Bronquiolitis, bronquitis y asma, ¿cómo distinguirlas?

Es importante estar atentos al modo en que respira el bebé y a los esfuerzos que realiza para llenar sus pulmones de aire
Por EROSKI Consumer 4 de diciembre de 2022
auscultar pulmones
Una epidemia de bronquiolitis azota España. De norte a sur y de este a oeste, esta afección respiratoria infantil mantiene los hospitales repletos, en especial, en Madrid, Valencia, Cataluña, Asturias y Aragón. No es de extrañar, ya que este año se atiende en urgencias hasta un 40 % más de casos que en época prepandemia, según la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP). ¿Cómo saber si tu hijo tiene bronquiolitis? ¿Y cuándo hay que ir al hospital? Este artículo responde a tus dudas y ayuda a distinguir entre bronquitis, bronquiolitis y asma. Además, señala pautas sobre su tratamiento y prevención.

Causas de la bronquiolitis, la bronquitis y el asma

Parecidas pero diferentes. Bronquiolitis, bronquitis y asma bronquial son tres afecciones que tienen muchos puntos en común. No siempre son fáciles de distinguir y a veces se solapan, con lo que existe una notable confusión. Por suerte, algunos conceptos ayudan a diferenciarlas:

🔴 Bronquiolitis

La bronquiolitis es la infección de los bronquiolos, que son la parte final y más delgada del árbol bronquial.

Esta enfermedad, casi exclusiva del lactante y del niño menor de dos años, puede ser producida por distintos virus, pero sobre todo está causada por el virus respiratorio sincitial o VRS, también conocido como virus de los bebés.

¡Ojo! Las bronquiolitis pueden facilitar o causar la aparición de asma bronquial. De hecho, algunos especialistas creen que en realidad son su primera manifestación.

➡️ Bronquitis

Es la infección de los bronquios más grandes, los que nacen en la tráquea y se van bifurcando hasta acabar en los bronquiolos. Sin embargo, los pediatras utilizan este término siempre que la auscultación demuestra que existe obstrucción bronquial.

Puede ser causada por un virus, pero también por una inflamación no infecciosa, por ejemplo, alérgica.

👉 Asma

El asma supone una especial sensibilidad de los bronquios, que reaccionan de manera exagerada ante diversos agentes (ácaros del polvo y pólenes, pero también virus, aire frío y humedad).

Los bronquios se cierran e inflaman, causando la consiguiente dificultad respiratoria.

Síntomas de cada una de estas dolencias

¿Cómo saber si tengo asma o bronquitis? ¿Será la tos del niño bronquiolitis? Para tratar de distinguirlas (sin sustituir a la visita al médico), puedes estar atento a estos signos:

🔴 Bronquiolitis

Suele iniciarse con un cuadro catarral de las vías respiratorias altas y síntomas similares a los de un resfriado común.

La diferencia es que a los dos o tres días se añaden signos de dificultad respiratoria, de intensidad variable, consecuentes a la inflamación y obstrucción que el virus ha ocasionado en los bronquiolos. Así, sus síntomas exteriores más claros son:

  • Aumento de la frecuencia respiratoria, superior a 50 respiraciones por minuto.
  • Aleteo nasal, con dilatación de los orificios nasales en cada inspiración.
  • Tiraje intercostal o hundimiento de los espacios que separan las costillas, como expresión del esfuerzo que debe hacer para que llegue aire a sus pulmones. 
  • Quejido espiratorio, como un gruñido, por la dificultad que tiene para sacar aire. 
  • Sibilancias o pitos como silbidos, también espiratorios. 

Este esfuerzo puede ser agotador para el bebé, que debe ser atendido lo antes posible. Si a estos signos se añade la cianosis o coloración azulada en labios y dedos, significa que la respiración no solo es difícil sino insuficiente, pues ya no logra oxigenar bien la sangre.

En estos casos, y aunque el niño ya haya sido visitado y diagnosticado, se debe acudir urgentemente al hospital, igual que si se le observa aletargado y cansado, o los síntomas de dificultad empeoran.

Img nebulizacion12
Imagen: Mrs. W.

➡️ Bronquitis

Puedes tener bronquitis si presentas síntomas similares a un resfriado, con dolores musculares y leve dolor de cabeza, a los que se añaden:

  • Tos: en principio seca, y después con flemas.
  • Mucosidad.
  • Fiebre superior a 38 ºC.
  • Dificultad para respirar.
  • Sensación de presión en el pecho.
  • Sibilancias (pitos).

¡Importante! Un único episodio de bronquitis no es motivo de preocupación, pero en algunas personas puede provocar neumonía, que es ya un problema serio.

👉 Asma

Los síntomas varían de una persona a otra y también puede variar su intensidad. La mayoría de las personas con asma tienen ataques que se alternan con períodos sin síntomas. Las señales que alertan de un ataque de asma son:

  • Tos con o sin producción de esputo.
  • Tiraje intercostal.
  • Dificultad para respirar (empeora con el ejercicio).
  • Sibilancias (pitos) al respirar.
  • Dolor en el pecho.
  • Dormir con dificultad.

Si los síntomas empeoran o incluyen labios y cara de color azulado, somnolencia, dificultad respiratoria extrema, pulso rápido o dificultades para hablar, deberías acudir a urgencias lo antes posible.

Diagnóstico de asma, bronquitis y bronquiolitis

🔴 Bronquiolitis

En general, al pediatra le bastará con observar al niño y escuchar sus pulmones para diagnosticarla. Si hay sospecha de que puede tener cierta gravedad, puede solicitar más pruebas:

  • Placas (radiografía) para observar si hay neumonía
  • Análisis de sangre para saber si hay infección y medir el nivel de oxígeno
  • Recogida de muestras del moco: así podrá conocer el virus que causa el problema.

➡️ Bronquitis

Tras una exploración física, es probable que el médico incluya otras pruebas, en especial una radiografía de tórax, que ayuda a determinar si existe neumonía u otra enfermedad.

👉 Asma

El asma no se diagnostica en el momento de la exploración, aunque si hay sospechas, el pediatra prescribirá otras pruebas:

  • Espirometría: da información sobre el estrechamiento de los bronquios.
  • Flujo espiratorio máximo. Puede revelar un posible mal funcionamiento de los pulmones y de que el asma podría estar empeorando.

Estos estudios se hacen antes y después de tomar un broncodilatador (salbutamol, generalmente). Si la función pulmonar mejora con el broncodilatador, es muy probable que padezcas asma.

Tratamiento

🔴 Bronquiolitis

En los casos leves de bronquiolitis el tratamiento es muy pobre. Por un lado, los antibióticos son inefectivos para tratar una infección vírica. Y, por otro, los bronquiolos del bebé no responden a los medicamentos que se emplean para dilatar y desinflamar los bronquios en el asma.

De este modo, el tratamiento se reduce a los mismos cuidados que se recomiendan para un resfriado:

  • limpiar con suero fisiológico
  • aire limpio
  • buena hidratación
  • dormir semiincorporado, no tumbado del todo.

La única diferencia es que se debe mantener una actitud de expectación: si el cuadro empeora, la asistencia debe ser hospitalaria, pues el niño puede llegar a requerir de cuidados intensivos.

¡Ojo! Cuanto más pequeño es el niño, más precauciones hay que tomar. Así, un estudio europeo, en el que participa el Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), señala que uno de cada 56 recién nacidos sanos que se infecta por VRS acaba ingresando en el hospital.

➡️ Bronquitis

Los antibióticos no matan los virus, por lo que este tipo de medicamentos no resulta útil en la mayoría de los casos de bronquitis (salvo que sea bronquitis bacteriana, cuando sí se precisa un tratamiento antibiótico).

El tratamiento incluye descanso, tomar líquidos y antipiréticos para bajar la fiebre. En ocasiones será necesario inhalar medicinas para abrir sus vías respiratorias.

Tener en casa un humidificador de ambiente puede resultar interesante en estos casos.

👉 Asma

Los aerosoles son el tratamiento más conocido. Hay dos clases de medicamentos para el tratamiento del asma:

  • Control: ayudan a prevenir ataques. Hay que tomarlos a diario, o en días alternos, bien inhalando (esteroides y los betaagonistas de acción prolongada) o por vía oral.
  • Alivio rápido o rescate: se usan durante los ataques de asma. Se utilizan broncodilatadores y corticoides.

Prevención del asma, la bronquitis y la bronquiolitis

🔴 Bronquiolitis

Para prevenir las bronquiolitis, los expertos recomiendan en general:

  • Lavarse las manos.
  • Evitar contacto con niños contagiados: son la principal fuente de contagio.
  • Evitar irritantes ambientales: lugares muy cargados, humo de cigarrillos o productos de limpieza.
  • Evitar aglomeraciones.

➡️ Bronquitis

Para reducir el riesgo de contraer bronquitis se pueden seguir estas pautas:

  • Evitar el humo de cigarrillos.
  • Lavarse las manos, a fondo y con frecuencia. Por supuesto, siempre hacerlo al volver de la calle.
  • Usar mascarilla: de gran utilidad durante la pandemia, es muy eficaz para evitar todo tipo de contagios, sobre todo si vas a estar expuesto a situaciones o ambientes que pueden provocarte bronquitis.

👉 Asma

El asma no se puede prevenir, pero sí prevenir las crisis. ¿Cómo hacerlo?

  • Evitar ambientes húmedos.
  • Identificar cuáles son los agentes que desencadenan el asma o la empeoran, y evitarlos.
  • Cumplir el tratamiento que el médico te ha prescrito y acudir a revisiones.

Y si quieres saber más, no dudes en consultar nuestra Guía del bebé Eroski Consumer, donde puedes encontrar todas las claves para disfrutar del embarazo y de cada etapa de tu bebé.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube