Madres y deportistas de élite, un binomio posible

Algunas deportistas de alto nivel son capaces de recuperar su forma física y alcanzar logros deportivos superiores después de ser madres
Por Marta Vázquez-Reina 30 de septiembre de 2013
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Imagen: Stuart Grout

Ser madre y deportista de alto nivel ya no es una excepción. Cada vez más mujeres en la élite del deporte apuestan por la maternidad sin renunciar a su carrera profesional. En este artículo se explica por qué las atletas encuentran dificultades para encontrar el mejor momento para ser madres y cómo debe ser el entrenamiento durante el embarazo. También se detallan las historias de algunas deportistas que dan ejemplo de cómo afrontar la maternidad y seguir siendo unas campeonas.

Las mujeres forman parte imprescindible del deporte de élite en España. El medallero de los últimos juegos olímpicos (Londres 2012) es la muestra más clara. De los 17 galardones que se obtuvieron en esta edición, 11 fueron triunfos femeninos, una proporción que duplica a la de hace apenas 20 años en las olimpiadas de Barcelona 1992.

Deportista y madre: buscar el momento

Seis de cada diez mujeres deportistas afirman estar en desventaja para desarrollar su carrera con respecto a sus compañeros masculinos

Sin embargo, la relación de las mujeres con el deporte difiere de forma sustancial a la de los hombres. Al menos así lo perciben ellas. Un reciente estudio del Gobierno vasco sobre la situación de las deportistas de alto nivel en el País Vasco desde la perspectiva de género apunta que el 57% de las atletas considera que no es lo mismo ser mujer y hombre deportista de alto nivel: creen que ser mujer supone una mayor dificultad en este ámbito.

«Yo nunca he visto el momento…», «¿Cómo voy a parar un año?», «¿Y luego?», expresan algunas de las deportistas entrevistadas. A priori, parece que las deportistas de alto nivel consideran la maternidad como un problema para su carrera deportiva. Así lo perciben, al menos, casi la totalidad de las mujeres encuestadas en el informe del Gobierno vasco. Tener un hijo supone un reto para estas mujeres, que pueden llegar a sentir que su vida deportiva peligra si optan por la maternidad.

Entre las dificultades que supone ser madre, las féminas destacan la complicación de encontrar el momento más adecuado para quedarse en estado, pero también la problemática que representa después conciliar la maternidad con los viajes y las competiciones.

Madres en la élite del deporte

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Imagen: Mike Baird

Pero una cosa es lo que opinan las deportistas que aún no han sido madres, y otra lo que piensan las que ya han pasado por la experiencia de la maternidad. Una de las deportistas y madre encuestada la define como «muy positiva». Aunque reconocen que la recuperación es un proceso lento, algunas de estas mujeres señalan que el parón maternal incluso les «vino bien» y les sirvió para regenerar los músculos.

Esta opinión es compartida por la atleta española Nuria Fernández, madre reciente por segunda vez. Esta deportista recuerda en su blog Mamá a la carrera los motivos que le frenaron al principio. «Tuve miedo a que ser madre implicara finalizar mi carrera deportiva, la pérdida de todos mis ingresos económicos y la incertidumbre al cambio», confiesa. Sin embargo ahora, seis años después, Fernández tiene claro que la maternidad es algo que suma y aporta al deporte, y afirma rotunda que «se puede ser madre y seguir en la competición e incluso mejorar el rendimiento».

Entrenamiento durante el embarazo

Conciliar la maternidad con los viajes y las competiciones es percibido como un obstáculo por muchas mujeres deportistas
Uno de los aspectos de la maternidad que más preocupan a las deportistas de élite es cómo afrontar su entrenamiento durante los nueve meses que dura el embarazo. Hace años, el Colegio Americano de Ginecólogos se pronunció acerca de este tema de forma muy conservadora: indicaba, sobre todo, precaución y moderación frente a la actividad física en las deportistas. Sin embargo, hoy en día, tras numerosas investigaciones, los especialistas alientan a la práctica deportiva durante la gestación.

Si el embarazo transcurre sin problemas y sin contraindicaciones médicas, «el ejercicio físico personalizado es muy recomendable para las mujeres en estado», señala Fernando Mata, miembro del Instituto Internacional de Ciencias Aplicadas, Actividad Física, Salud y Fitness de la Universidad de Córdoba. Incluso este experto afirma que la práctica sistemática de ejercicio en la gestación «reduce el riesgo de padecer complicaciones asociadas al embarazo», entre otras la preeclampsia, la diabetes gestacional o la excesiva ganancia de peso.

En cuanto a las atletas, Mata señala que pueden mantener en gran medida su programa de entrenamiento, «siempre que la gestación curse sin complicaciones y se monitorice de forma periódica».

Deporte después de la maternidad

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Imagen: kris krüg

Son muchas las mujeres que han demostrado no solo que la maternidad no está reñida con el deporte, sino, además, que son capaces de superarse a sí mismas después del nacimiento de sus hijos y hasta alcanzar logros deportivos superiores a los conseguidos antes de ser madres.

Una investigación de la Universidad de Michigan (EE.UU.) sobre el retorno a la competición y el entrenamiento de las deportistas de alto nivel después de la maternidad concluye que, aunque la mayoría de las mujeres percibe la falta de tiempo y la menor energía como barreras para entrenar después del parto, el 35% de las competidoras son capaces de superar sus mejores marcas después de dar a luz.

Deportistas y madres que dan ejemplo

Fanny Blankers-Koen, reconocida como una de las mejores atletas del siglo XX, destacó por sus logros deportivos. El más glorioso, las cuatro medallas de oro que obtuvo en los Juegos Olímpicos de Londres de 1948. Pero hay otro aspecto que llamó de forma considerable la atención de esta atleta holandesa en esa época: esta hazaña la alcanzó una vez superada la treintena y cuando ya era madre de dos hijos. No en vano, uno de los nombres por el que se le conocía era el de “mamá voladora”.

Blankers-Koen no fue la primera ni tampoco la última mujer que ha demostrado que ser madre y deportista de élite es más que compatible. Otros casos son el de la fondista chilena Érika Olivera, de 37 años y madre de cinco hijos; la nadadora estadounidense Dana Torres, que obtuvo tres medallas olímpicas en Pekín 2008 apenas dos años después de ser madre por primera vez; o Kristie Moore, deportista canadiense que logró la plata en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancuver 2010, cuando se encontraba en su quinto mes de embarazo.

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