of Ethno-pharmacology» el pasado mes de junio, gracias al trabajo conjunto de expertos de distintos centros de investigación de Sudáfrica.

Los investigadores han observado una elevada actividad antioxidante de la infusión de rooibos, lo que ha incentivado la búsqueda de aplicaciones terapéuticas asociadas a este efecto antioxidante, como la prevención de enfermedades cardiovasculares y del cáncer, entre otras. El inconveniente de la mayoría de los estudios es la existencia de diversas imprecisiones, como no conocer la composición química exacta del preparado ni la dosis mínima para que sea efectiva.

Beneficios faltos de evidencia

Además, según los autores, la mayor parte de los estudios realizados hasta el momento que han tratado de conocer los efectos en la salud del consumo de rooibos se han llevado a cabo «in vitro», es decir, en condiciones controladas en laboratorio, y en la mayoría de los casos en animales de experimentación, pero no en humanos. Por tanto, aunque las perspectivas parecen positivas, hablar de que el té rooibos ejerce en el organismo efectos antioxidantes es, por el momento, una especulación.

Los investigadores advierten que hay que estudiar a fondo la biodisponibiliad de los compuestos fenólicos (antioxidantes abundantes en esta planta) por parte del organismo humano, su distribución y actividad en los distintos tejidos diana (corazón, arterias y tejidos cancerosos, entre otros) y los posibles efectos secundarios o contraindicaciones de un consumo continuado, según la dosis.

Se desconoce, por ejemplo, si la presencia de otras sustancias como puede ser el azúcar (ingrediente muy consumido con la infusión), puede influir en la absorción de los principios activos del rooibos o en su bioactividad. Tampoco se sabe de forma precisa las variaciones en la concentración de los compuestos químicos según la zona de producción, el momento de recolección o la manipulación. Estos datos son esenciales para comercializar un producto con la máxima garantía sanitaria.

Té sin cafeína

Al rooibos se le conoce popularmente como té rooibos, pero botánicamente no es un té. Se trata de un arbusto que crece de manera natural en Sudáfrica, del que se han aprovechado tradicionalmente las hojas para elaborar infusiones. Dado que no es un té, esta infusión no contiene cafeína, el componente excitante del té, por lo que puede ser consumida sin tanta precaución.

No obstante, a pesar de este valor añadido en comparación con el resto de tés, por el momento se desconocen con precisión las posibles interacciones con medicamentos de la infusión: si pudiera afectar la eficacia de determinados fármacos, reduciendo o, por el contrario, potenciando su acción farmacológica. Este dato es de vital importancia dado que cada vez es más conocido y consumido el té rooibos y que está comenzando a ser un ingrediente más de diversos productos y complementos alimenticios.

INFUSIÓN CON HISTORIA

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Según los historiadores, fueron Watt y Breyer-Brandwijk quienes incluyeron hacia 1932 el rooibos en su lista de plantas medicinales originarias de Sudáfrica. Asimismo, botánicos y exploradores que viajaron a este país a finales del siglo XVIII dieron referencias del consumo de rooibos como bebida caliente por los Khoisan, uno de los grandes grupos étnicos del sur de África.

Al parecer, durante los meses cálidos recolectaban las hojas del arbusto rooibos, las picaban, las machacaban y las dejaban fermentar y secar al sol; práctica que se sigue llevando a cabo hoy en día a pequeña escala. A partir de ahí, la planta seca se reconstituía con agua caliente. Así es como se prepara también hoy, en forma de infusión, como una alternativa al té oriental, y se toma bien caliente, solo o mezclado con leche y azúcar.

Pero la medicina tradicional africana le ha dado, y le sigue dando, más usos que la de simple infusión. La aplicación tópica del extracto de rooibos se emplea, además, para aliviar problemas de la piel como eczemas, irritaciones o erupciones cutáneas.

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