Muerte súbita: ¿se puede prevenir?

Algunos estudios vinculan este síndrome con la posición del bebé al dormir, aunque no se sabe a ciencia cierta a qué se debe
Por EROSKI Consumer 20 de octubre de 2011
Img bebe padre
Imagen: khrawlings

El síndrome de la muerte súbita del lactante se define como el fallecimiento inesperado e inexplicable de un bebé que, si bien estaba sano cuando se le acostó en la cuna, es hallado muerto en ella sin que la autopsia encuentre causa alguna. Esta es una de las experiencias más dolorosas y devastadoras que se pueden sufrir, pues al desconsuelo de una pérdida tan inesperada como cruel, se añade el desconcierto de que nadie pueda ofrecer una explicación a lo sucedido. A pesar de las numerosas investigaciones que se han hecho, sigue sin conocerse la causa de esos fallecimientos.

La primera causa de mortalidad

No se conocen las causas y sin embargo, lo que sí han descubierto estos estudios son los factores que aumentan el riesgo de que un bebé lo padezca. Entre ellos destaca la postura en la que duerme, que es hasta 14 veces superior entre los que lo hacen boca abajo.

Las campañas informativas que se iniciaron al demostrarse esta relación, han hecho popular un problema que no es nuevo ni más frecuente que antes, pero que con la disminución de la mortalidad infantil por otros motivos se ha hecho más aparente, hasta el punto de que en los países desarrollados es la primera causa de mortalidad entre los 30 días y los 12 meses de edad. En España, afecta a uno de cada 1.000 lactantes. Por otro lado, hasta no hace mucho, los bebés dormían muy a menudo en la misma cama de sus padres y cualquier fallecimiento inesperado era atribuido a la asfixia que inadvertidamente le habrían provocado ellos mismos.

Sin embargo, ni la postura ni otras circunstancias relacionadas con la muerte súbita son su causa, que sigue siendo desconocida y que probablemente no sea única. Se cree que solo algunos niños nacen ya con el riesgo de padecerla, quizá por alteraciones en los centros del sistema nervioso que regulan la respiración y el funcionamiento del corazón. Y como no es posible identificar exactamente a esos niños vulnerables, las medidas de prevención deben aplicarse a todos.

Estas son: 

1. Dormir boca arriba. Salvo indicación médica expresa, los bebés deben acostarse boca arriba durante los primeros seis meses de vida. A partir de esa edad, la muerte súbita es ya mucho más rara y no hay pruebas de que para entonces tenga relación con la postura.

  • Cuando el bebé ya es capaz de darse la vuelta y espontáneamente se pone hacia abajo, no parece que sea necesario volverle a poner boca arriba.
  • Los reflejos de un lactante sano impiden que aspire la leche que pueda devolver estando boca arriba y los fallecimientos por aspiración no han aumentado desde que se les hace dormir en esa posición.
  • El riesgo de muerte súbita solo existe durante el sueño y es mayor por la noche, de modo que mientras están despiertos es incluso recomendable que pasen ratos boca abajo.

2. Evitar el tabaco desde antes del nacimiento. Tanto el tabaco que fume la madre durante el embarazo, como el humo que el bebé respire luego aumentan la posibilidad de que sufra una muerte súbita.

3. No abrigarle en exceso. El sobrecalentamiento también se ha relacionado con este síndrome; hay que evitar arroparles demasiado o tener la calefacción muy alta, especialmente cuando tienen fiebre.

4. Evitar almohadas y colchones blandos, y ropa suelta. La reinhalación del aire que espira el bebé es uno de los mecanismos que actualmente se estudia como posible mecanismo de la muerte súbita. En un reciente estudio se ha demostrado que alrededor del 20% de los bebés fallecidos por su causa tenían la cabeza cubierta por la ropa de la cama. También se ha demostrado que las vacunaciones no aumentan el riesgo de síndrome de muerte súbita en el lactante, aunque aparezcan relacionadas en el tiempo.

   

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