Beber más durante el embarazo: una receta contra la acidez y las náuseas

Las mujeres embarazadas deben ingerir cada día unos 2,7 litros de agua, según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia
Por Cristian Vázquez 20 de octubre de 2011
Img mujer beber agua
Imagen: CONSUMER EROSKI

Una buena hidratación es muy saludable para cualquier persona en cualquier estado. Pero hay que remarcar la importancia de beber mucho líquido durante el embarazo: hacerlo a pequeños intervalos ayuda a prevenir la acidez y las náuseas que tantos malos ratos generan en las mujeres gestantes. Una guía elaborada por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda beber unos 2,7 litros de líquido por día, lo cual eleva a 10 los vasos de agua sugeridos, en vez de los 8 que tradicionalmente se consideraban una buena medida.

Depurar el organismo

El documento, titulado «Pautas de hidratación con bebidas con sales minerales para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia» y difundido en 2010, asegura que el agua facilita el flujo de nutrientes hacia el torrente sanguíneo del feto y su distribución por todo el organismo, mejora los problemas de estreñimiento habituales durante la gestación y contribuye a aumentar la cantidad de orina, lo que ayuda a depurar el cuerpo de toxinas y reduce la incidencia de cálculos renales e infecciones de vías urinarias.

Además de agua, el estudio se refiere a las bebidas con un contenido determinado de azúcares y de sales minerales (que se anuncian habitualmente como «bebidas para deportistas»), las cuales pueden ser -si se usan correctamente- una importante ayuda para prevenir los procesos leves de deshidratación, gracias a que posibilitan un rápido vaciamiento del estómago y optimizan así la hidratación del cuerpo.

No esperar a sentir sed

No son la acidez y las náuseas las únicas posibles consecuencias de una mala hidratación durante el embarazo. También pueden aparecer dolores de cabeza e incluso contracciones en el tercer trimestre. Por eso las mujeres en periodo de gestación deben estar muy atentas a ingerir suficiente cantidad de líquidos. Y lo mismo durante la lactancia: la leche materna contiene hasta un 90% de agua, por lo que una madre en esa etapa debe ingerir una cantidad suficiente de líquido para mantener un buen estado de hidratación y, además, asegurar la producción de leche diaria.

Para ello, un dato clave: no hay que esperar a sentir sed para beber. Durante el embarazo, las modificaciones hormonales aumentan el umbral de la sed, debido a lo cual «el organismo tarda más tiempo en informar que necesita agua». ¿Qué hacer entonces? «Beber de manera periódica, incluso antes de tener sed». Así lo recomienda María José Rodríguez Jiménez, coordinadora del Grupo de Trabajo de la Infancia y Adolescencia de la SEGO.

Durante el embarazo, las modificaciones hormonales aumentan el umbral de sed

Por su parte, el doctor Txanton Martínez-Astorquiza, presidente de la Sección de Medicina Perinatal de la SEGO, informó de que la retención de agua representa una alteración fisiológica del embarazo, ocasionada por el descenso de la osmoralidad plasmática y la secreción de hormona antidiurética, y esto aumenta la necesidad de hidratación. «Además de los líquidos -agregó el especialista-, ciertos alimentos con un alto porcentaje de agua pueden ayudar a mantener un buen nivel de hidratación, facilitar el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento, tales como frutas y verdura, melón, sandía, fresa, pomelo, uva, naranja, calabaza, etc.».

El documento de la SEGO advierte además de que el embarazo es un periodo fisiológico con numerosos cambios y en el que se modifican las necesidades nutricionales. Por lo tanto, «es tan importante tener una dieta equilibrada como beber la cantidad de líquidos adecuados, dentro de un estilo de vida activo y saludable». La evolución y desarrollo del feto, remarca, también se verá influida por un correcto aporte de todos los nutrientes y de un adecuado estado de hidratación. 

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