Padres: cómo viven un aborto

El hombre también sufre la pérdida de su bebé de un modo intenso, aunque puede ocultarlo para apoyar a su pareja
Por Marta Vázquez-Reina 9 de octubre de 2012
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Imagen: Scott Liddell

Hombres y mujeres muestran un patrón distinto de duelo cuando pierden a su bebé tras un aborto espontáneo. Ambos sufren y en ocasiones, el varón lo hace de un modo muy intenso. Asumir el aborto en clave masculina implica no descuidar su dolor, a pesar del lógico apoyo que quiere ofrecer a su pareja. Ello explica que, como se describe en este artículo, el duelo del hombre llegue más tarde que en la mujer, cuando ve que su pareja se encuentra mejor. En cualquier caso, hay varones que no se permiten (porque no saben o no o pueden) manifestar su pena y, en ocasiones, incluso enferman.

El hombre también sufre por la pérdida del bebé

Tras el aborto, el hombre experimenta un impacto emocional que necesita superar

Un aborto espontáneo supone un duro trance para quien espera con ilusión el nacimiento de un hijo. El consuelo se suele dirigir con mayor intensidad hacia la mujer, puesto que es ella la que sufre en su cuerpo la pérdida física del bebé. De esta manera, existe el riesgo de que el hombre, en cierto modo, quede al margen de lo sucedido. Sin embargo, él también sufre la pérdida con intensidad, que causa un impacto emocional que debe superar.

Distintos estudios demuestran que el hombre sufre con un aborto más de lo que se suele creer, ya que, con frecuencia, enmascara su tristeza, que pasa inadvertida para los demás. La investigación ‘La perspectiva del padre durante el embarazo’ realizada por Joann O’Leary y Clare Thorwick, de la Universidad de Minessotta (Estados Unidos), concluye que los varones desean no ser ignorados ante la pérdida de su bebé. Pero, a pesar de esto, se esfuerzan en parecer fuertes para proteger a su pareja.

Asumir el aborto en clave masculina

Mónica Álvarez, terapeuta especialista en duelo gestacional y perinatal, incide en que tanto hombres como mujeres sienten desconsuelo después de un aborto; pero lo hacen de forma diferente.

«Ella vive el duelo de una forma más rotunda», señala Álvarez. Debe pasar por una intervención quirúrgica para limpiar su útero o por un «proceso expectante» en el que el cuerpo pare de forma natural los restos del pequeño.

El dolor del varón no siempre es evidente y depende de su implicación en el embarazo

Al varón, tal vez, le cuesta más asumir la pérdida, apunta la terapeuta, «ya que físicamente no experimenta ningún tipo de despedida». Sí puede, sin embargo, vivirla a través de la mujer. En muchas ocasiones, lo que el hombre percibe es el dolor físico y emocional desgarrador de ella. Por lo que, su experiencia dependerá, en gran parte, del grado de implicación del varón con su pareja.

Miedos del varón ante un aborto

El hombre que pierde a su bebé se enfrenta a un doble reto. Por un lado, debe vivir la pérdida de su hijo. Y, por otro, experimenta la «impotencia de sentir que no puede hacer mucho por la mujer a la que ama«. Es probable que, en muchos casos, el varón deje de lado su propio dolor y duelo; sobre todo, si hay complicaciones y la salud de la mujer se resiente. En tal caso, «se volcará aún más en ella, para apoyarla, cuidarla y mimarla», matiza Álvarez.

Esta forma de actuar, «en la que el miedo a perder a la mujer que ama eclipsa de alguna manera el dolor por el hijo perdido», puede dar lugar a interpretaciones erróneas, apunta la especialista. Algunas mujeres entienden que él no quería tanto al bebé. Sin embargo, lo que hay es «una diferente interpretación de la realidad», puntualiza la terapeuta.

El duelo del hombre tras el aborto llega más tarde que en la mujer

Cada vez es más frecuente que un hombre sea capaz de enfrentarse a sus emociones y de mostrar su dolor, su enfado e incomprensión. Sin embargo, la sociedad les ofrece, por lo general, menos espacios para expresar sus vivencias y procesos emocionales. Ello explica que, con frecuencia, «el hombre manifieste su duelo más tarde» que la mujer, explica Álvarez. Y lo hará cuando vea que ella se encuentra mejor, tanto física como anímicamente. «Solo entonces muchos se dan permiso para bajar la guardia», asegura la terapeuta.

En algunos casos, si el hombre no encuentra la forma de expresar sus emociones del modo que necesita, el dolor se puede manifestar, incluso, en su propio cuerpo, afirma la terapeuta. Tal vez con «una fuerte gripe, que le obligue a meterse en la cama y retirarse de su mundo». Solo así se permitirá a sí mismo «ser cuidado y mimado», concluye Álvarez.

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