Helados caseros de frutas: cuatro ideas deliciosas

Los helados caseros son una manera excelente de aprovechar la fruta y sus nutrientes de forma muy sencilla y económica
Por Peio Gartzia 27 de junio de 2013
Img helados frutas caseros hd
Imagen: Shaiith79

Los helados, el postre estrella del verano, son una manera estupenda de aprovechar las frutas y sus nutrientes. Los meses cálidos llenan de color y variedad a las fruterías. Cerezas, melocotones, sandías, melones o mangos son algunas de las variedades que se pueden encontrar en esta época del año. Todas están en su máximo esplendor y resultan muy apetecibles. Tanto, que a veces es complicado elegir y se regresa a casa tras la compra con muchas piezas de fruta y, después, cuesta evitar que se echen a perder. A continuación se reseñan cuatro opciones deliciosas y prácticas para hacer helados caseros de frutas, con diferentes texturas y sabores.

1. Helados de agua o sorbete

Img hel 01
Imagen: CONSUMER EROSKI

En general, los helados de frutas se elaboran con frutas acuosas y su zumo. La manera más fácil es presentarlas en forma de granizados, de sorbetes o los clásicos polos. Estos helados se preparan con zumos o pulpa de frutas naturales, más un almíbar si hiciese falta ante la falta de dulzor de la fruta. Los granizados se realizan con frutas muy acuosas (como sandía, piña, melón, naranja, mandarina o limón) u otras más exóticas, como mango o maracuyá.

Para ello, tan solo se debe hacer zumo de la fruta deseada -naranja, limón, etc.- o licuar una sandía (idónea para preparar un granizado). También se pueden mezclar sabores de frutas que combinan de maravilla, como los melocotones con frambuesas o con kiwi. Una vez licuadas, se cuelan para que el zumo quede limpio de restos de fruta y se introduce en una sorbetera o en unos moldes de helados con un palito en el interior. Se congela durante unas cuatro horas -o hasta que se solidifique- y ya se tiene un exquisito polo o helado de hielo natural.

Si se quiere un granizado rápido hay que mezclar unos hielos con zumo de fruta en un robot de cocina. El conjunto, triturado, se transforma en un crujiente helado al que se le puede agregar un poquito de sabor con unas notas de licor al final.

2. Helado de crema y leche

Img hel 01 2
Imagen: CONSUMER EROSKI

Para los gustos más cremosos, lo más fácil es mezclar un yogur con unos trocitos de frutas (cerezas, manzana o fresas) en proporción de igualdad de peso, hasta formar un conjunto homogéneo. Se introduce la mezcla en un molde, de preferencia individual, para su mejor congelación y posterior presentación.

También es posible mezclar la fruta con leche y, para darle mayor consistencia, añadir una yema de huevo cruda, triturada y, si hiciese falta, edulcorada con un poco de azúcar o de miel. Una vez que la mezcla quede uniforme, se congela, ya sea en una heladera o, de un modo más casero, en un molde al que de vez en cuando se removerá en su interior para que la mezcla quede cremosa mientras se congela.

Si se tiene la intención de hacer un mix de fruta con lácteo, se pueden probar diferentes variantes, tanto del tipo de leche (entera, desnatada, condensada, concentrada, evaporada, en polvo…), como de los yogures (enteros, desnatados, de soja) o las frutas elegidas. Eso sí: siempre se debe hervir antes la leche que se utilice. En este proceso, hay que añadir algún aroma, como vainilla, canela o piel de limón. Si la leche es en polvo, habrá que rehidratarla. También se puede mezclar con el azúcar para mejorar la calidad, el sabor, el aspecto y la estabilidad del helado.

3. Bavaroisse

Img hel 01
Imagen: CONSUMER EROSKI

Se hace con gelatina, huevo, zumo de frutas y nata semimontada. También se pueden agregar purés de frutas y licores (y en algunos casos, sustituir los zumos de frutas por crema inglesa). El bavaroisse es el típico helado un tanto gelatinoso de uvas, manzana y pera, o de fresas, piña y naranja.

Las gelatinas se rehidratan y se disuelven en caliente. Se deja enfriar un poco para que coja consistencia, se añade el zumo y, por último, se mezcla con la nata semimontada. Para desmoldarlo, una vez que ha cuajado en la cámara, hay que sumergir el recipiente en un poco de agua caliente. Otra opción es untar el molde de aceite y espolvorear con azúcar glasé antes de verter en él la mezcla y enfriarla.

4. Biscuit glacé o helado

Img hel 01
Imagen: CONSUMER EROSKI

El biscuit es un batido de yemas con un aroma, al que se le agrega poco a poco un almíbar. Cuando el conjunto esté bien emulsionado, se añade nata semimontada (en algunos casos pueden ser claras a punto de nieve, distintos licores y aromas). Una vez elaborada la mezcla, se vierte en moldes y se mete en el congelador.

Se utiliza para frutas como plátano, frambuesas, manzana o mezclando frutas con otros elementos de sabor más intenso, como frutas rojas con queso crema (que sustituiría a la nata semimontada).

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube