Estrés durante el embarazo, ¿cómo afecta al bebé?

Los estados de ansiedad en la gestación se relacionan con el bajo peso al nacer del bebé y aumentan el riesgo de parto prematuro
Por Marta Vázquez-Reina 10 de julio de 2013
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Imagen: Daquella manera

Durante el embarazo no solo que hay prestar atención al estado físico de la futura madre. También es importante su situación emocional. Y es que, recuerdan los investigadores, la ansiedad en la gestación puede afectar de forma significativa al bebé. En este artículo se explican las principales consecuencias para el pequeño del estrés en el embarazo: parto prematuro, bajo peso al nacer, aborto, problemas de desarrollo intelectual y conducta, así como obesidad y asma.

Estrés en la gestación, riesgo para el bebé

La pérdida de un familiar, una mala racha económica, un problema de pareja o una situación laboral complicada. Distintas situaciones y sucesos que transcurren en la vida son difíciles de afrontar y pueden provocar en las personas que los sufren un estado continuo de ansiedad y nerviosismo. Las mujeres embarazadas no son inmunes a esta situación de estrés.
El estrés durante el embarazo no solo repercute sobre el estado de salud de la mujer, sino que también afecta al bebé

Además, las preocupaciones propias de la gestación, como el temor por el parto, las pruebas médicas o saber si el bebé está bien, son a veces por sí mismas generadoras de un estado inusual de excitación.

El estrés durante el embarazo puede ser puntual y no tener consecuencias relevantes, pero si se prolonga y se presenta en niveles muy elevados, no solo repercute en la salud de la mujer, sino que también afecta al desarrollo de su hijo.

Parto prematuro por estrés

El parto prematuro (antes de la semana número 37) es una de las principales consecuencias del estrés durante el embarazo. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia señala que este factor está presente en el 30-50% de los alumbramientos antes de tiempo.

Varias investigaciones verifican esta relación entre la ansiedad materna y el nacimiento antes de término. Las más recientes, como la liderada por el doctor Peng Zhu, de la Universidad de Anhui (China), publicada en ‘American Journal of Obstetrics and Ginecology’, especifican además que el riesgo se duplica si las experiencias estresantes tienen lugar en el primer trimestre del embarazo.

Algunos factores que crean ansiedad, como la muerte o enfermedad de un ser querido, pueden provocar el parto prematuro incluso si tienen lugar en los seis meses anteriores a la gestación, concluye un estudio realizado entre más de un millón de mujeres por especialistas de la Universidad de Manchester (Reino Unido). El riesgo de parto pretérmino puede aumentar hasta en un 59% en estas circunstancias.

Los bebés de las madres estresadas pesan menos

Más estrés, menos peso. Esta es la relación que se da entre la ansiedad materna en la gestación y el peso del recién nacido. Hasta 72 gramos menos puede pesar un niño de las embarazadas con un elevado nivel de estrés laboral en los primeros meses, concluye un sondeo publicado en ‘American Journal of Public Health’ y realizado entre más de 8.000 mujeres.

El riesgo de bajo peso, según los investigadores, se «eleva todavía más si a la situación de estrés se le añade una jornada laboral superior a 32 horas semanales«. En estos casos, el bebé puede llegar a alcanzar un peso inferior a su edad gestacional de hasta 150 gramos menos.

Muerte fetal cuando el estrés es muy elevado

El estrés elevado durante el embarazo también puede ocasionar la pérdida del niño. Una de las investigaciones más amplias en este sentido (con más de 19.000 gestantes) se recogía en ‘International Journal of Obstetrics and Gynaecology’. Los científicos concluyeron que las mujeres con un nivel muy alto de estrés en la semana 30 tienen un 80% más de probabilidades de sufrir un aborto.

Las embarazadas con un nivel muy alto de estrés tienen un 80% más de probabilidades de sufrir un aborto

Carol Rowland, científica estadounidense de la Emory University, aporta nuevos datos sobre esta relación en un reciente estudio, divulgado en ‘American Journal of Epidemiology’. Rowland ha analizado la asociación entre la muerte fetal y la presencia de distintos factores estresantes (emocionales, económicos, de salud, traumas) durante el embarazo. Ha precisado que las mujeres que experimentan cinco o más eventos que le provocan ansiedad en este periodo tienen más del doble de posibilidades de perder a su hijo después de las 20 semanas de gestación.

Ansiedad de la madre e impacto en el desarrollo intelectual del bebé

A medida que el bebé crece, los investigadores han encontrado que el estrés de las madres en el embarazo puede dejar también secuelas a nivel cognitivo en los pequeños. Un trabajo realizado entre casi 60 niños de dos años de madres que habían sufrido una situación de estrés concreta en la gestación determinó que los altos niveles de ansiedad afectaban tanto a las habilidades intelectuales como del lenguaje en los pequeños.

Algunos trastornos de conducta como el déficit de atención, la hiperactividad o impulsividad se han relacionado también con la ansiedad gestacional. Un estudio de seguimiento en Reino Unido (Avon longitudinal study of parents and children) ha incluido en sus análisis la influencia de la ansiedad materna prenatal en el desarrollo del niño y la señala como un factor predictor de estos problemas conductuales, puesto que el estrés incrementa en un 60% el riesgo de padecerlos en el futuro.

Otros efectos: obesidad y asma

Recientes investigaciones apuntan otros efectos adicionales del estrés materno durante la gestación en la salud de los niños.

En España, científicos de la Universidad de Navarra apuntan que el estrés prenatal sufrido por el bebé puede inducir a desórdenes alimentarios en la vida adulta. Los pequeños que han experimentado esta circunstancia en el vientre materno tienen mayor riesgo de padecer obesidad, ya que son más propensos a ingerir dietas hipocalóricas.

Otros estudios relacionan asimismo el estrés prenatal con el asma infantil y sugieren que los hijos de las gestantes con un nivel elevado de ansiedad en el embarazo tienen un 65% más de probabilidades de desarrollar esta enfermedad. En concreto, el asma afecta a casi el 13% de los pequeños cuyas madres padecieron estrés.

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