Bebidas estimulantes, una tentación en época de exámenes

La cafeína que contienen ayuda a mantener el nivel de alerta y aumenta durante unas horas la concentración y la sensación de vitalidad
Por Maite Zudaire 12 de febrero de 2010
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Imagen: sanja gjenero

En plena época de exámenes se dispara entre los estudiantes universitarios el consumo de bebidas estimulantes. Se proveen de ellas como ayuda de emergencia para restar horas al sueño y ganar tiempo de estudio. Según los fabricantes, los efectos estimulantes de estas bebidas se deben a la interacción de una “combinación única de ingredientes”: cafeína, taurina, glucuronolactona y azúcar. Sin embargo, no hay evidencia que evalúe tales interacciones, por lo que su efecto estimulante se debe al elevado contenido en cafeína, una sustancia que no es adecuada para niños, embarazadas o personas sensibles a ella. En el caso de la taurina, su efecto en la capacidad mental sólo se ha comprobado en ratones y los resultados no son extrapolables a humanos, mientras que las bebidas azucaradas, también habituales en temporadas de máxima concentración, se asocian con la obesidad. Otros complementos de vitaminas o de jalea real, que se venden para mejorar la memoria, han demostrado resultados limitados en seres humanos y la comunidad científica desconoce la dosis que resulta efectiva, por lo que se deduce que su consumo puede ser más bien útil por el efecto placebo, que por su efecto real.

La cafeína: la principal protagonista

En otros tiempos, la imagen habitual durante la temporada de exámenes era la de una cafetera siempre a punto en la mesa de estudio. Ahora, el café comparte protagonismo con nuevas bebidas que, bajo la denominación oficial de «energy drinks», se caracterizan por su aporte elevado de cafeína. Los estudiantes buscan en todas el mismo efecto: tener la mente despejada durante más tiempo y disponer de más horas de estudio. En una reciente revisión para dilucidar la influencia de las bebidas energéticas en el rendimiento cognitivo, realizada por investigadores holandeses, sólo un dato queda claro: el efecto estimulante se asocia al contenido en cafeína.

Las mejoras en la capacidad de acción pueden atribuirse a la ingesta de azúcares simples. Sin embargo, se desconocen detalles específicos acerca de los efectos de la taurina y la glucuronolactona en la atención y en la memoria. Se requiere más investigación si se pretende aludir a las interacciones posibles entre ellos. Estos expertos, de la Universitair Ziekenhuis Gent en het Maudsley Hospital te London, sugieren que las consecuencias reales pueden reforzarse también por las sensaciones subjetivas y un efecto placebo relacionados con la bebida energética.

Bebidas estimulantes: análisis de sus componentes

Las marcas de «bebidas energéticas» más conocidas en el mercado tienen una composición similar: el agua carbonada como primer ingrediente, seguido de diversos azúcares (azúcar, dextrosa o glucosa), taurina (0,4%), glucoronolactona (0,24%), cafeína (32 mg/100 ml), además de variedad de vitaminas (B3, B5, B6 y B12) y entremezclados, diferentes aditivos acidulantes, aromatizantes y colorantes. Algunas marcas añaden guaraná, otra sustancia excitante. El resultado es una bebida refrescante azucarada con efecto estimulante.

  • Alto contenido en cafeína. La cantidad medida por lata de 250 ml -éste es el tamaño habitual, aunque hay envases de medio litro- oscila entre 50 y 80 mg, que se traducen en 200 y 320 mg por litro, según las marcas. La norma europea dispone que las bebidas que contengan más de 150 mg de cafeína por litro (excepto el café y el té), deben declarar en la etiqueta «contenido elevado de cafeína», seguido de la cantidad expresada en miligramos por 100 mililitros.

    La cafeína, la sustancia excitante por excelencia, provoca un estímulo en el cerebro porque disminuye la acción de la adenosina, un neurotransmisor que provoca calma y relajación muscular. Por ello, tras el consumo de estas bebidas, se genera un estado de alerta que aumenta la concentración, la sensación de mayor vitalidad y resistencia al esfuerzo mental durante algunas horas. La cantidad de cafeína de las bebidas es equiparable a la de una taza de café (100 mg), aunque resulta el doble que la contenida en una lata de refresco tipo cola (35-40 mg/lata de 330 ml).

    Ahora bien, su efecto excitante es pasajero y el abuso de la cafeína puede enmascarar el cansancio excesivo acumulado, acelerar el pulso y provocar la merma del rendimiento, justo el resultado contrario al esperado. Al considerar los efectos secundarios y las contraindicaciones de la cafeína, todas las bebidas deben advertir en su envase que el producto no es adecuado para niños, embarazadas o personas sensibles a la cafeína.

  • Bebidas azucaradas. En un análisis de laboratorio realizado por EROSKI CONSUMER sobre seis bebidas energéticas, se comprobó que el aporte calórico es moderado, puesto que los azúcares son los segundos ingredientes en importancia después del agua. De media, una lata de 250 ml aporta entre 27 y 35 g de azúcares (4 sobres de azúcar), que equivalen a unas 110-150 Kcal, un contenido similar al de una lata de cualquier refresco. Aunque el azúcar que contiene se traduce en un aporte extra de energía y sensación de vitalidad, el consumo de bebidas azucaradas entre horas es un hábito insano que se asocia con la obesidad.

  • Taurina (ácido 2-aminoetanosulfónico). Se considera un aminoácido condicionante en personas adultas, basado en la evidencia según la cual, frente a un estrés severo, como el esfuerzo intelectual intenso o un ejercicio físico potente, disminuye su reserva orgánica. La taurina está involucrada en varios procesos fisiológicos complejos, como la síntesis de ácidos biliares, la desintoxicación de xenobióticos (sustancia que interacciona en el organismo y provoca una alteración metabólica) y la modulación de la excitabilidad neuronal. Una persona adulta contiene en sus tejidos unos 70 g de taurina.

    La evaluación del efecto de la taurina en la capacidad mental sólo se ha llevado a cabo en estudios en ratones y, aunque se confirma mejoría de las funciones cognitivas (aumenta la concentración de acetilcolina, un neurotransmisor relacionado con la memoria y el aprendizaje), estos resultados no se pueden extrapolar a humanos. Por tanto, la presencia de taurina en estas bebidas no tiene una explicación fisiológica que justifique su adición, ya que se desconoce la cantidad necesaria para que este nutriente tenga un efecto extraordinario en el organismo. La dieta, a través del consumo de carnes (pavo, pollo, cerdo y ternera, ordenadas de mayor a menor contenido), mariscos (mejillones, almejas) y pescados, garantiza un aporte suficiente de taurina. Además, en presencia de la vitamina B6 (cereales integrales, frutos secos, levadura de cerveza) también se sintetiza a partir de dos aminoácidos, metionina y cisteína.

  • Glucuronolactona (D-glucurono-Y-lactona). Es un carbohidrato derivado de la glucosa, un producto intermediario en su metabolismo. Está involucrado en varios procesos metabólicos relacionados con la desintoxicación de sustancias de desecho que se eliminan por la orina, aunque se carece de apoyo científico a esta reclamación.
JALEA REAL Y VITAMINAS PARA LA MEMORIA

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Los estantes de las farmacias, parafarmacias y tiendas de herbodietética rebosan en época de exámenes de productos con mensajes sugerentes como “ayuda a compensar los esfuerzos físicos e intelectuales”. La mayoría tienen una mezcla de jalea real y lecitina de soja. La primera es una de las sustancias a la que más se recurre por su concentración en variedad de vitaminas y minerales, nutrientes que, en ocasiones, el fabricante también añade. La lecitina de soja (o fosfatidilcolina) se emplea como vehículo de fosfolípidos, sustancias que se asocian a la nutrición de las neuronas, las células especializadas del cerebro y del sistema nervioso.

Estos complementos dietéticos se venden para mejorar la memoria, si bien los resultados en seres humanos son limitados en este ámbito. Se desconoce la dosis que resulta efectiva y, por tanto, su consumo puede ser más útil por su efecto placebo que por el real. No obstante, si no se sigue una dieta adecuada que garantice los nutrientes esenciales para la actividad cerebral (glucosa, aminoácidos, fosfolípidos, antioxidantes y vitaminas del grupo B), la ingesta de estos complementos registra mejores resultados.

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