Me han quitado una muela, ¿qué puedo comer?

Tras la extracción de una pieza dental, escoger los alimentos adecuados puede mejorar de manera notable la cicatrización e hinchazón de la herida
Por Natàlia Gimferrer Morató 13 de julio de 2012
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Imagen: Mate Marschalko

Cualquier intervención quirúrgica requiere unos cuidados posoperatorios para asegurar una adecuada recuperación. Sin embargo, cuando se trata de la boca, las molestias pueden ser muy incómodas y las consecuencias, un poco más delicadas. La imposibilidad de comer con normalidad puede provocar carencias alimentarias en el organismo. Por ello, incluso con las limitaciones en los alimentos que se deben ingerir, es preciso asegurar un aporte de nutrientes equilibrado y suficiente. En este artículo se explican cuáles son los alimentos recomendados tras la extracción de una pieza dental, se enumeran los ingredientes más nutritivos para los purés y los líquidos y se indica cómo introducir poco a poco los alimentos semisólidos en la dieta, junto con una lista de los alimentos más ricos en nutrientes.

Alimentos recomendados tras la extracción de una pieza dental

Después de la extracción de una pieza dental, es frecuente el sangrado que, al mezclarse con la saliva, ocasiona un sabor metálico. Este gusto resulta un tanto desagradable, en especial cuando se mezcla con la comida, y acaba por provocar el rechazo de cualquier alimento. Los enjuagues bucales ayudan a minimizar ese problema y por esa razón se recomiendan, ya que la prioridad es alimentarse y hacerlo de un modo correcto.

Las primeras 24 horas son las más importantes para el éxito de una intervención. En el caso de una extracción dental, una buena alimentación y saber escoger los alimentos adecuados puede mejorar de manera notable la cicatrización e hinchazón de la herida y asegurar la correcta nutrición en el periodo de recuperación.

Durante los tres primeros días, lo más importante es:

  • Consumir alimentos fríos. Las bajas temperaturas desinflaman la boca y favorecen la vasoconstricción. Esto disminuye el dolor y el sangrado.
  • Evitar el consumo de alimentos irritantes, como los picantes. Entre ellos destacan: el ajo, el jengibre, el puerro, los pimientos, las cebolletas o los rábanos.
  • Evitar el consumo de alimentos sólidos. Sobre todo durante los dos primeros días, se han de evitar los sólidos, ya que pueden dañar la herida y ocasionar problemas.

Después del tercer día, la dinámica varía de manera considerable. A partir de este momento son recomendables los alimentos tibios o calientes, ya que favorecen la vasodilatación, es decir, un aumento del riego sanguíneo, necesario para la formación del nuevo tejido. Pueden introducirse alimentos semisólidos y masticar siempre por el lado contrario a la extracción. Y, por supuesto, es fundamental lavarse los dientes después de cualquier comida.

Purés y alimentos líquidos: los ingredientes más nutritivos

Por sus vitaminas, antioxidantes y minerales, las verduras son el ingrediente esencial para elaborar purés

Comer a base de purés durante algunos días requiere tener en cuenta cuáles son los alimentos que más nutrientes y energía aportan, ya que serán la única fuente de nuestra dieta. Por sus vitaminas, antioxidantes y minerales, las verduras son el ingrediente esencial para la elaboración de los purés. Acelgas, apio, brócoli, calabaza, calabacín, espinacas, guisantes, judías verdes, puerros, tomate o zanahoria pueden ser la base de los purés. A partir de aquí se deben añadir otros nutrientes como lácteos, hidratos de carbono o proteínas.

Es importante que en los purés estén presentes todos los nutrientes principales. Un ejemplo sería un puré con verdura, al gusto, una patata y una porción de queso fresco. Al finalizar, puede aliñarse con aceite de oliva crudo, que le dará una textura más melosa al puré y aportará todos los beneficios de este preciado alimento.

Entre horas es aconsejable consumir alimentos líquidos, como zumos de fruta naturales o infusiones. El aporte de nutrientes de los frutos recién exprimidos resulta también fundamental. Se les puede añadir leche fresca y conseguir un batido de frutas natural. Plátano, naranja, fresas, cerezas, mango, melón, sandía, melocotón o piña son algunas opciones.

Extracción dental y alimentos semisólidos: cómo incorporarlos en la dieta

A partir de los tres días, se pueden ingerir alimentos semisólidos en la dieta. Ya es posible masticar con más facilidad, aunque no de manera normal, y el objetivo es aumentar de manera progresiva la consistencia de los alimentos.

En este periodo pueden consumirse yogures, purés de frutas, quesos cremosos, gelatinas, arroz con leche, pan de molde, flanes, papillas de cereales, caldos de sémola, fideos, pollo desmenuzado, jamón o huevos.

Esta etapa dura unos tres días más. Pasado este tiempo, se pueden incorporar el resto de los alimentos sólidos y volver a la dieta habitual. Conviene no masticar por el lado afectado para evitar posibles daños en la herida, que se cerrará en los siguientes días.

Alimentos ricos en nutrientes

Un alimento rico en nutrientes significa que tiene la cantidad adecuada de vitaminas, minerales, proteínas, grasas o carbohidratos. Estos alimentos ayudan al organismo a mantenerse sano y disminuyen los riesgos de enfermedad. Para lograrlo, es necesario una dieta equilibrada y variada a base de frutas, vegetales, granos enteros, legumbres, semillas, productos con un contenido bajo en grasa, carnes magras y pescado.

Si en la dieta diaria no se aporta la cantidad suficiente de nutrientes para el buen funcionamiento del organismo, son posibles las carencias y el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como la diabetes o los problemas coronarios. Elegir una dieta rica en grasas y calorías es, a menudo, sinónimo de pocos nutrientes, lo que contribuye a un aumento de peso, además de las posibles patologías derivadas.

Algunos de los nutrientes más importantes y sus fuentes de obtención son:

  • Calcio: productos lácteos, sustitutos de productos lácteos enriquecidos, vegetales de hojas verdes, sardinas o brócoli.
  • Potasio: plátanos, melón, uvas, espinacas, perejil, vegetales de hoja oscura y pescado.
  • Fibra: legumbres, granos enteros (integrales), frutas de colores, zanahorias y semillas.
  • Vitamina A: huevos, leche, zanahoria, tomate y melón.
  • Vitamina C: naranjas, fresas, tomate, kiwi, brócoli y pimiento.
  • Vitamina E: aguacates, aceite de oliva, semillas, espinacas, granos enteros y vegetales de hoja oscura.
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