La sección de conservas es muy amplia, y más si cabe en lo que respecta al atún. En aceite de oliva o de girasol, en escabeche, al natural, en lomos, desmigado… La variedad es inmensa. En el momento de elegir entre una u otra, lo idóneo es tener claro qué receta se preparará, ya que eso condicionará la elección del tipo de conserva de atún. Con algo de planificación, resultará mucho más fácil decantarse por una u otra conserva, y ya solo habrá que escoger, según las marcas favoritas, los tamaños adecuados. A continuación se presenta una guía práctica para seleccionar las mejores conservas según el tipo de plato que se quiera elaborar.
1. Entrantes de atún diferentes para cada ocasión
Para preparar unos ricos entremeses, ya sean sobre tostas untadas, como relleno de un volován o como ensaladilla dentro de unos tomatitos, la opción más segura es la del atún en aceite de oliva y en forma desmigada. La razón para elegirlo es que, una vez escurrido de la conserva, se mezclará y unirá a otros ingredientes para darle la textura cremosa fácil de untar y de rellenar. Así, aunque la calidad importa, no se nota tanto si son lomos, pandereta o desmigado de atún.
En cambio, sí es importante qué matiz de sabor se quiere dar a la mezcla. Si se acompaña la tosta cremosa de atún con unas guindillas, se puede elaborar la crema con atún en escabeche, que dará un contrapunto muy sabroso. Si, por el contrario, se buscan unos sabores más matizados (como en una ensaladilla o una crema suave para untar junto con un toque de cebolla y pimiento confitado), la mejor opción será la de un atún en conserva natural o en aceite de girasol.
2. Ensaladas con atún, un plato sencillo y delicioso
Si se tiene en mente preparar la mejor ensalada del mundo, se necesitan productos de calidad. Para esta ensalada, entonces, se comprarán unos lomos de atún en aceite. La idea es sacar unas láminas de atún grandes, con buena presencia, que asegurarán el éxito de la receta, como en la siguiente ensalada campera con atún.
- Cómo se prepara. Hay que cocer durante unos 40 minutos un par de patatas lavadas con piel en una cazuela, cubiertas de agua y con una pizca de sal. Para comprobar si están cocidas hay que pincharlas; si el palillo entra con facilidad, se deben retirar del fuego, escurrir y dejar enfriar. Luego, se pelan, se cortan en rodajas y se reservan.
- Por otra parte, se cuecen dos huevos en una cazuela cubiertos de agua hirviendo durante 10 minutos, con una pizca de sal y un chorrito de vinagre. Una vez cocidos, se enfrían bajo el grifo, se pelan y se cortan en gajos. Además, se cortan en paisana un pimiento rojo asado y una cebolleta fresca. También se lava y corta en gajos un tomate maduro de ensalada. Y se reservan todas estas hortalizas en un lugar fresco.
- Luego, hay que elaborar una vinagreta con un par de cucharadas de aceite de oliva, una cucharada de vinagre de sidra y una cucharada de mayonesa ligera, batiendo hasta que quede una crema homogénea. Y se pone a punto de sal.
- Se aliñan con esta vinagreta las hortalizas troceadas y se distribuyen en una ensaladera con una base de patata cocida. Se reparten los gajos de tomate y de huevo alrededor y se colocan el atún escurrido y en grandes láminas, un puñito de aceitunas y una pizca de cebollino recién picado por encima, añadiendo un poco de vinagreta más sobre el conjunto.
3. Meriendas y tentempiés con atún
Para la preparación de bocatas, sándwiches o patés caseros de atún, que tanto gustan a los más pequeños de la casa, lo idóneo es comprar unas latitas de atún en aceite de girasol, que está casi desmigado. Solo se tiene que escurrir del aceite de la conserva y estará listo para preparar una deliciosa y nutritiva merienda como, por ejemplo, un sándwich tostado con paté de atún.
- Cómo se elabora. Se necesitan un par de latas de atún escurrido de la conserva, que se mezclará con un par de quesitos cremosos, una cucharada de salsa de tomate y una cucharada de mayonesa ligera. Este conjunto se tritura con una batidora hasta crear una crema suave y fácil de untar.
- Se tuestan los panes de molde y se unta el interior con la mezcla de paté de atún. Se puede acompañar de unos tomatitos cherry y unas hojitas de lechuga en su interior para dar un poco de color y que sea más nutritiva la merienda.
4. El atún en conserva como guarnición
Además de platos fríos, como ensaladas o sándwiches, el atún en conserva también puede acompañar preparaciones un poco más elaboradas y utilizarse para guarnecer platos de arroz y de pasta. En este caso, si se emplea una ventresca de atún en conserva, se conseguirá una textura muy suave para acompañar una ensalada templada de pasta. Las conservas se pueden servir frías o ligeramente templadas.
- Cómo se elabora la ensalada. Se cuecen 250 gramos de pasta corta para ensalada «al dente» (que quede un poco tiesa en su interior) en abundante agua hirviendo con sal, durante siete minutos. Mientras, se limpia la lechuga y el tomate, se trocean y se colocan como base en los platos donde se servirán.
- Cuando la pasta esté cocida, se escurre y, así templada, se aliña con aceite de oliva y un diente de ajo muy picado. Se pone la pasta en los recipientes donde se han colocado las lechugas y tomates (también ligeramente aliñados con aceite de oliva).
- En el último instante se añaden a la ensalada los trozos de ventresca escurrida de la conserva, unos granos de maíz en conserva y zanahoria rallada. Es importante servir al instante, puesto que ya está aliñada. Al llevar a la mesa habrá que dar un último toque con un chorrito de aceite o, también, con unas cucharadas de salsa mayonesa o de alguna de sus salsas derivadas.
